El ‘Líder Constructor’

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Autor: Dr. Daniel Fernando Peiró

La palabra “Construir” tiene su origen etimológico en la voz latina “Construere”, composición formada por “Cum”, que indica una relación de coexistencia, “Junto a”; y del verbo “Struere”, cuyo significado es “Reunir”, “Entrelazar”, “Entretejer”.
Un “Constructor” es quien reúne elementos y arma o entreteje una obra con sólidos cimientos.

El Líder Constructor comienza su trabajo ocupándose, primeramente, por establecer bases firmes para edificar sus estructuras. Es calculador, diseña dichas estructuras y pone en marcha su edificación, ladrillo tras ladrillo.

El filósofo griego Aristóteles nos habla del compromiso con la excelencia, enseñando que “a fuerza de construir bien, se llega a buen arquitecto”.

El Líder Constructor sabe que su principal proyecto es su propio Ser, su propio desarrollo. Siempre recuerda de su infancia el cuento de los tres cerditos, cuando el lobo destruía sus casas con su fuerte y estruendoso soplido. Por ello, desde el primer momento, establece los cimientos sólidos para asegurar su futura y duradera fortaleza.

La arquitectura de su triunfo radica en dar lo mejor, en ser un “excelente exigente de la excelencia”. Hace sus planos, midiendo hasta el mínimo detalle y visualiza la realidad futura de aquello que ha planeado.

Una frase célebre de Miguel Ángel Buonarroti, escultor, arquitecto y pintor del Renacimiento Italiano, considerado uno de los más grandes artistas de la historia, que vivió en la misma época de Leonardo Da Vinci en el Siglo XIII, sostenía que “la perfección no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas”.

El Líder Constructor combina su imaginación con la lógica; su sensibilidad con sus cálculos exactos, la belleza con la firmeza; la practicidad con lo mágico. Es un creador de ambientes y paisajes precisos.

El Líder Constructor conduce y guía a su equipo a realizar su obra, para el beneficio de todos. Está atento de cada uno de sus colaboradores, como de cada grano de arena y herramienta necesaria para materializar su proyecto.

El Líder Constructor es profundo en su accionar. Cuando coloca ladrillo tras ladrillo, no está pensando en la pared que está alzando; más bien se proyecta a su aporte o legado a la humanidad.

El Líder Constructor quiere dejar un precedente de su existencia en este mundo. Busca la manera de dejar una herencia y, de no hacerlo, en vano habrá sido su pasar por la vida. Cada día de su vida es un ladrillo que aporta. La suma de sus ladrillos configura una permanente actitud constructiva que edifica y fortalece sus relaciones. Generalmente las obras de un Líder Constructor permanecen vivas, aún después de haber finalizado su propia existencia.

El Líder Constructor, edifica con su accionar. Los valores superiores son sus fuertes ladrillos. Con ellos levanta las paredes más altas y fuertes, sostén de la fortaleza del triunfo en todo lo que emprenda.

En una escuela primaria, la maestra enseñaba a sus pequeños estudiantes acerca de la importancia de los cimientos del alma humana:

– Para hacer una casa, se necesitan unos planos, ¿verdad? ¿Quién hace los planos para construir la casa?

– ¡El arquitectoooo! – respondieron todos los niños al unísono.

– ¿Y quiénes son los que colocan los ladrillos?

– ¡Los albañileeees!

– ¡¡¡Muy bien niños!!! Pues con el mundo pasa algo parecido. ¿Quién creen Ustedes que es el arquitecto del mundo?

– ¡Diooos!

– ¿Y dónde están los planos?, preguntó la maestra, pero hubo un silencio muy notable.

– ¡En el corazón de cada persona! – dijo la maestra, sonriendo tiernamente.

– Entonces, ¿Quiénes son los albañiles del mundo? – preguntó nuevamente la maestra.

– ¡Nosotroooos! Dijeron los alumnos con mucho entusiasmo.

– ¿Y cuando el albañil quiere saber algo, saben Ustedes qué hace?… Pues bien, va a los planos que están en su corazón y le pregunta a Dios, el Arquitecto del Mundo.

