EL DILEMA DE LAS CURVAS.

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La humanidad en estas semanas se está enfrentando a una crisis mundial, quizás la mayor crisis de nuestra generación millennial. Las decisiones que las personas y los gobiernos tomen las próximas semanas probablemente darán forma no solo a nuestros sistemas políticos o de salud, sino también a nuestra economía y al mundo en general. Los policy makers de todos los países están tomando medidas para aplanar la curva de expansión del coronavirus y contener la catástrofe. Por otro lado, se enfrentan a que dichas medidas adoptadas  contra el virus no “aplanen” la curva de oferta y demanda de suministros con el consecuente desequilibrio de las economías y sus ramificaciones sociales en sus naciones.

Claramente nos encontramos ante un odioso dilema de costo de oportunidad o trade off, entre el beneficio en salud que ofrece a las familias las medidas de aislamiento social, a cambio del sacrificio que significa el recorte o hasta eliminación de los ingresos familiares  que podría significar en la población más vulnerable dejarlos en la pobreza . El coronavirus además de su impacto en la sanidad pública y la lamentable pérdida de vidas humanas, también tiene consecuencias económicas significativas con las cuales conviviremos algunos años. El consenso de los economistas es que el virus significa un shock negativo en la curva de oferta de suministros, esto quiere decir que al obligar a las fábricas a cerrar e interrumpir la producción se corta la cadena de suministro a los mercados mundiales. ¿Pero cuán profunda y persistente puede ser esta interrupción del suministro? ¿El shock negativo de oferta que se está viviendo podría afectar a la demanda agregada y agravar aún más la catástrofe?? ¿Cómo debe responder la política monetaria? ¿Qué pasa con la política fiscal?

Para tratar de responder estas preguntas vamos a suponer un escenario pesimista, que la interrupción del suministro causada por COVID-19 sea grave e impacte en la demanda agregada pudiendo dar lugar a un ciclo de fatalidad de oferta y demanda, y abrir la puerta a trampas de estancamiento inducidas por espíritus animales pesimistas, ósea las expectativas, de las cuales hablaremos más adelante.

La cuarentena alcanza a la Demanda Agregada.

Como lo vimos los efectos de la pandemia ha perturbado a la oferta de suministros y según el siguiente análisis podría alcanzar a la demanda agregada lo cual sería un gran problema. En el tradicional modelo keynesiano, el empleo y la producción están determinados por la demanda agregada. A su vez, la demanda agregada depende positivamente del crecimiento de la productividad. La razón de esto es un crecimiento más rápido de la productividad aumenta las expectativas de los agentes económicos sobre los ingresos futuros, lo que los induce a gastar más en el presente. Este efecto da lugar a una relación positiva entre el crecimiento de la productividad (g ) y el empleo ( l ), ilustrado por la curva DA en la Figura 1.

Imagine que la economía está inicialmente en pleno empleo (punto ( g , l ̅)). Entonces suponga que la epidemia de coronavirus causa una caída persistente en el crecimiento de la productividad, de g a g’ . Como se ilustra en el panel izquierdo de la Figura 1, el resultado es una menor demanda y la generación de desempleo involuntario ( l ‘ < l ̅). La lección es que la epidemia de coronavirus, a través de su impacto negativo en las expectativas de los agentes sobre el crecimiento futuro de la productividad, podría inducir una recesión impulsada por la demanda. Ahora suponga que el banco central reacciona bajando la tasa de interés, como es el caso peruano de 2.25% a 1.25%. Esta intervención tiene como objetivo sostener la demanda agregada, al inducir a los agentes a aumentar los préstamos y el gasto. Gráficamente, esto corresponde a un desplazamiento hacia la derecha de la curva DA  a DA’ . Si el estímulo monetario es lo suficientemente fuerte, se restablece el pleno empleo, como lo ilustra el panel derecho de la Figura 1. Para responder económicamente al brote de COVID-19 es fundamental el rol de los bancos centrales aliviando la política monetaria.  Por supuesto, esta política es viable en países donde hay margen de maniobra, ósea las tasas de interés no están en el límite inferior a cero.

La Espiral de la Demanda

El crecimiento de la productividad está al menos en parte impulsado por la inversión de las empresas. A su vez, las decisiones de inversión dependen de la demanda agregada: cuando la demanda es fuerte, el retorno de la inversión tiende a ser alto; La débil demanda agregada, por el contrario, deprime los incentivos de las empresas para invertir. Este efecto da lugar a una relación positiva entre el crecimiento de la productividad y la demanda agregada, que se grafica en la curva GG en la Figura 2. El equilibrio ahora está determinado por la intersección de dos curvas con pendiente ascendente. Esto señala la presencia de efectos de amplificación.

Vamos a volver suponer que la propagación del coronavirus genera un shock de oferta negativo persistente, capturada por un desplazamiento hacia abajo de la curva GG  a GG’ . Lo interesante es que ahora tiene lugar un ciclo de destrucción de oferta y demanda. Como antes, el shock de oferta negativo inicial deprime la demanda agregada. Pero ahora, una menor demanda induce a las empresas a reducir su inversión, lo que genera una caída endógena en el crecimiento de la productividad. El menor crecimiento de la productividad, a su vez, provoca un nuevo recorte en la demanda, lo que nuevamente reduce el crecimiento de la productividad. Esta espiral viciosa, o ciclo de destrucción de la oferta y la demanda, amplifica el impacto del choque inicial de la oferta en el crecimiento del empleo y la productividad.

En resumen, si es que las medidas de aislamiento social dictadas por los gobiernos para aplanar la curva de del covid-19 resultan ser agudas y persistentes perturbando la curva de oferta, ello podría amplificar su efecto y perturbar la demanda agregada, causando una depresión severa impulsada por una demanda agregada débil. En este caso, podrían ser necesarias intervenciones políticas drásticas, tanto monetarias como fiscales, para evitar que el shock negativo de la oferta causado por el aislamiento social, afecte gravemente el empleo y la productividad. En efecto estos tiempos no son tiempos normales. Muchas medidas de emergencia a corto plazo se convertirán en un elemento vital. Las decisiones que en tiempos normales podrían llevar años de deliberación se aprueban en cuestión de horas. Debemos actuar rápida y decisivamente Si, pero también debemos tener en cuenta las consecuencias a largo plazo de nuestras acciones. Al elegir entre alternativas, debemos preguntarnos no solo cómo superar la amenaza inmediata, sino también qué tipo de mundo habitaremos una vez que pase la tormenta.

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Un pensamiento en “EL DILEMA DE LAS CURVAS.

  • 27 marzo, 2020 al 5:11 pm
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    es muy cierto que no solo sobre la oferta , sino de manera global muchas nos preguntamos sobre la importancia que se le debe dar a estos analisis de curvas y estadisticas, con las medidas que ha tomado el gobierno acerca de esta pandemia siempre es bueno saber un poco mas sobre como afecta puntualmente a la sociedad en temas como oferta y demanda, y como la paralizacion de los ciudadanos estan influyendo cada ves mas

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