HOMENAJE A MI AMIGO MARCOS KISNER BUENO

[Visto: 2518 veces]

Estas palabras vertidas en torno al despido de un alto funcionario del Gobierno, por no aceptar casos de corrupción, demuestran la calidad de algunas personas rescatables y proclives a generar el desarrollo de nuestro país. Ojala el Señor le otorgue a Marcos muchas más y mejores oportunidades para servir en el sector pesquería de nuestro país. Mis sinceros respetos Marcos Kisner.

Cuando se tiene un doble discurso de moralidad para los administrados pero no para los administradores; cuando el sistema permite que el oportunismo político y la influencia prime sobre la moralidad, la eficiencia y lo debido, cuando se despide a un secretario general porque es inflexible en no permitir la corrupción, ni que un grupo de personas con un nivel de productividad y eficiencia cuestionables cobre viáticos en forma indebida incrementando su remuneración en forma encubierta, cuando se permite que un director manipulado por personas con poder político pero escasa moralidad; cuando se avala que un director pretenda saltarse las normatividad vigente para contratar personal; cuando se defiende lo indebido en contra de lo debido….es evidente que el sistema, además de ser perverso, es injusto e inmoral.

Cuando las personas privilegian su interés personal y hacen de su existencia tan solo una lucha por sobrevivir y ganar un sueldo aún a costa de sus principios y de su ética; cuando no se tiene claramente definida una escala de valores que imponga lo debido por sobre lo indebido; cuando la ineficiencia no es castigada; cuando la exigencia sana y la presión debida para alcanzar metas y niveles óptimos de eficiencia no es reconocida sino mas bien castigada; cuando la corrupción no solamente no es denunciada sino avalada; cuando el despotismo y el absolutismo de la autoridad no son detenidos; cuando se ejerce la autoridad legal aunque indebidamente y se viola el principio de autoridad; cuando un titular de pliego impide que sus subordinados elijan a su propio personal e impone, en una clara demostración de desconfianza, a sus propios elementos de confianza impidiendo la actuación de equipos armónicos y eficientes de trabajo; cuando la autoridad subordinada se somete a lo indebido y acepta lo éticamente incorrecto, es la hora en la cual la Institución muere y se demuestra y confirma la ineficacia y la perversidad del sistema.

Cuando un jefe acepta que se le imponga personal ineficiente y corrupto, el sistema se fortalece y la institucionalidad muere. Porque hay muchas formas de corrupción: la ineficiencia, la inacción ante lo inmoral, la complicidad y el silencio también son formas de corrupción.

La honradez es el reconocimiento de que lo irreal es irreal y no puede tener valor; de que ni el amor, ni la fama, ni el dinero son valores cuando se les obtiene mediante el fraude; de que toda tentativa para adquirir un valor engañando a la mente ajena, es lo mismo que elevar víctimas a una posición más alta que la misma realidad, convirtiéndolo en peón de su ceguera, en esclavo de su carencia de pensamiento y de sus evasiones; de que no les importa vivir dependientes de otro y menos aún de la estupidez de los demás o como un imbécil cuya fuente de valores son los imbéciles que han conseguido engañar a otros; la honradez no es un deber social ni un sacrificio en beneficio de nadie, sino la virtud más profundamente interesada que un hombre puede practicar: su renuncia a sacrificar la realidad de su propia existencia ante la engañosa conciencia de los demás.

Cuando se ha convertido al mal en medio de supervivencia, no confíen en que los hombres sigan siendo buenos. No esperen que conserven la moralidad y pierdan la vida convertidos en pasto de lo inmoral. No esperen que produzcan, cuando moralidad se ve castigada y el robo recompensado. No pregunten entonces ¿Quién esta destruyendo a la Institución? porque serán ustedes mismos.

La justicia es el reconocimiento de que no pueden desfigurar el carácter del hombre, como no se puede desfigurar el carácter de la naturaleza; que deben juzgar a todos los hombres tan conscientemente como juzgan los objetos inanimados, con el mismo respeto a la verdad, con la misma incorruptible visión, por un proceso de identificación tan puro y racional como aquél; que cada hombre debe ser juzgado por lo que es y tratado en consecuencia; que del mismo modo que no pagan por un pedazo de chatarra mohosa un precio más elevado que por un metal pulido, tampoco hay que evaluar a un canalla por encima de un virtuoso; que vuestra apreciación moral es la moneda con que se paga a los hombres por sus virtudes o sus vicios y este pago exige de ustedes un honor tan escrupuloso como el que prestan a las transacciones financieras; que no demostrar desprecio ante los vicios y defectos de los hombres, es un acto de falsificación moral, y no admirar sus virtudes, un acto de desfalco, asimismo moral; que situar cualquier preocupación por encima de la justicia, es devaluar vuestra moneda moral y defraudar al bueno en favor del malo, puesto que solo el bueno puede perder por un desfalco de la justicia y solo el malo aprovecharse de ella. El fondo del abismo, el final de esa ruta, el acto de bancarrota moral consiste en castigar al hombre por sus virtudes y recompensarle por sus vicios. Tal es el colapso de la depravación total, la misa negra de la adoración de la muerte, la dedicación de la conciencia a la destrucción de la existencia.