Un pequeño niño que se encontraba ubicado casi al final del aula levantó su mano y dijo:
– Señorita maestra, entonces, todos juntos construimos esa gran casa que se le llama mundo, con los planos de nuestros corazones.

La maestra lo miró dulcemente. Todos habían entendido el mensaje.

“¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa”.
(Lucas 6:46-49 / Ver también: Mateo 7:24-29).

Síntesis del Punto de vista del Constructor
– Establezca bases firmes para edificar sus estructuras. Sus cimientos son sus valores éticos y morales, su desarrollo intelectual y el poner su conocimiento en acción.
– Haga cálculos. Sea lógico y práctico en su equilibrio justo con su parte sensible.
– Sea un obstinado en favor de la “Excelencia”.
– Aprecie como un artista la belleza.
– Busque profundidad en su accionar.
– Potencie su vehemente deseo de trascender con sus obras.
– Haga planes. Trace nuevas líneas a su vida.
– Alíese con otros arquitectos y albañiles que se comprometan con sus obras, y que tengan las mismas bases sólidas con las que “diseña” su vida.
– Déje que Dios construya su vida con cimientos poderosamente FIRMES.

Carpe diem, Aproveche el día con Plenitud.

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Los diez mandamientos de Steve Jobs para los emprendedores

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Esperanza Hernández.

El mundo de la tecnología está conmocionado con la noticia de la muerte de Steve Jobs. Si bien desde hace años sabíamos que estaba enfermo, y desde hace meses aceptábamos la realidad de su grave condición física, solemos reaccionar con pesar ante la muerte.

No soy una AppleFan ni mucho menos, pero reconozco el valor del legado de Steve Jobs a nuestros tiempos. Y es que más allá de hablar de sus creaciones tecnológicas, considero al padre de Apple un emprendedor digno de ejemplo para las nuevas generaciones.

Es imposible, entonces, escribir en un blog de tecnología, ser fanática perdida de quienes se atreven a dejar todo por ir tras un sueño y arriesgar en un emprendimiento la seguridad que da un puesto fijo de trabajo, por ejemplo, y no dedicarle unas líneas a Jobs.

Así que buscando en la red un tema para recordarlo, desde la perspectiva inspiradora para los emprendedores, me topé con materiales interesantes sobre el legado del fundador de Apple, y además releí el discurso que ofreció en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford el 12 de junio de 2005, por lo que he resumido algunas de sus ideas en lo que serían “Los diez mandamientos de Steve Jobs para los emprendedores”, y que siento son de utilidad para inspirarnos en el duro camino del atreverse a romper esquemas para materializar una idea.

1.- Hacer lo que nos apasiona

La vida es corta, eso lo escuchamos y lo repetimos constantemente, pero es poco lo que en realidad lo aplicamos… ¿Cuántas veces nos hemos sentido “atrapados” en trabajos que no nos aportan nada más que un sueldo (a veces que no da ni para vivir)? Si tienes que pelear contigo mismo cada mañana para levantarte de la cama e ir a la oficina, puede que tengas un problema, y no de pereza precisamente.

“La única forma de hacer bien un trabajo es amando lo que haces. Si todavía no lo has encontrado, sigue buscando. No desesperes. Como en el amor, sabrás cuando lo has encontrado”, decía Jobs en el discurso de Stanford.

Así que si te sorprendes varias veces al día mirando el reloj y contando las horas de salir de la oficina… También estás en problemas. Cuando las cosas nos motivan, cuando nos apasionamos con algo, el tiempo se pasa volando, y trabajar da un gusto y satisfacción tan grandes que son como una gasolina que nos renueva de energía hora tras hora y día tras día.

Entonces, si la vida es tan corta como sabemos que es, ¿vas a desperdiciarla trabajando en algo que no te llena? Todos tenemos que comer y que pagar el lugar donde vivimos, pero mientras tienes que trabajar en algo que no te llena, no dejes de soñar en lo que realmente quieres hacer y cuando lo sepas, cuando tengas clara tu idea, déjalo todo y dedícate a ella: Steve Jobs dejó la Universidad y se dedicó a lo que quería. Mark Zuckerberg hizo lo propio y así un montón de casos.

