Al salir de mi sesión terapéutica la frase “El amor no es para todos” me cautivó desmesuradamente. En la actualidad nos compramos la idea de que “todos debemos enamorarnos”, nos obligamos cada día a sentir amor sin estimar que existe la opción de no enamorarse, vamos los días intentando interpretar afectos como amor, sorteando en nuestro imaginario destinos posibles del como “debe ser” nuestro amor. Sin embargo obviamos considerar que cada ser humano tiene una historia, un pasado y un presente que posiblemente desconocemos, deseos y necesidades propias de sus vivencias que puede que no sean ni siquiera similares a las nuestras. En otras palabras quiero decir que; no existe, en ningún lado, alguien que sea igual a nosotros, a nuestra medida, una alma gemela que nos complete, somos tan diversos, tan dueños de nuestra propia singularidad.
En esa línea Miller* agregaría; entre tal hombre y tal mujer, nada está escrito por anticipado, no hay brújula, no hay relación preestablecida. Su encuentro no está programado como el del espermatozoide y el del óvulo; nada que ver tampoco con los genes. Los hombres y las mujeres hablan, viven en un mundo de discurso, es eso lo que es determinante. Asimismo cada civilización, se distingue por el modo en que estructura su relación entre los sexos y como diría el sociólogo Bauman**; cada uno es conducido a inventar su propio “estilo de vida”, y a asumir su modo de gozar y de amar.
En ese sentido, el enunciado “Estar completo(a), solo(a)” (como una elección tan singular) me pregunto,si… ¿Es difícil de considerar o aceptar?, ¿Por qué nos perturba tanto amar o no ser amados?, ¿Somos incapaces de establecer algo distinto para nuestra vida?, ¿Podemos arriesgar algo de nuestro conformismo social de hacer siempre “lo establecido”?, cuestionarnos esto es significativo para visualizar lo que simboliza para nosotros, días tan festivos como San Valentín, el matrimonio y otros muchos más relacionados al amor.
(*) Entrevista a Jacques- Alain Miller por Hanna Waar para la Psychologies Magazine, octubre 2008, n° 278.
(**) Bauman, Zygmunt:. Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos.
La opción de no enamorarse… es algo similar que le eschuche a una amiga… Que ciertamente no se había enamorado y que por su edad se hacía esa opción… bueno, al mes siguiente se dijo en un chico de la clase de baile a la que iba y un tiempo más tarde se hicieron enamorados… sólo diré… tiempo al tiempo.
Concuerdo con tu opinión, enamorarse es impredecible de igual forma encontrar al ser amado en poco o un largo tiempo, sin embargo lo que he tratado de resaltar es la elección muy subjetiva, propia de cada uno en decidir sobre su vida afectiva, y aún así no está demás considerar que nada garantiza la permanencia de la pareja. Siempre es una apuesta.