Archivo de la categoría: Varios

Diversidad de artículos que no logro encajar en alguna categoría

ERROR CERCA FINEM EST PESIMMUS

Latinistas de profesión (está en latín, no??) no se congestionen con esta frase probablemente mal escrita, lo que quiero resaltar es la traducción que el profesor Castillo, profesor de teología en EEGG Ciencias, nos dio: Equivocarse en la finalidad es terrible. ¿Cuántos de nosotros habremos de equivocarnos alguna vez en el fin de nuestros actos, de nuestros proyectos? Erramos el camino una múltiple cantidad de veces pero equivocarse en lo que nos motiva a seguir es, en verdad, terribilísimo. ¿Qué puede motivar a un estudiante de pregrado a seguir adelante?, ¿qué error se puede apreciar aquí?, una clasificación: pregrado, una ocupación: estudiante, un tiempo: indeterminado, un fin: seguir adelante, quizá ninguno pero para mi se podría reducir a ¿qué quién yo? Algo de alguien y ese alguien es la identidad. Quizá les parezca que no tiene sentido pero responder a ello es mucho más complejo y no es por quién ni yo, es por qué, todo se puede englobar en qué. Lo abierto del pronombre (es pronombre?) deja a elegir de la totalidad del todo algo en especial, el ¿qué puede motivar a un estudiante de pregrado a seguir adelante? limita demasiado la respuesta, la finalidad de este post no era entrar en un absurdo del lenguaje, era simplemente reiterar y evidenciar afectos personales, será mejor que se los diga cuando llegué, esto probablemente no lo leerá.

ERROR CERCA FINEM EST PESIMMUS
[PÉSIMO Y TERRIBLE] Leer más »

Escena A: El paradero

Terrible día el de hoy en la academia, mis maestros son insoportables y estar rodeado de tanta gente no es algo para lo que yo haya sido concebido (gente que no me ve a mi sino que ve a una pizarra emborronada y vuelta a emborronar). Ya debería haberme acostumbrado a este ritmo de clases y clases y descansos y salidas nocturnas al paradero de Salaverry a tomar un carro que me lleve a mi distrito de origen (aún vivo en Comas y aunque quisiera cambiarme de distrito mis padres no me lo permitirían). No hace mucho fueron publicados los resultados del Fondo de Becas, algunos conocidos míos entraron a la universidad – yo podría haber estado entre ellos, pero no tuve la resolución para dejar el colegio, dejar al grupo de debate, dejar a mis amigos, dejar a mi hermanita; simplemente no pude. Son las 7: 30, la mayoría ya ha salido de la academia pero mi tutor es algo más exigente con los “fijos”, aunque yo no crea que vaya a ingresar en este examen, él tiene cierta confianza desmedida en mí, 7: 45 y yo ya no quiero saber nada más de Educación Cívica. Miro hacia atrás, Carmela me sonríe con cierta familiaridad (somos muy buenos amigos, lástima que a espaldas de mi “hermanita”, somos “amigos con derecho a roce” como le dicen en España, amigos cariñosos como les dicen acá), si estuviese a su lado conversaría, pero estoy seguro que mi tutor nos separaría – como lo ha hecho ahora mismo -, 8:00 pm y los alumnos empezamos a recoger nuestros libros, al fin volveremos a casa.

Tomo la delgada mano de Marcel y empezamos a caminar por la Av. Arequipa, hace mucho frío y me gusta que tenga a alguien a mi lado para que me ayude a soportarlo. Los autos, las personas, las putas madrugadoras, los hombres de cuchillos caídos – ¿vamos al centro de España?,… ¿no?,… ¿la hora?,… claro, vamos a casa – apuramos el paso, una ligera llovizna nocturna nos sorprende y ella se acurruca en mi hombro, se siente tan bien tener a alguien con quien compartir el frío y la noche. Los vendedores ya se han retirado de sus puestos y solo quedan las luces de las farolas para alumbrar nuestro camino, hace mucho frío, demasiado, le paso el brazo por encima del hombro y ella se acurruca de mejor manera. Mi celular vibra, mi hermanita dice si nos podremos ver mañana sábado, Marcel me pregunta quién era, le digo que nadie, mi “hermanita” entiende que debo estudiar y Marcel no es celosa, todo marcha bien bajo la lluvia y llegamos al paradero de Salaverry.