Atención: No se trata de que los lectores de Fayerwayer dejen los estudios, se trata de que estudien o trabajen en lo que realmente les apasione. Cuando lo tengas claro, pon toda tu energía en alcanzarlo: Lo peor que te puede pasar es que fracases, y tengas que buscar otro trabajo malpagado para pagar las cuentas y las deudas mientras sigues soñando y lo vuelves a intentar. La clave: No perder la ilusión.

2.- Seguir a tu intuición

En el discurso que dio Steve Jobs en la Universidad de Stanford, en junio de 2005, recordó que al dejar la carrera, como ya no tenía que asistir a las clases obligatorias, se decidió a tomar un curso de caligrafía en Reed College, que según dijo ofrecía entonces “la mejor instrucción en caligrafía del país”. Si bien no tenía una utilidad práctica de momento, no le era útil para producir dinero, era algo que le apasionaba… Lo hizo y lo disfrutó.

Diez años después, cuando estaba diseñando el primer ordenador Macintosh, Jobs dijo que “todo tuvo sentido” para él: “Todo lo diseñamos en el Mac. Fue el primer ordenador con una bella tipografía”. Seguir sus instintos le dio un conocimiento que luego aplicó y se convirtió en uno de sus valores diferenciales.

Una clave más para los emprendedores: Haz las cosas que te gustan, aunque de momento no sepas porqué te atraen. No sabes si unas clases de cocina que hoy ves como un hobby, en unos años te darán la clave de tu emprendimiento. Además, en mi particular forma de verlo, las actividades de corte artístico y que estimulen la creatividad siempre deben ser bienvenidas, aunque lo tuyo sea psarte la vida echando códigos. No te cortes las alas: Sigue tu intuición.

3.- Investigar, observar, investigar…

La investigación es fundamental para emprender: Debes aprender del sector en el que te quieres mover, detectar a la competencia y estudiarla, comprender al mercado para poder dirigirte a él de la mejor manera. Si tienes una idea de emprendimiento en mente es fundamental que detectes a la competencia, que la investigues, que veas como hace las cosas, en qué acierta y en qué se equivoca.

Cuentan que a la hora de diseñar los folletos comerciales de Apple, Jobs estudió en detalle el uso que Sony hacía de los tipos de letra, la maquetación y el papel con un peso determinado. Además, cuando llegó el momento de diseñar la caja de cartón para el primer Mac, estuvo paseando por el aparcamiento de Apple fijándose con atención en las carrocerías de los automóviles alemanes e italianos.

“Puedes preguntarle a los clientes qué es lo que quieren y después intentar dárselo. Para cuando lo tengas construído, ellos querrán algo nuevo”, decía Jobs.

La observación es fundamental para los emprendedores: Te da una visión privilegiada del entorno que te permite detectar necesidades de mercado que están adormecidas, que la gente ni siquiera sabe que tiene… He ahí una de las enseñanzas de Jobs: ¿Cuántos necesitábamos iPad? Ahora las tablets son parte fundamental de nuestro equipamiento tecnológico.

4.- Fichar a los mejores

Un tema importantísimo para los emprendedores: La selección de su equipo de trabajo. Jobs siempre se preocupaba por reclutar a los mejores: Contrató al arquitecto Ieoh Ming Pei para que diseñara el logotipo de NeXT y reclutó a Mickey Drexler, de Gap, para que formara parte del consejo de administración de Apple con vistas al lanzamiento de la cadena de tiendas de la compañía.

Este consejo es necesariamente útil cuando comenzamos un emprendimiento, y esto lo digo por experiencia propia: Un emprendedor no puede (ni tiene porqué) saber de todo. Si bien es necesario que conozcamos el mundo en el que nos vamos a meter, sea éste el tecnológico, el de la restauración, o el de los transportes, es prácticamente imposible que dominemos todas las áreas.

