Enfoques sobre la Administración Pública

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Por: Dr. Freddy William Castillo Palacios

La Administración Pública contemporánea debe ser abordada desde una perspectiva amplia, en la que se conciban a las organizaciones como entes cuyo deber es generar valor social en las comunidades objetivo a las cuales se abocan, ello es posible en la medida que se genere satisfacción de las necesidades en dichos colectivos sociales.

 

Es importante asumir cada organización pública con una visión global. Ello comprende no solo el ámbito de su estructura sino la interrelación y gestión de los distintos procesos que comprenden el sistema conformado al interior. Asimismo es imprescindible considerar el micro y macro entorno en el que actúa la organización, lo cual comprende de manera principal los stakeholders directos e indirectos (grupos de interés).

 

Como un sistema que es, la organización pública debe estar atenta a los elementos de entrada: materiales, financieros, humanos e informáticos. Estos elementos se convierten en los insumos que la organización dispondrá para ejecutar sus actividades y alcanzar sus objetivos institucionales en beneficio de la comunidad. Por eso es muy importante que se cuide mucho el factor calidad, cantidad y oportunidad en el aprovisionamiento y administración de los mismos. Las salidas en este sistema están representadas por los productos y servicios ofertados. En el caso de las organizaciones públicas más que obtener rentabilidad financiera el objetivo primario es la rentabilidad social, aunque claro está, se debe ser cuidadoso con el uso de los recursos, cumpliendo con un gasto público además de generar resultados en el corto plazo, se oriente en el largo plazo al logro de altos niveles de impacto social, en un marco de eficacia y eficiencia administrativa.

 

Al interior de este sistema se encuentran los distintos sub sistemas, los cuales se corresponden con las distintas áreas funcionales de la organización pública. Lo importante es que cada uno de estos sub sistemas ejecuten sus actividades coordinada y cohesionadamente, de manera tal que de esa interacción efectiva se originen las sinergias, intercambos y beneficios que faciliten el logro de los objetivos de cada subsistema y por ende de la organización.

 

Se debe resaltar la pertinencia de evaluar constantemente los elementos que generan presión provenientes del micro y macro entorno, entre los que destacan: tecnología, variables socio culturales, políticas, ambientales, entre otras.

 

La cultura organizacional, como factor consolidante de una identidad institucional es una variable que debe ser adecuadamente gestada y promovida al interior de la institución, desde los niveles jerárquicos más altos. Esta cultura se podría convertir en una fortaleza o en una debilidad de la organización, con consecuencias muchas veces determinantes en el mediano y largo plazo.

 

Es, finalmente necesario, recordar que toda organización pública se constituye en tres ámbitos claramente definidos: ámbito sociotécnico, ámbito político cultural y ámbito de control y mejora. Los dos primeros, propios de la naturaleza de organizaciones que diseñan y ejecutan sus procesos sobre determinadas poblaciones, las cuales según sean sus características socio culturales y políticas, deben orientar las estrategias al interior y exterior de las instituciones. Por su parte, el ámbito de mejora y control, propio del enfoque de la administración de la calidad, es imprescindible si se busca generar cambios y transformaciones sólidas y sostenibles de acuerdo a las exigencias del entorno, siendo para ello importante el diseño de sistemas de información que provean oportunamente alcances sobre la evolución de las variables comprendidas en los primeros dos ámbitos.

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Freddy William Castillo Palacios

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