La cola es bastante larga – es curioso pero para tomar el bus para Puente Piedra uno debe de hacer cola (la demanda es mucha) y esperar un buen rato – delante nuestro hay una pareja, un muchacho que viste de terno y lleva un horrenda mochila de tela (el conflicto por su elegante ropa, su extraña mochila y su curioso semblante adormilado me causa mucha gracia) y que abraza a una muchacha por la espalda, la muchacha voltea y me mira, lleva gafas de marco grueso, es de color canela y lleva un saco largo negro con una capucha muy similar al estilo esquimal pero que no impide ver su bonita figura, dice: ¿Me guardas la cola?, asiento con mi cabeza y se marcha, el muchacho le sigue y empieza a imitar a un mono, ella le dice cálmate monito y él sonríe.

Aquella noche compartimos el bus con esa pareja, Marcel me contó un tiempo atrás que tenía una casa en una zona cercana al centro de Puente y que la casa de Jesús María no le pertenecía a ella sino a su tía y que debido al viaje de su tía al interior ella tuvo que volver a la casa de más al norte. Ellos se sentaron delante de nosotros y charlaron un rato, por la charla pude saber que ella se llamaba Yaku y él, Aibraham. Ambos vivían al norte al igual que nosotros y luego de un rato ella se recostó en su hombro y se quedó dormida, mientras ello Marcel me hablaba de presentarme a sus padres y irme a vivir a su casa, yo solo afirmaba con mi cabeza sin mostrar ningún interés, ella se percató de mi desatención y se recostó contra el cristal, estaba cansada y yo sólo quería volver a ver aquellas gafas de marco grueso. Leer más »

Escena D: El sueño

He llegado a casa bastante cansado, la academia es insoportable, tantas horas encerrado no es una actividad que yo realizaría si no estuviese obligado. Afortunadamente hoy presente mi pedido de tolerancia a la encargada del turno mañana, no vivo cerca a si que es lo mínimo que se le puede conceder a un “fijo”. Saludo a mi anciana abuela mientras se lava la boca, saludo a mi madre que empieza a calentar mi comida, voy al cuarto de los padres y saludo a mi padre quien trabaja en el ordenador, finalmente busco a mi hermanito, probablemente esta en casa de mis tíos jugando o lavándose la boca junto a mi abuela. Voy a mi dormitorio, dormitorio que es sala y comedor todo junto a la vez, me desnudo y me visto con la ropa de casa (un polo blanco con algunas manchas y un pantalón de tela azul). Mi madre coloca la comida caliente encima de la mesa y yo recojo el plato y lo coloco sobre mis piernas cruzadas mientras me siento en el sillón, pruebo un poco, la comida de mi casa nunca es mala, pero tampoco es lo suficientemente buena, termino y llevo el plato al fregadero. Me lavo la boca con el gastado cepillo verde y un poco de la pasta de dientes a la que mi madre le confía mi salud bucal, me enjuago la boca, y paso a despedirme de mis padres, primero mi padre, luego mi madre y finalmente me acomodo en mi cama, mi cuerpo esta muy cansado y quiere ya descansar, más juego un rato con mi hermano y le quito a Soledad (un perro de peluche del que asumimos que es hembra aunque su rostro de peluche diga lo contrario), el grita un poco y se la devuelvo, ahora si debo irme a dormir, buenas noches mundo, mi celular hace mucho que no suena, no importa, me digo aunque yo mismo no lo crea, no importa, buenas noches.