He ahí la importancia de hacer asociaciones estratégicas, donde si tu fuerte es la tecnología, busques a alguien que sepa de marketing y ventas, y te ayude a posicionar tu producto o a “pescar” a los clientes, por ejemplo.

5.-Mantener una plantilla reducida

En una oportunidad en la que hablaba de los comienzos de Macintosh, Jobs recordó que la plantilla de empleados era de cien personas: Si requería contratar a un trabajador, antes despedía a otro. ¿La razón? Decía que solo podía acordarse de cien nombres, así que manejaba la plantilla en ese número para tener una mejor relación con cada uno de los trabajadores con que contaba.

Obviamente cuando la empresa despegó, el número de trabajadores creció, pero mientras, es una buena idea la de mantener una plantilla limitada: Sin duda da al empresario la posibilidad de tener una relación más cercana con sus empleados, y por ende, hacerlos sentir parte del proyecto, seducirlos con la idea que mueve el negocio, comprometerlos con los resultados.

En el caso de los emprendedores esto es un error común: He conocido casos de quienes se endeudan para contratar personal y crean de la nada una plantilla (y una nómina que pagar) sin que el proyecto aún camine y produzca beneficios para pagar esos costes…

En otros casos, al no tener el presupuesto para contratar, pues se nos ocurre la “brillante idea” de ir por la vida reclutando a amigos y familiares, que sentimos saben más que nosotros de determinadas actividades, les contamos la idea, los entusiasmamos, los enamoramos y los montamos en el barco. ¡Cuidado! Hay que saber apoyarse en quiénes saben más que nosotros, pero en su justa medida: Estas asociaciones pueden acabar con amistades y hacer pelear a las familias.

Considero que se debe formar un equipo mínimo capaz de sacar adelante el proyecto, y ya a medida que veas como funciona, podrás incorporar a los “profesionales de tus sueños”. Ni Google, ni Facebook, ni Twitter nacieron perfectos: Sus diseños, por ejemplo, dejaban mucho que desear, pero sobre la marcha, una vez que despegaron, se han hecho los ajustes que los tienen como hoy los conocemos. Pienso que es cuestión de paciencia y perseverancia. ¿No os parece?

6.- Seducir a tus trabajadores y socios

Al seguir hablando de equipos de trabajo esta parte me pareció muy importante: La diferencia entre “seducir” y “amenazar” a tus compañeros de emprendimiento, sean tus socios o tus empleados, y es que a estos últimos, aunque les pagues por su trabajo, si no logras que se enamoren de tu proyecto no obtendrás el 100% de su capacidad.

Cuentan que Jobs tenía un carisma personal que mantenía motivados a los empleados: Su entusiasmo contagioso fue la razón por la que el personal que diseñó el primer Mac se pasó tres años seguidos trabajando 90 horas a la semana. Cuando un empleado se entrega a un proyecto, el mejor incentivo es verlo culminado con la mayor calidad porque se siente parte de la empresa y por ende, de su éxito.

La verdad no tengo empleados propios, pero cuando he desempeñado puestos de mando en empresas de otros, he vivido en carne propia aquello de que es mejor usar “la zanahoria que el palo”: Siempre vale más motivar que obligar. No entiendo porqué le cuesta tanto a los jefes comprender esto… Espero que cuando tenga mis propios empleados lo recuerde con claridad. Creo que la clave es, como en la vida misma, ponerse siempre en la piel del otro. Así es más fácil tener una perspectiva de las cosas que se piden y cómo se piden.

7.-La calidad como religión

Cuentan que en la víspera del lanzamiento del primer iPod, los empleados del staff se pasaron la noche entera sustituyendo las clavijas de los auriculares porque Jobs consideraba que no hacían “click” de la forma precisa y deseable. Mantener un criterio de calidad es fundamental para los emprendedores: No debemos dejarnos llevar por lo fácil, por lo práctico, o por “lo que vende”.

“Ten un criterio de calidad. Algunas personas no lo usan para crear el ambiente de excelencia que se espera”, decía Jobs.

