Les paso un artículo de Heather Fraser sobre el nuevo enfoque del pensamiento diseño en el management que la autora llama pensamiento integrador, publicado en la revistra virtual IF de Infonomia, de pasadita se suscriben a la revista, esta buena:
http://www.infonomia.com/if/
¿Desde cuándo las empresas necesitan ser administradas?
Heather Fraser, directora de Rotman School of Management
Por Doris Obemair
Heather Fraser es la directora de Design InitiativeTM de Rotman School of Management en Toronto, y dirige Designworks TM, una entidad ubicada bajo el mismo techo que Rotman School dedicada a ofrecer seminarios personalizados a ejecutivos, programas de formación para estudiantes y consultoría de diseño empresarial a empresas y organizaciones. Bajo el liderazgo de su decano actual, Roger Martin, Rotman School se ha convertido en la punta de lanza de un cambio de paradigma en la formación en management. En Rotman se enseñan empresariales con un enfoque integrador, holístico, alegando que en el siglo XXI los retos corporativos no se pueden solucionar mediante modelos tradicionales limitados por fronteras funcionales. Fraser y Martin van incluso un paso más allá afirmando que «líderes y managers tendrán que convertirse en diseñadores, y las empresas deberán actuar como tiendas de diseño» a fin de triunfar en una economía basada en el diseño. Heather explica por qué administrar empresas no es suficiente, lo que conlleva un cambio en la formación del management.Peter Drucker ha dicho que Rotman School está dejando huella en la formación de management actual.
Rotman difiere de otras escuelas de negocios de todo el mundo por un buen número de razones. Lo más importante está en su esencia, el principio del pensamiento integrador, que fue sin duda un invento del decano de la Rotman, Roger Martin. El pensamiento integrador implica enseñar a los estudiantes a ser capaces de captar todas las complejidades de este mundo cambiante. Implica ser ágil, abarcar la complejidad, y crear nuevos modelos para el futuro, en contraposición a arrastrar los modelos del pasado.
En Rotman no se habla de administración de empresas sino de diseño de empresas.
Piense en una empresa: ¡las empresas no se administran! Las empresas se construyen y se hacen crecer. Así que los principios y las prácticas involucradas en crear productos o cualquier otra forma de diseño extraordinarios son los mismos que los que se necesitan para crear una empresa de éxito. Los líderes del mañana tienen que pensar en crecer, no sólo en gestionar y administrar las actividades de una empresa.
El reto más difícil para la mayoría […] es sentirse cómodos con la ambigüedad y ser capaces de arriesgarse
¿Qué caracteriza a la economía basada en el diseño, y cómo afecta ésta a la formación en management?
Todas las empresas incorporan el diseño como un camino para crear nuevos valores en lo relativo al desarrollo de producto o servicios. Cuánto más cerca se está de las necesidades del mercado y cuánto mayor sea la sofisticación de esas soluciones, más probabilidades tienen de triunfar. Pero el diseño se puede tener en cuenta de la misma manera extendiéndolo a los modelos de negocio estratégico, que es lo que enseñamos aquí.
A pesar de ello, la mayoría de escuelas de negocios enseñan de un modo segmentado en vez de integrador.
¡Exacto! Falta mucho para que el mundo se adapte a esta idea, porque todavía se contrata a gente exclusivamente de marketing o de finanzas. El problema es que el ritmo de la empresa se ralentiza cuando los empleados trabajan de forma aislada y nadie piensa en cómo conectarlos.
¿Cómo se enseña a los estudiantes a pensar como diseñadores?
Puedes ir explicando teoría hasta que te hartes, pero nuestro enfoque es que uno debe ensuciarse las manos. Como estudiante, debes sentir que te están retando, por lo que buena parte de nuestras enseñanzas son muy prácticas. Se trata de aprender mediante la experiencia, de invitar a los estudiantes a enfrontarse a grandes retos y complejidades, trabajando en equipo. Nuestro objetivo es que acaben los estudios siendo personas diferentes. Tanto en nuestra formación de ejecutivos como de estudiantes, cuando les planteamos estos problemas tan enrevesados les proporcionamos un marco sobre el que deben organizar su pensamiento, así como herramientas para liberar esa creatividad. Es básico que al final todavía haya mentes y pensadores analíticos, críticos. No se trata de enfrontar a unos y otros, sino de ser capaz de pensar en todas las dimensiones a la vez.
