Muchas veces al contar historias y aventuras de montaña se incentiva a las personas en este deporte y surge la pregunta: ¿cómo empiezo?.
Normalmente con mis amigos de montaña respondemos que se debe empezar de a pocos, paso a paso, desde “abajo”, con caminatas ligeras que nos conecten un poco más con las montañas y la naturaleza, caminatas amenas que hagan nacer o renacer ese espíritu y de amor a la tierra, a la naturaleza. Comenzar con caminatas que no representen mayor desgaste físico y que nos permitan disfrutar del paseo. Si esto ya se ha hecho se sigue al siguiente nivel (siempre y cuando el físico y entrenamiento en caminatas o cualquier otro deporte lo permita): caminatas de un día pero con mayor nivel de exigencia, de más pendiente o logrando más desnivel en la caminata pero siempre manteniendo un buen contacto con la naturaleza y logrando la paz que otorga el estar caminando y disfrutando de las montañas, paz que nos permita acomodar ideas y llenarnos de energía.
Este, a diferencia de la mayoría de deportes, no es netamente de competencia (aunque también se suelen hacer competencias de montaña). Es una experiencia más de interiorización con uno mismo y si es que se compite con alguien es con uno mismo, compitiendo contra nuestros malos hábitos, debilidades y banalidades diarias, algo así como desprenderse de las capas superficiales con que nos cubre la vida diaria, la vida en la ciudad, la vida competitiva que nos ha tocado vivir.
Los siguientes pasos son intentar hacer caminatas de más exigencia física (si es posible con entrenamiento paralelo en la ciudad) de dos días, de más altura y con mayores desniveles. Esto ya implica contar con algo de equipo que nos permita mejorar nuestro desempeño: zapatos de trekking, buena mochila, buena bolsa de dormir (que aguante mucho frío), bastones de trekking, insulate, etc. (*) y algo de ropa especial que nos permitan caminar y descansar de manera cómoda (**).
Si es que uno ha llegado a este nivel (a veces en meses o años) ya está con la suficiente resistencia física y aclimatación como para subir un poco más, hacer exploraciones, aproximaciones a montañas, visitar lagunas (normalmente arriba de los 4000 msnm) y en alguna ocasión ver montañas más altas, montañas nevadas a lo lejos, altas, misteriosas, hermosas e imponentes.
Luego de haber desarrollado el físico necesario para hacer largas, altas y exigentes caminatas, el cuerpo ya está aclimatado y con la resistencia necesaria para poder realizar un ascenso, tipo travesía, a un nevado de poco más de 5,000m. Sin embargo, no sólo con voluntad se logra esto, en paralelo al entrenamiento físico se deben llevar cursos de alta montaña, de escalada en roca, de orientación, rescate en alta montaña y de primeros auxilios. Si hay cursos más avanzados o similares se deben llevar pues ello dará más confianza a uno mismo y a las personas con las que se escala.
Con todo lo mencionado anteriormente se logran las tres cosas importantes en todo deporte: resistencia física, actitud mental y técnica (conocimiento y experiencia).
Adicionalmente, más allá de la preparación o las ganas yo le añado algo mucho más importante: el espíritu. Normalmente las personas que hacen montaña poseen un buen espíritu, un gran espíritu, amante y curioso por la naturaleza. No se si con esto se nace o se forja en nuestras vidas pero de lo que si estoy seguro es que las personas que nacen o crecen rodeadas de montañas o cerros tienen muy interiorizado ese espíritu de amor hacia la naturaleza. Esto es importante y mientras uno visita las montañas lo siente, siente como un llamado en su interior, como una energía buena que da paz.
Con algo de experiencia les digo que más del 90% de personas que una vez visitan las montañas no regresan más y esto por varios motivos, todos entendibles por supuesto. El que no tengamos ese espíritu montañero no nos dice nada de una persona, sólo que la montaña no va con ella y punto.
Esto da para largo y los clubes de montaña ayudan mucho en este camino pues es allí en donde se encuentran personas “en movimiento” por la montaña, con salidas semanales de todo nivel, gente entrenando, planeando salidas, expediciones y organizando temas de difusión (exposiciones, charlas, etc.) (***).
Todo lo mencionado aplica en el caso de querer practicar andinismo de manera deportiva, si uno quiere saltarsse muchos de estos pasos (sobre todo el aspecto técnico) siempre existirán las agencias de viaje y los guías de montaña que aseguran una escalada segura y turística.
(Continuará)
(*) El tema de equipo y materiales de montañismo se detallará en otro escrito
(**) El tema de ropa especial se detallará en otro escrito
(***) He puesto algunos links a clubes de montaña. La ACMP es la Asociación de Clubes de Montañismo del Perú que agrupa a 6 de los principales clubes de montaña del Perú.