Comprometerse con hacer un trabajo de calidad es fundamental para el desarrollo de una idea: No puedes dejar las cosas a medias, conformarte con “lo que hay”. Aspira a más, pero sin detenerte. No se trata de que tengas que sacar un producto perfecto a la primera, se trata de saber que todo es mejorable. Lograrlo es un punto diferencial sumamente importante.

“La calidad es más importante que la cantidad. Un ‘home run’ es mucho mejor que dos dobles”.

Supongamos que te mueves, como yo en el mundo del marketing y la comunicación: Si bien solemos ver que lo que vende es lo “amarillista” y “sensacionalista”, no podemos conformarnos con darle a la gente más de lo mismo. Hay que evolucionar hacia los mensajes y contenidos de calidad, aunque te lleven más tiempo y esfuerzo, porque esos que a la gente también le interesan. Calidad más allá que la cantidad y que la inmediatez… Tener tiempo para detenerse a pensar es fundamental para poder hacer cosas de calidad.

8.-Aprender del fracaso

Los emprendimientos son complicados y arriesgados: Nadie sabe a ciencia cierta lo que va a pasar, y esa incertidumbre suele darnos miedo. Al algunos incluso los paraliza. La posibilidad del fracaso está a la vuelta de la esquina y sin duda, es una alta probabilidad de que suceda, el secreto está en cómo lo aceptes: Una derrota o una lección.

“Soy la única persona que sabe perder un cuarto de millón de dólares en un año. Es muy constructivo”, decía Jobs.

En el discurso de Stanford, Jobs recordó cuando lo despidieron de Apple, la propia empresa que había fundado. Si bien lo contó como anécdota, destacando que “muchas veces la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza”, recuerda que gracias a que lo despidieron pudo conectar con su parte más creativa de nuevo y entonces con la experiencia acumulada en su trayectoria:

“La pesadez de tener éxito fue reemplazada por la iluminación de ser un principiante otra vez. Me liberó y entré en una de las etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años, fundé una compañia llamada NeXT, otra empresa llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa”.

Jobs no se sentó en una esquina a quejarse de que lo habían despedido. No se conformó con cobrar la ayuda por desempleo (si es que existe en EEUU), ni se quedó pasmado echando curriculums a ver si alguien lo llamaba para ofrecerle un puesto en que ganaría un sueldo para vivir y poco más. Lo volvió a intentar. Buscó de nuevo conectar con lo que le apasionaba y se atrevió a emprender de nuevo… Por algo dicen que esto de emprender es adictivo.

“A veces cuando innovas, cometes errores. Es mejor admitirlos rápidamente, y seguir adelante apostando por tus otras innovaciones”, decía Jobs.

Lo importante: Aprender de los errores y comprender de una vez por todas, que el fracaso es una de las mayores fuentes de aprendizaje.

9.- Arriesgar por la idea

Cuando estamos emprendiendo y le contamos a nuestros amigos o familiares la idea que tenemos en mente, una de las cosas que suelen preguntar es ¿cuál será el modelo de negocio? o lo que es lo mismo: De dónde sacarás el dinero. Jobs, si bien tuvo éxito en sus proyectos, reflexionaba:

“Ser el hombre más rico en el cementerio no me importa… Ir a la cama por la noche diciendo que hemos hecho algo maravilloso… ESO es lo que me importa”.

Hay negocios que nacen sin saber como se van a rentabilizar, por ejemplo Twitter. Y eso no quiere decir que no sea un emprendimiento exitoso. Si bien lo idea es partir con un modelo de negocio que te permita los ingresos para cubrir los gastos y obtener ganancia, estoy convencida de que si haces lo que realmente te gusta, encontrarás la forma de rentabilizar tus esfuerzos y vivir haciendo lo que te gusta es una ganancia en sí misma, ¿no?

10.-El momento es ahora

“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, dice un refrán popular, muy sabio por cierto. Y es que si bien hablamos de que la vida es corta ¿a qué vamos a esperar? Decía Jobs:

“¿Quieres perder el resto de tu vida vendiendo agua edulcorada o quieres una oportunidad para cambiar el mundo?”