” ¿Tu carné?,… ¿mi carné?,… Sí, tu carné,… listo aquí está su ticket, gracias…
Apúrate monito, apúrate, que vamos a perder la cola,… voy, si, ya voy. Me acerco y abrazo por la espalda a la muchacha de lentes de marco grueso, ella sonríe, recojo una bandeja para ella y una bandeja para mi, ella recoge los cubiertos, recojo su plato y el mío, ella coloca los vasos de bebidas en la bandejas y las servilletas, ella sonríe, yo estoy serio,… ¿comemos afuera?,…. claro, vamos, ahí hay un espacio (señalo un espacio vacío al frente del comedor), nos sentamos y empezamos a comer, ella me charla sobre lo que pasó en su casa, yo charlo sobre realidad nacional, mis clases, mi casa, cualquier cosa, yo charlo sobre cualquier cosa, ella sonríe, yo estoy serio y de cuando en cuando esbozo en mi rostro una sonrisa…
Ella saca un recipiente de su bolso y lo destapa, unas galletas de color canela se asoman cada vez más mientras ella termina de abrirlo, una nota escrita sobre un papel con temática de Naruto: Para el Yachayo más soberbio que conozco. Wayri Yaku. Las hice yo misma, me dice, están buenas, le digo…”

Me levanto con una fuerte jaqueca, hay algo que no esta bien en todo esto, hay algo que no encaja, me recuesto contra la pared de mi cuarto y empiezo a pensar, mi cuarto esta muy desordenado, eso es, el orden, ese sueño no esta en orden, pienso, no esta en orden, así no sucedieron las cosas, mucho antes de comer en el pasto ella me dio las galletas, mucho antes de que yo le abrazara por la espalda, mucho antes de que Jenny pidiera el carné, el incidente de las galletas fue mucho tiempo atrás, ¿Yaku?, ¿Ernesto?, un cisura se dibuja entre las escenas y un simiesco peluche femenino que pone: Eres especial, cae a mi lado, mi celular suena, un mensaje, “buenas noches, te quiero”. Hoy tampoco podré dormir. Leer más »

Pueblo Paleta

Últimamente tuve tiempo para caminar un poco por la universidad y volver a pasar por detrás de la facultad de Matemática, lo que algunos llaman Pueblo Paleta o Palmeritas para unos pocos conocidos de EEGG Ciencias, ver a algunas parejas recostadas en las palmeras, grupos de estudiantes con libros de lomo blanco en sus regazos y auriculares. Personas conversar animadamente, reír animadamente, vivir animadamente, hace calor para ellos pero para mi hace frío y me duele el cuerpo.

Busqué recostarme en alguna palmera y las vi todas ocupadas, las vi todas rebosantes de vida y espantado escapé a la Casa Verde

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Lamentaciones académicas

Suelo, muy últimamente (desde inicios de este año) torturarme con la incesante idea de alcanzar los máximos logros que mi mente y que los hombres han trazado en el ámbito académico.

Me torturó el saber que pudiendo ser cómputo general de esta casa de estudios me conforme con ser el mejor del grupo exonerado de Letras, sólo por dejar 6 preguntas en el examen de admisión que fueron bastante tediosas (por el tiempo que debía dedicarles que deje en blanco) y más recientemente con cierto curso introductorio que estoy obligado a llevar por darme el gusto de realizar una transferencia desde Letras a Ciencias y en el que si bien pude sacar mejores notas decidí dejarlo todo en manos del talento “innato” que digo yo tener y no estudiar lo que es nada en dicho curso.
Decisión que me ha costado un 20 de nota final en el curso y que me obliga a conformarme con un 19 si es que (claro está) me decido a repasar un poco los temas vistos en clase y no se lo dejo todo a ese perezoso talento mío…

Me lamento de eso, aunque muy a menudo mis lamentos no tienen oídos en los que ser escuchados y a decir verdad me da mucha pereza escucharme a mi mismo

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Sobre los límites que yo mismo me he impuesto

