Todos los seres vivos necesitan energía para llevar a cabo sus funciones vitales, ésta la obtienen de los nutrientes que les brindan los alimentos que consumen. La fuente de energía fundamental de todos los ecosistemas es el Sol, el cual envía a la Tierra gran cantidad de energía en forma de luz y calor. La alimentación es una de las relaciones más importante que se establecen entre los seres vivos de un ecosistema. Según cuál es su fuente de alimentación, los seres vivos pueden ser productores, consumidores o descomponedores.
Las plantas, las algas y las cianobacterias captan la energía luminosa y mediante el proceso de la fotosíntesis, la transforman en energía química, la cual se acumula en los diferentes compuestos que estas elaboran y que sirven de alimento, tanto a estos organismos (productores), como al resto de los seres vivos que se alimentan de ellos (consumidores).
Una vez que estos organismos productores y consumidores mueren, son los organismos descomponedores los que se encargan de transformar sus restos en sustancias inorgánicas para liberarlas al medio (suelo o agua), de modo que llegan nuevamente a los productores y de esta manera se cierra el ciclo de la materia, como se puede apreciar en la Figura 2.4.
Productores: elaboran su propio alimento a partir de la luz solar, el agua y las sales minerales. La energía solar que captan junto con el CO2 y el agua, forman carbohidratos mediante el proceso de la fotosíntesis:
En esta categoría se consideran a las plantas y las algas.
Consumidores: la energía que necesitan para realizar sus funciones, moverse, crecer, reproducirse, restaurar tejidos, etc., la obtienen de los productores que consumen, mediante la descomposición de las moléculas orgánicas:
Hay tres categorías de consumidores:
Primarios: se alimentas exclusivamente de los productores, son los hervíboros.
Secundarios: se alimentan de los consumidores primarios, son los carnívoros.
Terciarios: se alimentan de los consumidores secundarios, son los depredadores.
Adicionalmente se consideran los carroñeros, que se alimentan de cadáveres de animales y, los parásitos, que se alimentan de otros seres vivos a quienes perjudican.
Descomponedores: se alimentan de los deshechos que provienen de los restos de los productores (hojas, ramas de las plantas) y de los consumidores (heces, cadáveres de animales) cuando éstos mueren, de esta manera aprovechan la energía almacenada en ellos.
Son capaces de convertir la materia orgánica en inorgánica, liberándola al suelo y subsuelo, de esta manera cierran el ciclo de la materia en los ecosistemas, al poner a disposición de las plantas las sustancias inorgánicas. En esta categoría se encuentran los hongos y las bacterias.
Una cadena alimentaria representa las relaciones de alimentación que se establecen entre los distintos seres vivos de un ecosistema. Se inicia en un productor, seguido por un consumidor primario y luego un consumidor secundario, como se muestra en la Figura 2.5. Por su parte una red alimentaria es la combinación de varias cadenas alimentarias representadas en forma de red, como se muestra en la figura 2.6.