Es importante comprender que las condiciones para emprender nunca serán 100% favorables: El momento perfecto es ahora. Hay que arriesgar e intentar. Después de todo, lo peor que te puede pasar es que debas intentarlo de nuevo… ¿A qué esperas para emprender?

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Rememore el significativo discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford

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Me siento honrado de estar con ustedes hoy en su ceremonia de graduación en una de las mejores universidades del mundo. Yo nunca me gradué de una universidad. La verdad sea dicha, esto es lo más cerca que he estado de una graduación. Hoy deseo contarles tres historias de mi vida. Eso es. No es gran cosa. Sólo tres historias.

La primera historia se trata de conectar los puntos. Me retiré del Reed College después de los primeros 6 meses y seguí yendo de modo intermitente otros 18 meses o más antes de renunciar de verdad. Entonces ¿por qué me retiré?

Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era joven, estudiante de universidad graduada, soltera, y decidió darme en adopción. Ella creía firmemente que debía ser adoptado por estudiantes graduados. Por lo tanto, todo estaba arreglado para que apenas naciera fuera adoptado por un abogado y su esposa; salvo que cuando nací, decidieron en el último minuto que en realidad deseaban una niña. De ese modo, mis padres que estaban en lista de espera, recibieron una llamada en medio de la noche preguntándoles: “Tenemos un niño no deseado; ¿lo quieren?”. Ellos dijeron “Por supuesto”.

Posteriormente, mi madre biológica se enteró que mi madre nunca se había graduado de una universidad y que mi padre nunca se había graduado de la enseñanza media. Se negó a firmar los papeles de adopción definitivos. Sólo cambió de parecer unos meses más tarde cuando mis padres prometieron que algún día yo iría a la universidad.

Luego a los 17 años fui a la universidad. Sin embargo, ingenuamente elegí una universidad casi tan cara como Stanford y todos los ahorros de mis padres de clase obrera fueron gastados en mí matrícula. Después de 6 meses yo no era capaz de apreciar el valor de lo anterior. No tenía idea de lo que quería hacer con mi vida y no tenía idea de la manera en que la universidad me iba a ayudar a deducirlo. Y aquí estaba yo, gastando todo el dinero que mis padres habían ahorrado durante toda su vida. Así que decidí retirarme y confiar en que todo iba a resultar bien. Fue bastante aterrador en ese momento, pero mirando haciaatrás fue una de las mejores decisiones que tomé. Apenas me retiré, pude dejar de asistir a las clases obligatorias que no me interesaban y comencé a asistir irregularmente a las que se veían interesantes.

No todo fue romántico. No tenía dormitorio, dormía en el piso de los dormitorios de amigos, llevaba botellas de Coca Cola a los depósitos de 5 centavos para comprar comida y caminaba 11 kilómetros, cruzando la ciudad todos los domingos en la noche para conseguir una buena comida a la semana en el templo Hare Krishna. Me encantaba. La mayor parte de las cosas con que tropecé siguiendo mi curiosidad e intuición resultaron ser inestimables posteriormente. Les doy un ejemplo: en ese tiempo Reed College ofrecía quizás la mejor instrucción en caligrafía del país. Todos los afiches, todas las etiquetas de todos los cajones estaban bellamente escritos en caligrafía a mano en todo el campus. Debido a que me había retirado y no tenía que asistir a las clases normales, decidí tomar una clase de caligrafía para aprender. Aprendí de los tipos serif y san serif, de la variación de la cantidad de espacio entre las distintas combinaciones de letras, de lo que hace que la gran tipografía sea lo que es. Fue hermoso, histórico, artísticamente sutil de una manera en que la ciencia no logra capturar, y lo encontré fascinante.

Nada de esto tenía incluso una esperanza de aplicación práctica en mi vida. No obstante, diez años después, cuando estaba diseñando la primera computadora Macintosh, todo tuvo sentido para mí. Y todo lo diseñamos en la Mac. Fue la primera computadora con una bella tipografía. Si nunca hubiera asistido a ese único curso en la universidad, la Mac nunca habría tenido tipos múltiples o fuentes proporcionalmente espaciadas. Además, puesto que Windows sólo copió la Mac, es probable que ninguna computadora personal la tendría. Si nunca me hubiera retirado, nunca habría asistido a esa clase de caligrafía, y las computadoras personales no tendrían la maravillosa tipografía que tienen. Por supuesto era imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Sin embargo, fue muy, muy claro mirando hacia el pasado diez años después.