Fijar un tope, un límite, un fin no es algo de lo que soy muy partidario, aunque últimamente lo he tenido que hacer, tal vez por el bien de mi ya maltratada salud mental, por el bien de quienes esperan y anhelan un mundo mucho mejor en donde vivir y para aquellos soñadores que detestan la compañía. Me he puesto un límite muy de mala gana por que sé que si no lo hacía ahora muchos de mis quizás se vuelvan “tareas de díficil realización” (esta última frase la he copiado de un libro sólo que ya hace mucho que lo leí y no recuerdo cual era), deteniendo antes de que sea tarde y descubriendo, indignado, la confabulación de mis dos, hasta hace poco, irreconciliables internos (cuando digo que son internos es porque literalmente lo son, en verdad, están dentro). Les he detenido de golpe, les he adormecido (valiendome de mi 3er yo), y muy sinceramente no sé cuanto tiempo más pueda resistir el embate de esta confabulación maravillosa. Los límites que me he puesto son los límites a los que todos alguna vez llegamos y solemos tocar, prefiero mantenerme cuerdo un día más antes de enloquecer toda la eternidad, y si enloquezco quiero que sea contigo…

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Ni Huanzhi

La pedagogía ha sido, desde un tiempo atrás, de cierto interés para mi, quizá debido a que mis padres, ambos pedagogos, hayan influido de cierta manera en mi, motivo del que dudo terriblemente pues, sus continuos desencantos y la aparente monotonía de su trabajo, monotonía que me transmiten con sus comentarios, me han desencantado de cierta manera.
Ahora luego de un tiempo de haber cogido las revistas pedagógicas de mi madre, revistas que no he leído hasta el momento, encuentro entre la literatua soviética de mi biblioteca personal un libro camuflado con un título poco atractivo: “El maestro Ni Huanzhi” de Ye Shengtao. Libro que ha despertado en mí cierta pasión por la pedagogía y la enseñanzas y que me han hecho tomar la resoluta decisión de dedicarme 2 años de mi vida al trabajo de docente en una escuela rural. Con mi título de Ingeniero Informático y el de Estudios Generales Ciencias bajo el brazo instalarme en un pueblito de la sierra, construir una pequeñas escuela, si es que ya no hay una, y convertirme en docente.

Gracias por tu ejemplo, amigo Ni

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Escena 3: La caminata

Despierto, miro el cielo, el cielo?, se supone que estaba caminando al lado de Carmela en la academia, no?, Carmela?
Volvamos ya al pueblo, cariño, llevamos buen rato aquí y se va a hacer tarde – una muchacha delgada y con gafas, es ella – deberíamos volver ya, aunque si tú quieres podemos seguir subiendo más – me incorporo, el cielo empieza a oscurecer, esta lloviendo, mi ropa esta húmeda, camisa azul, pulóver; hace frío, desde aquí arriba puedo contemplar la ciudad, tengo el cabello corto, mi cabeza se enfria, a mi alrededor hay rocas pequeñas, uso una honda como cinturón, hay un bosque cerca y Carmela está a mi lado, me abraza.
Subamos, respondo institivamente, sigamos subiendo yo te tomaré algunas fotografías desde aquí, tomo la cámara y le señalo un lugar, aquí esta bien?, pregunta, sí, respondo, sonríe viene hacia mí y me da un beso; caminamos un trecho más y estamos ya en la cima, ya subimos este cerro y, si vamos al otro? Asiento con la cabeza, bajamos por una quebrada y corremos hasta la otra cima, seguimos caminando un trecho, divisamos unas pastoras a lo lejos, quieres ir?, pregunto; sí, vamos, responde; las pastoras nos reciben amablemente, hablan quechua, es hermoso, le tomo algunas fotografías a Carmela junto a las pastoras – Ladrones! – mencionan las pastoras – por aqui hay ladrones, será mejor que se vayan ya jóvenes – obedecemos, nos depedimos y empezamos la caminata hacia la ciudad

Regresar por la quebrada sería muy peligroso, además ya estamos bastante lejos de él, sería mejor si vamos por la otra ladera del cerro, comento, ella asiente y me sigue, un pequeño bosque, una casita y una laguna parece de ensueño, saco la cámara y le fotografio, seguimos caminando, no hay camino, hemos intentado bajar y al parecer no terminaremos nuestra “aventura” se va haciendo tarde, la lluvia ha parado, los cultivos se extienden por toda la ladera, hay una pequeña hilera que esta fuera de la cerca, debe ser por dónde bajan los agricultores, seguiremos por esta hilera, ten cuidado, le advierto, ten cuidado, no te vayas a caer Leer más »