“REFORMA” PARLAMENTARIA Y LA FALTA DE MEMORIA

“REFORMA” PARLAMENTARIA Y LA FALTA DE MEMORIA

Categoría : General

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Con gran pompa y redoble de campanas el presidente del Congreso de la República, Luis Gonzales Posada anunció la dopción de diez medidas para reformar el parlamento y mejorar el desempeño de los representantes políticos. Los anuncios fueron: Publicar la lista de congresistas que lleguen tarde, falten o no permanezcan en las sesiones del pleno; que la Comisión de Ética sancione a los legisladores faltones, además de aplicarse las sanciones pecuniarias; que se reemplace al legislador que tenga sanciones éticas reiteradas; que se prohibirán las licencias de representación durante las sesiones del pleno del Congreso y las comisiones; que se prohiban los viajes al exterior salvo casos excepcionales; que se publique la lista de legisladores que registren descuentos por faltas injustificadas; que se publique la lista de los que frustren el quórum para el inicio de las sesiones; que se eliminen las licencias automáticas salvo el supuesto de enfermedad debidamente comunicada, convocar a sesiones plenarias los miércoles y jueves a fin de agotar los temas de la agenda legislativa; y la cnovocatoria a sesiones extras para votar las reformas constitucionales y electorales pendientes.

Son medidas de tipo administrativo que ya se aplicaron en su oportunidad, sobre todo en el período 2001-2006, que no dieron ningún resultado porque los congresistas aprendieron a sacarle la vuelta a la norma, y siempre había justificaciones médicas comprobadas para faltar, viajes impostergables de urgencia, visitas de importancia nacional por atender, entre otras medidas. Incluso, en ese tiempo se llegó a prohibir que sesionaran durante las sesiones plenarias las Comisiones Ordinarias y que se produjeran eventos o audicencias públicas de distinto tipo, con el objetivo de tener un quorum en los plenos.
Entonces, lo que se anuncia como una reforma parlamentaria, son en realidad cambios administrativos que tienen que ver más con promover la transparencia y el acceso a inormación pública, y que en realidad, sólo vuelven a colocar al Congreso a los estándares alcanzados y ganados en estas materias durante el Congreso anterior, donde cualquier ciudadano desde su casa o cualquier cabina de internet podía acceder a las votaciones de los plenos de manera nominal y en que sentido, a favor, en contra o abstenciones, con lo cual se sabía como había votado cada congresista. Asimismo, se podía conocer la asistencia y el momento en que el parlamentario había llegado a su curul porque figuraba la hora de este registro. Pero esto no sólo ocurría en las sesiones plenarias, sino en las Comisiones Ordinarias.
Como si ello no fuera suficiente el nivel de transparencia alcanzado en el período parlamentario anterior permitía conocer por cada oficina de despacho parlamentario, así como por cada unidda, oficina o dirección administrativa del Congreso que personas trabajaban, cuando ingresaron, cuando se retiraron e incluso el nivel remunerativo con el que habían sido contratados. A los cual habría que agregar, que por cada despacho parlamentario se podían obtener información sobre el consumo en llamadas telefónicas, en materiales de oficina y en el uso de mensajería, amén de su produccíón legislativa, fiscalizadora y de representación. Acciones a lo cual habria que agregar la entrega de un informe anual de gestión por cada congresista, a modo de rendición de cuentas.
Toda esta política parlamentaria fue borrada de un plumazo por la nueva administración aprista, cuyo síndrome adánico es conocido, y dejó de lado este nivel de transparencia alcanzado por el parlamento nacional, y que fue puesto en práctica luego de un proceso de reestructuración institucional con fondos del Banco Interamericano de Desarrollo, y que permitió contra con las tecnologías de información que permitieron adecuar el Congreso a estas necesidades. Cuando se dice que el régimen de Alejandro Toledo fue el más auscultado e interpelado por la opinión pública, también tiene una relación con la transparencia alcanzada en el parlamento y donde se pudieron develar las faltas graves, medianas o pequeñas que cometieron sus parlamentarios en ese período.
El aprismo, tratando de inventar la pólvora borro con el codo todos estos avances que respondían a una PLan Estratégico aprobado de manera consensual por los grupos políticos, donde también fue afectada la asistencia técnica que debían tener los parlamentarios (el 80% sin niguna experiencia política) cuando se cierra el Centro de Investigación Parlamentaria, sin ninguna razón, sólo la del capricho político de no tener un espacio técnico que mire los contenidos del debate de las normas, y pueda buscar homogenizar los saberes de los representantes políticos, donde las brechas son más que evidentes. No fue un problema de reducción presupuestal, porque todos los trabajadores de este Centro laboran en el Congreso, sobre todo en las Comisiones Ordinarias, el objetivo era político.
Como dice la Asociación Calandria, “Hasta el 2006 se publicaba los acuerdos de la Mesa Directiva, del Consejo Directivo, las votaciones y la asistencia al Pleno. Ahora esta información ya no aparece en el portal del Parlamento. Eso servía para que la sociedad civil pudiera monitorear el funcionamiento de los legisladores”.
Hay entonces una retorno a las buenas decisiones tomadas en el pasado y a los principios que se gestaron durante el período presidencial de Valentín Paniagua, es bueno que ello ocurra, pero al mismo tiempo, vuelve a poner en cuestión el que todavía no aprenden los políticos a diferenciar el Estado del gobierno. Los estándares alcanzados y los mecanismos establecidos para asegurar la transparencia y el acceso a la información debieron permanecer como un adquirido de la institución legislativa, a la cual los nuevos regentes del Congreso debieron partir con esa línea de base, para mejorar y profundizar esa política.
Ello sólo ocurrirá cuando los representantes políticos pertenezcan a un sistema de representación donde no se sienta dueños o propietarios del puesto por cinco años porque sólo una nuevas elecciones lo ratifican o lo sacan del sistema, por más pataleo ciudadano que hubiere por el desempeño parlamentario. Por lo que el sistema parlamentario de repesentación así como tiene un sistema de entrada debería contar con un sistema de salida, adicional a lo que se pueda establecer de manera constitucional como puede ser la renovación por tercios o mitades, que busca premiar o castigar a la buena gestion parlamentaria.

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1 Comentario

Elecciones 2010 Colombia

26 enero, 2009 a 1:35 am

Muy interesante blog! Hace poco leí un reportaje sobre el mismo tema en un portal colombiano dedicado a proveer información electoral y sobre los candidatos en Colombia, especialmente lo relacionado con las elecciones 2010 en Colombia y con los candidatos al congreso y a la presidencia.

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