Reitero, no pueden conectar los puntos mirando hacia el futuro; solamente pueden conectarlos mirando hacia el pasado. Por lo tanto, tienen que confiar en que los puntos de alguna manera se conectarán en su futuro. Tienen que confiar en algo – su instinto, su destino, su vida, su karma, lo que sea. Esta perspectiva nunca me ha decepcionado, y ha hecho la diferencia en mi vida.

La segunda historia es sobre amor y pérdidaYo fui afortunado – descubrí lo que amaba hacer temprano en la vida. Woz y yo comenzamos Apple en el garage de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro y en 10 años Apple había crecido a partir de nosotros dos en un garage, transformándose en una compañía de US$2 mil millones con más de 4.000 empleados. Recién habíamos presentado nuestra más grandiosa creación – la Macintosh – un año antes y yo recién había cumplido los 30. Y luego me despidieron. ¿Cómo te pueden despedir de una compañía que comenzaste? Bien, debido al crecimiento de Apple contratamos a alguien que pensé que era muy talentoso para dirigir la compañía conmigo, los primeros años las cosas marcharon bien. Sin embargo, nuestras visiones del futuro empezaron a desviarse y finalmente tuvimos un tropiezo. Cuando ocurrió, la Junta del Directorio lo respaldó a él. De ese modo a los 30 años estaba afuera. Y muy publicitadamente fuera. Había desaparecido aquello que había sido el centro de toda mi vida adulta, fue devastador.

Por unos cuantos meses, realmente no supe qué hacer. Sentía que había decepcionado a la generación anterior de empresarios – que había dejado caer el testimonio cuando me lo estaban pasando. Me encontré con David Packard y Bob Noyce e intenté disculparme por haberlo echado a perder tan estrepitosamente. Fue un absoluto fracaso público e incluso pensaba en alejarme del valle. No obstante, lentamente comencé a entender algo – Yo todavía amaba lo que hacía. El revés ocurrido con Apple no había cambiado eso ni un milímetro. Había sido rechazado, pero seguía enamorado. Y así decidí comenzar de nuevo.

En ese entonces no lo entendí, pero sucedió que ser despedido de Apple fue lo mejor que podía haberme pasado. La pesadez de ser exitoso fue reemplazada por la liviandad de ser un principiante otra vez, menos seguro de todo. Me liberó para entrar en uno de las etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años, comencé una compañía llamada NeXT, otra compañía llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa. Pixar continuó y creó la primera película en el mundo animada por computadora, Toy Story, y ahora es el estudio de animación más exitoso a nivel mundial. En un notable giro de los hechos, Apple compró NeXT, regresé a Apple y la tecnología que desarrollamos en NeXT constituye el corazón del actual renacimiento de Apple. Además, con Laurene tenemos una maravillosa familia. Estoy muy seguro de que nada de esto habría sucedido si no me hubiesen despedido de Apple. Fue una amarga medicina, pero creo que el paciente la necesitaba. En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. No pierdan la fe. Estoy convencido que lo único que me permitió seguir fue que yo amaba lo que hacía. Tienen que encontrar eso que aman. Y eso es tan válido para su trabajo como para sus amores. Su trabajo va a llenar gran parte de sus vidas y la única manera desentirse realmente satisfecho es hacer aquello que creen es un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amando lo que hacen. Si todavía no lo han encontrado, sigan buscando. No se detengan. Al igual que con los asuntos del corazón, sabrán cuando lo encuentren. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el paso de los años. Así que sigan buscando hasta que lo encuentren. No se detengan.

La tercera historia es sobre la muerte. Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo parecido a “Si vives cada día como si fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto”. A mí me impresionó y desde entonces, durante los últimos 33 años, me miro al espejo todas las mañanas y me pregunto: “Si hoy fuera en último día de mi ida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de hacer hoy?” Y cada vez que la respuesta ha sido “No” por varios días seguidos, sé que necesito cambiar algo.

Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a decidir las grandes elecciones de mi vida. Porque casi todo –todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso –todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solamente aquello que es realmente importante. Recordar que van a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que tienen algo que perder. Ya están desnudos. No hay ninguna razón para no seguir a su corazón.

Casi un año atrás me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un scanner a las 7:30 de la mañana y claramente mostraba un tumor en el páncreas. Yo ni sabía lo que era el páncreas.

Los doctores me dijeron que era muy probable que fuera un tipo de cáncer incurable y que mis expectativas de vida no superarían los tres a seis meses. Mi doctor me aconsejó irme a casa y arreglar mis asuntos, que es el código médico para prepararte para la muerte.

Significa intentar decirle a tus hijos todo lo que pensabas decirles en los próximos 10 años, decirlo en unos pocos meses. Significa asegurarte que todo esté finiquitado de modo que sea lo más sencillo posible para tu familia. Significa despedirte.

Viví con ese diagnóstico todo el día. Luego al atardecer me hicieron una biopsia en que introdujeron un endoscopio por mi garganta, a través del estómago y mis intestinos, pincharon con una aguja mi páncreas y extrajeron unas pocas células del tumor. Estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me contó que cuando examinaron las células en el microscopio, los doctores empezaron a llorar porque descubrieron que era una forma muy rara de cáncer pancreático, curable con cirugía. Me operaron y ahora estoy bien.Fue lo más cercano que he estado a la muerte y espero que sea lo más cercano por unas cuantas décadas más. Al haber vivido esa experiencia, puedo contarla con un poco más de certeza que cuando la muerte era un útil pero puramente intelectual concepto:

Nadie quiere morir. Incluso la gente que quiere ir al cielo, no quiere morir para llegar allá. La muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y es como debe ser porque la Muerte es muy probable que sea la mejor invención de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Ahora mismo, ustedes son lo nuevo, pero algún día, no muy lejano, gradualmente ustedes serán viejos y serán eliminados. Lamento ser tan trágico, pero es muy cierto.

Su tiempo tiene límite, así que no lo pierdan viviendo la vida de otra persona. No se dejen atrapar por dogmas – es decir, vivir con los resultados del pensamiento de otras personas. No permitan que el ruido de las opiniones ajenas silencien su propia voz interior. Y más importante todavía, tengan el valor de seguir su corazón e intuición, que de alguna manera ya saben lo que realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario.

Cuando era joven, había una asombrosa publicación llamada The Whole Earth Catalog, que era una de las biblias de mi generación. Fue creada por un tipo llamado Steward Brand no muy lejos de aquí en Menlo Park, y la creó con un toque poético. Fue a fines de los 60, antes de las computadoras personales y de la edición mediante microcomputadoras, por lo tanto, en su totalidad estaba editada usando máquinas de escribir, tijeras y cámaras polaroid. Era un tipo de Google en formato de edición económica, 35 años antes de que apareciera Google: era idealista y rebosante de hermosas herramientas y grandes conceptos.

Steward y su equipo publicaron varias ediciones del The Whole Earth Catalog, y luego cuando seguía su curso normal, publicaron la última edición. Fue a mediados de los 70 y yo tenía la edad de ustedes. En la tapa trasera de la última edición, había una fotografía de una carretera en el campo temprano en la mañana, similar a una en que estarían haciendo dedo si fueran así de aventureros. Debajo de la foto decía: “Manténganse hambrientos.

Manténganse descabellados”. Fue su mensaje de despedida al finalizar. Manténganse hambrientos. Manténganse descabellados. Siempre he deseado eso para mí. Y ahora, cuando se gradúan para empezar de nuevo, es lo que deseo para ustedes.

Permanezcan hambrientos. Permanezcan descabellados.

Muchas gracias.

*Discurso que Steve Jobs, ex CEO de Apple Computer y de Pixar Animation Studios, dictó el 12 de Junio de 2005 en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford.

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