Acceder a nuestro historial médico, pagar los impuestos, obtener una licencia de funcionamiento, inscribir un nacimiento o registrar una propiedad, debería ser una tarea fácil y simple, pero no lo es en el Perú; y esto pasa porque tenemos un Estado arcaico, esquivo a la modernización. Una tarea pendiente ad portas de la celebración del Bicentenario Nacional.
Todas las sociedades funcionan en una triada compuesta por ciudadanos, empresas y estado; existe una interdependencia entre los tres estamentos, unas reglas de convivencia que permiten su coexistencia, un pacto colectivo para respetarse mutuamente, además de la construcción permanente de normas e instrumentos para garantizar una mejor calidad de vida; pero en países como el nuestro esta convivencia suele ser muy complicada, debido a la administración del Estado que culturalmente es fraccionada, ineficiente y corrupta.
La renovación o modernización del Estado fue una demanda permanente en todos los ciclos de la civilización, pero hoy es especialmente imperativa por el vertiginoso avance de la tecnología; de otro lado, la modernización de las empresas evidencian cada vez más la obsolescencia del Estado; razón por la cual es ineludible que el gobierno priorice la digitalización del Estado.
¿Qué es la digitalización? Diversos autores coinciden que la digitalización comprende la transformación de la información analógica o física en información digital, para facilitar el acceso a un bien o servicio por medio de Internet.
El Perú, según el ránking de Índice de Gobierno Electrónico de Naciones Unidas (ONU), se ubica en el puesto 77 de 193 países; en otro importante estudio “Digital Planet 2017”, ocupa el puesto 52 de 60 estados en cuanto a digitalización. Como en casi todos los ránquines estamos más cerca de las postrimerías que el liderazgo. Estonia es el país estandarte en la digitalización, incluso va mucho antes que Estados Unidos, Japón, China o Rusia.
Estonia es un país de Europa del Norte, es un pequeño país que recién logró su independencia el año 1991, y como todo estado incipiente tuvo un gran número de problemas y desafíos para instituirse, pero las diversas crisis generaron enormes fortalezas en su élite política, así el Estado se vio obligado insertarse al mundo digital para optimizar sus recursos y generar una mejor calidad de vida para su gente. La apuesta fue tan buena que aquí nació Skype, la herramienta de comunicación digital más conocida en el mundo.
“Cualquier interacción entre el ciudadano y el gobierno, excepto el matrimonio y el divorcio, se puede hacer online”, señala el ex presidente de Estonia, Toomas Hendrik Ilves. Y el punto de partida para la digitalización es el DNI electrónico; este dispositivo permite el voto electrónico, cambiar la dirección de su domicilio, ver las notas de sus hijos, consultar las recetas médicas, ingresar al historial médico, pagar los impuestos, obtener una licencia de funcionamiento, inscribir un nacimiento o una defunción, registrar una propiedad, renovar tu pasaporte, crear o disolver una empresa. Estonia en total ofrece un total 1789 servicios a través del portal del gobierno que pueden realizarse en cualquier momento, de día o de noche, sin restricción. Todos los días del año y las 24 horas del día. Las únicas operaciones que requieren presencia física son las operaciones inmobiliarias, además del matrimonio o el divorcio. Según estudios, en Estonia se cree que cada persona ahorra dos semanas al año de trabajo empleando el sistema digital; pero en el Perú el ahorro sería mucho hasta un mes, debido a la burocracia y la inoperancia del Estado.
No hay duda que el Perú no es Estonia, la fragmentación territorial es el mayor problema para la transformación digital, pero hay avances significativos. Algunos servicios (Reniec, Migraciones, Indecopi y Sunarp) han mejorados sustancialmente, pero aún son insuficientes.
En el último año se ha unificado todos los portales del Estado en la Plataforma Digital Única de Orientación al Ciudadano (gob.pe), este es el resultado del Plan de Digitalización del Estado a cargo de la Secretaria de Gobierno Digital y la creación del Comité de Alto Nivel por un Perú Digital. El gobierno prioriza la digitalización de servicios en los ministerios y entidades nacionales, considerando que el 80% de los procesos públicos se concentra en 94 entidades; lo cual tendría resultados al año 2021; sin embargo, deja al margen a las municipalidades; esto pondría en riesgo las metas, porque las municipalidades son las unidades más pequeñas del Estado, son las que tienen mayor interacción con los ciudadanos; más importante que obtener el duplicado de DNI es el servicio de agua potable que es administrado por municipalidades. La modernización del Estado pasa por la digitalización de las unidades más pequeñas.
No obstante, esta modernización pasa también por los centros de enseñanza, las escuelas y la universidad. Los colegios públicos de Estonia, insertaron en sus currículos de estudios la enseñanza de ciberseguridad, robótica y programación; el Ministerio de Educación y los Gobiernos Regionales deberían recrear la educación a través de la realidad virtual y aumentada; un concepto explotado en los videojuegos pero ausente en la educación. La universidad peruana tiene la obligación de invertir o financiar emprendimientos digitales para conectar las empresas con la sociedad, la universidad tiene por finalidad la generación de conocimientos, de anticiparse a los posibles problemas sociales, de plantear soluciones frente a un contexto específicos; y no solamente de dotar de habilidades y competencias para un mercado laboral preexistente.
Hay un mundo nuevo que nos obliga a repensar la vida como la hemos visto siempre, un mundo digital que no desparece a lo físico, pero que sin duda influye en cada una de nuestras actividades cotidianas; lo único que nos queda es adaptarnos y aprovecharlo para nuestro beneficio. Empecemos cambiando nuestro DNI azul por uno electrónico.