3.1. Introducción
El cloruro de sodio, la sal común de casa, es un compuesto que utilizamos a diario y que se puede preparar a partir de sodio metálico y cloro gaseoso según la siguiente reacción:
Analicemos las propiedades de las sustancias involucradas: el sodio, Na, por ser un metal, posee brillo metálico, conduce el calor y la electricidad, es sólido a temperatura ambiente y se oxida fácilmente. El cloro, Cl2, por otro lado, es un gas a temperatura ambiente, no conduce la electricidad ni el calor. Finalmente, el cloruro de sodio, NaCl, es sólido a temperatura ambiente, tiene alto punto de fusión, en estado sólido no conduce la electricidad, pero sí se vuelve conductor al estar en estado líquido, además se disuelve fácilmente en agua.
Figura 3.1. Sodio metálico, cloro gaseoso y cloruro de sodio.
Tomado de: “Ministerio de Educación y Ciencia de España” (http://concurso.cnice.mec.es/cnice2005/93_iniciacion_interactiva_materia/curso/materiales/tabla_period/na.htm), “Amazing Rust” (http://www.amazingrust.com/experiments/how_to/Cl2.html) y “Gourmetpedia – Sal Gruesa” (http://es.gourmetpedia.com/alimentos/detail/food/383/).
Estamos frente a tres sustancias muy distintas entre sí en propiedades. ¿Por qué? Simplemente debido al tipo de fuerza que mantiene unido a los átomos de cada sustancia. Estas fuerzas se llaman ENLACES QUÍMICOS y son las que mantienen unidos a los átomos.
Cuando se efectúan reacciones químicas se rompen enlaces de los reactivos y se forman nuevos enlaces en los productos de tal reacción. Este proceso involucra únicamente el reordenamiento de los electrones que rodean al núcleo de cada átomo. Los electrones involucrados en estos procesos se denominan electrones de valencia.