Se me ha llamado aquí para hablar en representación de los jóvenes de Lima Norte y en especial de la juventud puentepedrina y manifestar nuestro a poyo a la revolución de la educación que el partido plante en su propuesta de gobierno pero no de forma ciega o por cuestiones partidarias sino consciente de la importancia de la educación como derecho y no privilegio de algunos.
Los jóvenes ávidos de conocimiento y dispuestos a construir un mejor país exigimos, pues no es cuestión de voluntades, se brinde una educación de calidad y que pueda llegar a todos; es tiempo de democratizar la educación.
Nuestro fin es una mejora nación, nuestros medios el conocimiento. Permítanos tener lo último y los resultados serán visibles. La educación no es un privilegio pero así lo ha venido pareciendo en las últimas décadas. Han existido intentos efectivos de subsanar esto, si un gobierno local apostó por una educación de calidad y otorgó becas a los mejores estudiantes… ¿por qué no podría ser esta una política de estado? Un compromiso para con los jóvenes y no un simple gesto propicio para la fotografía electoral. Pero no solo becas sino también créditos educativos para aquellos jóvenes deseosos de estudiar y que no pueden alcanzar una beca. Créditos a largo plazo para que se nos permita pagar con nuestro ingresos producto de nuestro trabajo y es aquí donde el Estado debe comprometerse nuevamente, ¿de que sirve la educación – el camino para mejorar la calidad de vida de los pueblos – si no hay trabajo digno para todos? Un gobierno local pudo y se mantuvo firme ante las críticas. El camino hacia el mañana está en función de la educación. Educación e Investigación, que la investigación sea el siguiente paso luego de la revolución educativa. La juventud organizada será el motor impulsor de este proceso, nosotros queremos no sólo un país productor o transformador sino también un país creador y promotor del desarrollo tecnológico en la región.
Los jóvenes somos agentes del cambio y estamos dispuestos a construir una mejor nación, cuenten con nuestro apoyo si sus intenciones son sinceras, hombro a hombro, juventud y Estado.
Es tiempo de escuchar, doctor Alejandro, y es tiempo de que los jóvenes se manifiesten