En el caso de la formación de ejecutivos, la mayoría de la gente debe de actuar de un modo ya establecido…
Exacto, por lo que se trata de desaprender. Los estudiantes que se matriculan en el MBA de Rotman con, por ejemplo, una formación ingeniera, científica o jurídica, deben desaprender ciertas cosas del pasado. En el fondo, el reto más difícil para la mayoría, sobre todo aquellos que son bastante competentes y cuentan con una carrera profesional, es sentirse cómodos con la ambigüedad y ser capaces de arriesgarse, y tener la valentía de equivocarse estrepitosamente y decir: «Ha estado bien, he aprendido algo. ¡Pasemos a lo siguiente!».
El pensamiento integrador implica enseñar a los estudiantes a ser capaces de captar todas las complejidades de este mundo cambiante
¿De qué se compone el pensamiento basado en el diseño integrador?
Se puede reducir a tres componentes básicos que pueden dirigir todo el proceso: el primer paso es lo que llamamos la comprensión del usuario, una comprensión profunda del factor humano. En el sentido tradicional pensaríamos que el usuario final es el consumidor del producto; de hecho, en algunas situaciones, sería una suma de todos los seres humanos. Si se comprende a toda esa gente en un nivel más profundo que su manera de usar o consumir un producto, si se reflexiona sobre ellos en cuanto a sus necesidades subyacentes, tendremos un punto de partida para explorar nuevas posibilidades más allá de los productos y servicios ya existentes.
El siguiente paso se llama visualización del concepto, y está basado en las necesidades de la gente. La clave es que, literalmente, construimos una solución: la visualizamos, la representamos, pedimos a la gente que se disfrace y se haga pasar por consumidores de verdad, escuchamos su feedback y lo incorporamos en el prototipo. El proceso de creación del prototipo nos permite establecer un buen diálogo, conseguir un feedback estupendo para progresar en la idea y trabajar en los problemas desde muy al principio.
El tercer paso es el diseño de negocio estratégico, donde intentamos responder a la pregunta de qué necesitamos para hacer que la idea funcione. Ahí es donde la mayoría de la gente se estanca y donde todas las innovaciones acaban archivadas en una carpeta. Se trata de qué actividades se deben programar, cómo puedes forzar el cambio desde dentro de una organización ya existente, cómo hacer que todo encaje para construir un modelo de negocio estratégico que apoye la gran iniciativa. Lo fundamental es que no se trate de un ejercicio hecho con una hoja de cálculo, porque con números y hojas de cálculo cualquier proyecto puede tener buena pinta.
Ha mencionado la palabra prototipo, que se ha convertido en una herramienta de investigación de mercado recurrente; algunos incluso hacen prototipos en el mismo mercado.
Roger Martin suele decir una frase fabulosa: las tres palabras que pueden matar una idea a más velocidad son demuéstrame que funcionad. Y tiene toda la razón. Yo provengo de un entorno de investigación de mercado, y le puedo asegurar que sólo se puede medir aquello que ya se ha hecho, lo que ya existe. Es muy difícil valorar algo que todavía está sin hacer. Eso es lo que cuesta más de entender, porque todo el mundo quiere garantías de que no será un fiasco. Quieren pruebas, pero eso no es posible con las grandes ideas.
¿El mundo corporativo está preparado para pensadores integradores formados á la Rotman?
Si un licenciado de la Rotman piensa que puede cambiar el rumbo de una empresa en los próximos 12 meses, que se vaya olvidando de ello. No obstante, estoy convencido de que los estudiantes que hagan suyos estos principios y los apliquen, causarán una gran impresión; la gente pensará que se trata de un modo inteligente de actuar, productivo, y que aporta mayor velocidad que la de la competencia y consigue que todos se impliquen
14 septiembre, 2009 at 7:48 am
¿como se puede aportar pensamiento de diseño desde fuera a una empresa? Vamos a tardar años en hacer diseñadores a los ejecutivos, sin embargo los problemas de los que hablamos surgen hoy. La clave es la fusión temporal con estudios de diseño que tenga visión de negocios. Esto es a mi modo de ver, contratar una empresa de diseño que te ayude a innovar, que te haga ver problemas y soluciones que no tenias implicitos según la metodología de observar, selecionar, etc.
El grave problema es identificar un target receptivo ¿quien se atreve a innovar verdaderamente?