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El factum suicida del miércoles santo de Alan García y las perspectivas de la peruanidad telúrica por David Quispe Salsavilca
El factum suicida del miércoles santo de Alan
El presente artículo pretende interpretar el suicidio de Alan García como la manifestación de un drama más profundo y telúrico de la que los propios actores de un escenario jurídico político cultural son conscientes. En otras palabras develar su significado desde el factum del aquí y el ahora para proyectarnos en las coordenadas espacio temporales sucesivas de nuestra vertiente cultural histórica. En ese sentido esbozando plurales círculos hermenéuticos señalamos este factum como un “signo de los tiempos” que constituye un punto de quiebre, que nos resalta el ingreso a una nueva etapa que más que procesal o judicial o política, alcanza a revelarse como un nuevo escenario cultural. En este momento del camino al mismo tiempo de dejarse atrás una vista ya agónica, ya moribunda, ya muerta, se anuncia un devenir de cuyos rasgos esenciales aun siendo imprecisos casi ni permiten apreciar a sus nuevos protagonistas ni visualizar el nuevo guión de la nueva trama por venir sino simplemente entreveer desde las profundidades telúricas del movimiento cultural presente las vivas tendencias del inconsciente colectivo. (…)
Téngase presente que este hecho no deja de remomorar a nuestra consciencia otro suicido, no menos trágico acaecido 50 años antes: el del indigenista peruano José María Arguedas. Es menester diferenciarlo y comprenderlo en el contexto de la larga duración del proceso cultural peruano, como proceso de la civilización heredera de la andina en situación de globalización y modernización. Nuestra conclusión adelantada es la siguiente: el suicidio de Arguedas es el opuesto al suicidio de Alan, en términos del pensamiento dual andino, mientras el suicidio de Arguedas es el hurin el de Alan es el Hanan. Si el primero nos anunció proféticamente en medio de una sensibilidad trágica la imposibilidad de una moderna revolución indígena zelote en el Perú, el suicidio de Alan García anuncia la imposibilidad de la salida de la cultura criolla ante su arrinconamiento en su vertiente de viveza, que agoniza y se suicida ante el incremento de la cultura de la productividad y del registro en tiempo real de todo acto comunicativo, donde no solo el “Gran Hermano”, partido o grupo dominante tiene mil ojos y mil oidos sino también potencialmente cualquier ciudadano. El criollismo en la política ha muerto y ha sido enterrado un viernes santo sin aguacero.
Semana Santa Post Audios de la Vergüenza y Lectura de las Tentaciones del Desierto (segunda parte) por David Quispe Salsavilca
Semana santa post audios de la vergüenza (2 parte)
La tentación de los panes no va dirigida a un hombre cualquiera sino al hijo del hombre que es al mismo tiempo hijo de Dios y del Altísimo. La necesidad del hambre es propia del hombre en cuanto ser con limitación natural corpórea. En ese sentido en extenso también comprende a las otras necesidades corpóreas como la sed, el frio, el calor, la pulsión sexual, pero hay necesidades más allá de lo corporal. Sentir hambre, sentir pulsión sexual es parte de la naturaleza humana, su satisfacción al mismo tiempo de proporcionar placer es una consecuencia alcanzable para un ser humano individual por mediación de su ser en el mundo, que se despliega en toda colectividad humana, en su sociedad histórica. Pero el propósito del retiro está más allá de estas necesidades corpóreas, está en despertar y en satisfacer esa necesidad no córporea propia de la existencia humana capaz de sentir el cosmos, en palabras de Heidegger de hacerse la pregunta por el ser, de abrirse hacia él, a la gracia. Por eso el misticismo cósmico inicial no es una fuga de su naturaleza humana sino la práctica y el desarrollo de un aspecto no corpóreo de su naturaleza humana: la identificación y compromiso con lo humano y lo creado, integración de su cuerpo a su destinación existencial.
En ese sentido en el Dios hecho hombre, en Jesús de Nazareth la tentación está en la satisfacción del hambre corporal por mediación del “milagro”, como actuación de su naturaleza divina. En la seductora propuesta demoniaca la actuación milagrosa de convertir las piedras en pan supera, excluye y olvida su otra naturaleza: la humana. Es decir la tentación demoniaca tiene dos dimensiones la negación de la necesidad satisfecha mediante la instrumentación de su naturaleza divina y la negación del estrecho y frágil espacio de la naturaleza humana que como experiencia del espíritu dignifica la integridad del ser humano que además de comprender la experiencia sensorial corpórea no se queda en ello sino ve más, permaneciendo en aquello que en palabras de Jesús es el amor del padre o el Reino de Dios y en palabras de un ateo es la simple y sagrada energía co-creadora del universo.
Semana Santa Post Audios de la Vergüenza y Lectura de las Tentaciones del Desierto
Semana Santa post audios (Primera Parte)
Artículo nuestro cuya idea de presentación la transcribimos:
“En el Perú pronto viviremos la primera semana santa post “audios de la vergüenza”. Es decir posterior al evento que ha sacudido a toda nuestra clase política, absolutamente todo el CNM, el Legislativo, el Ejecutivo y varios jueces, no puede pasar ante nuestra vista sin inspirar un cambio de actitud que vaya más allá del imparcial, objetivo y no comprometido espectador externo sino también comprenda un cambio de dirección en la mirada de todo servidor público, para que en vez de entretenerse en la recreación de feriados que enfoca su mirada al exterior consumo, permita desarrollar un enfoque hacia el interior, actitud acorde a estas fechas. Entonces, quizás todos los funcionarios públicos, independientemente de nuestro credo religioso, ateo o agnóstico, simplemente como seres humanos que asumen la responsabilidad de su vida, de su muerte y de su legado, que responden también por el cargo a la Nación por el poder que están investidos, desde el más modesto escritorio en una provincia pastoril y periférica hasta el escritorio presidencial de cualquiera de los poderes del Estado deberíamos asumir estas feriadas fechas en serio, como tiempo de introspección, contemplación y religación en sentido zubiriano. Vivir estos días en su sentido original, desarrollando el horizonte que inició el Jesús de Nazareth histórico como Maestro, como experiencia vivida antes de su acción más pública y que ha inspirado la instauración de estos feriados como semana santa, en la lucha interna reflejada factual y visiblemente en la vivencia del desierto donde se presentaron las llamadas “Tentaciones del Desierto”, y que la sociedad consumista pretende olvidar, o disolverla para sustituirla en definitiva en momento de consumo útil para mover la economía, con la consecuente visión reduccionista del ser humano convertido simplemente en sujeto consumidor que alcanza la felicidad de bienestar en el espacio de tiempo de recreación consumista ególatra.”