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Si bien es cierto que Kim Hunter fue distinguida con el Oscar a la mejor actriz secundaria por su creación de Stella en Un tranvía llamado deseo (1951). Sin embargo, llegado el momento de glosar su carrera cinematográfica, es mucho más significativa su creación de Zira, la chimpancé amiga de Taylor en El planeta de los simios (1968).

No en vano, para el gran público, esta actriz estadounidense que falleció a causa de una caída a los 79 año de edad, pasó tan desapercibida como su verdadero rostro, transformado en el de aquella entrañable primate merced al buen hacer del maquillador John Chambers, en la inolvidable adaptación de la novela homónima de Pierre Boulle, hoy ya un clásico del cine de ciencia ficción producido en los años 60.

La actriz cuenta con dos estrellas en el paseo de la fama de Hollywood, la primera en el 1617 de Vine Street y la segunda en el 1715 de la misma calle.
Nacida en Detroit en 1922 con el nombre de Janet Cole, la futura actriz nunca tuvo vocación de estrella. De hecho, habría de ser Mark Robson, alguien tan lejano a la frivolidad de las estrellas y tan digno de respeto como todos los antiguos colaboradores de Orson Welles en Ciudadano Kane, quien encomendó a la joven su primer papel para la gran pantalla en The Seventh Victim.

Tras intervenir en algunas cintas menores, el gran realizador inglés Michael Powell repara en Kim Hunter para dar vida a «la clásica chica norteamericana» de A vida o muerte (1947). Aunque es una comedia basada en una anécdota que, habida cuenta de todas las variaciones que ha inspirado, bien puede considerarse un clásico entre los argumentos del cine estadounidense -un muerto asciende al cielo y allí se le ofrece la posibilidad de arreglar algunos asuntos que ha dejado pendientes en la Tierra-, el trabajo de Kim pasa tan desapercibido que, de regreso a su país, ha de volver a emplearse como actriz de teatro.

El realizador Elia Kazan la elige para dar vida a esa damisela sudista, venida a menos por su matrimonio con Stanley, que asiste al duelo de su esposo y su hermana en Un tranvía llamado deseo.Si Kazan contrata a Kim es por el talento de la actriz en su recreación del personaje de Tenessee Williams en la versión teatral de la obra.

Denunciada por sus antiguos compañeros de Hollywood ante el Comité de Actividades Antinorteamericanas, ese anonimato que caracterizó casi toda su carrera hizo que los inquisidores del senador McCarthy apenas la molestaran. Otra prueba de su sensibilidad para interpretar a Williams es su colaboración con Richards Brooks -junto con Kazan el cineasta que mejor ha sabido adaptar al dramaturgo- en Deadline U.S.A, (1952). Cuatro años después, la actriz comenzará a desarrollar una incesante actividad televisiva. Sus trabajos posteriores para la gran pantalla, la llevan a ponerse a las órdenes de John Frankenheimer -The Young Stranger (1964)-, Robert Rossen -Lilith(1964)- o Frank Perry -El nadador-, entre otros prestigiosos realizadores.

Aun siendo todas aquellas cintas estimables, El planeta de los simios, dirigida por Frankenheimer, sobresale entre todas ellas.
Kim Hunter, actriz, nació en Detroit en 1922 y falleció en Nueva York el 10 de septiembre de 2002.

Puntuación: 4.00 / Votos: 3