A propósito de un artículo sobre el tema de las Malvinas de mi gran amigo el escritor Nicolás Márquez publicado en “La Prensa Popular” de Argentina, he cursado mis impresiones al respecto en una carta que transcribo aquí.
Querido Nicolás,
Con todo respeto, me parece temerario este nuevo intento del gobierno argentino de revivir un viejo asunto como este.
De partida, a un observador extranjero como yo no le queda claro la legitimidad del reclamo argentino, porque entiendo que en las Falklands hubo asentamientos humanos de distintos paises, y el asentamiento inglés tiene varias generaciones ahí.
Adicionalmente, si vamos a buscar reivindicar viejos argumentos territoriales, por citar un ejemplo, Perú tendría que reclamarle a todos sus países limitrofes por el recorte de sus fronteras (y eso que podriamos invocar hasta al imperio incaico, lo que seria una locura), con lo cual no avanzamos sino que nos estancamos en la historia menor.
Además, se nota que esta movida del gobierno argentino está dividiendo (y distrayendo) a la oposicion del verdadero objetivo que la debe mover, a saber, la restitución de un régimen político basado en una concepción más liberal de lo político y de lo económico.
En adición, la apelación al patriotismo va a generar que gente del pueblo se muera (los ministros no van a mandar a sus hijos a la guerra) y el costo de la guerra (aunque ganen) será terrible. NI qué decir si es que pierden.
Finalmente, el discursete patrioterista latinoamericano va a arrastrarnos a los demás países a pelear una guerra que no es la nuestra, pero que tenemos que “apoyar” como reivindicación continental en el terreno de la diplomacia regional; afectando a países que queremos despegar insertados al mundo.
Haciendo incapié en que quiero profundamente a la Argentina y que tengo entrañables amigos argentinos, declaro esto porque no quiero que se metan en una empresa cuyos resultados todos podemos prever.
Estoy entregando cinco argumentos que espero no sean respondidos con igual número de diatribas e insultos o apelaciones a la “santidad de nuestas FFAA”, argumento que todos en nuestros países utilizan para embobar a la gente. El patrioterismo, más que la religión, puede ser el peor opio del pueblo. Y eso está harto demostrado no sólo desde Hitler sino desde Ramses II por lo menos.
Un abrazo desde Lima.
Eugenio D´Medina Lora
LIma, 13 de febrero de 2012
Nota: Carta posteada en “La Prensa Popular” de Argentina.
http://www.laprensapopular.com.ar/3828/el-bastardeo-de-malvinas#comment-848055
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