La productividad es vuestra aceptación de la moralidad, vuestro reconocimiento del hecho de que habéis elegido vivir, de que el trabajo productivo es el proceso mediante el cual la conciencia de un hombre controla su existencia, un proceso constante encaminado a adquirir conocimientos y dar forma a la materia para que encaje en nuestros propósitos, traducir una idea en forma física, rehacer la tierra según la imagen de los propios valores, de que todo trabajo es trabajo creador si se hace con una mente que piensa y que ningún trabajo es creador si se realiza con un ser que repite en estupor falto de crítica una rutina aprendida de otros, de que vuestro trabajo lo es por elección y que esa elección es tan amplia como vuestra mente, de que nada más es posible y nada menos que su mano, de que engañaros al aceptar una tarea mayor de la que vuestra mente permite es convertiros en un simio corroído por el miedo, actuando sobre movimientos copiados y sobre un tiempo también copiado, y de que, por otra parte, el desarrollar una tarea que requiere menos de la capacidad total de vuestra mente, es cortar vuestro motor y sentenciaros a otra clase de movimiento: la descomposición; de que vuestro trabajo es el proceso de adquirir valores y de que perder la ambición de valores es perder la ambición de vivir, de que vuestro cuerpo es una máquina y vuestra mente el conductor y de que debéis llegar tan lejos como vuestra mente os lleve, con el triunfo como meta de vuestro camino; de que el hombre sin propósito es una máquina que va descendiendo por la pendiente, a merced de cualquier peñasco en el que estrellarse en cuanto encuentre un barranco; de que el hombre que da rigidez a su mente es una máquina parada, que se enmohece poco a poco; que quien permite a un director prescribir el curso de su vida, es una ruina arrastrada hacia el montón de chatarra, y de que el hombre que convierte a otro en su objetivo, es un caminante a quien ningún conductor debería recoger en el camino; de que vuestro trabajo es el propósito de vuestra vida y de que debéis alejaros de cualquier asesino que considere su derecho deteneros.

El orgullo es el reconocimiento del hecho de que vosotros mismos sois vuestro más alto valor y de que, como todos los demás valores humanos, ha de ser merecido; de que todos los logros abiertos ante vosotros, el que hace posibles a los demás, es la creación de vuestro propio carácter; de que vuestro carácter, vuestras acciones, vuestros deseos, vuestras emociones, son producto de las premisas que vuestra mente mantiene; de que igual que el hombre produce los valores físicos necesarios para sustentar su vida, ha de adquirir también los valores de carácter que hacen su vida digna de ser sustentada; de que del mismo modo que el hombre es un ser cuya riqueza logra él mismo, es también un ser cuya alma él mismo se forma; de que vivir requiere un sentido de los propios valores, pero el hombre no poseedor de valores automáticos tampoco tiene un sentido automático de la propia estima, y ha de conseguirlo dando forma a su alma, según la imagen de su ideal moral, según la imagen del hombre, y de que siendo ser racional nacido para crear, ha de crear por elección; de que la primera precondición de la autoestima es ese radiante egoísmo del alma, que desea lo mejor de toda cosa, en valores materiales y espirituales; un alma que busca sobre todo conseguir su propia perfección moral, no evaluando nada por encima de sí misma, y de que la prueba de una autoestima totalmente conseguida es el estremecimiento de desprecio y rebelión contra el papel de animal para el sacrificio, contra la vil impertinencia de cualquier credo que proponga inmolar ese irremplazable valor que es vuestra conciencia y la incomparable gloria de vuestra existencia ante las ciegas evasiones y la hedionda podredumbre de los demás.

Existen dos aspectos de todo asunto: uno bueno y el otro malo; pero el término medio siempre es malo. Quien sufre un error, aún retiene cierto respeto hacia la verdad, si no por otra cosa, por aceptar la responsabilidad de su elección. Pero el hombre situado en el centro es un bribón que elimina la verdad a fin de pretender que no existe elección de valores; es el mismo que contempla sentado el desarrollo de una batalla, deseoso de aprovecharse de la sangre del inocente o de arrastrarse ante el culpable; quien dispensa justicia condenando por igual al ladrón y al robado, quien soluciona conflictos disponiendo que el pensador y el imbécil se encuentren a mitad de camino. En todo compromiso entre alimento y veneno solo vencerá la muerte. En todo compromiso entre bien y mal solo este ultimo saldrá beneficiado. En esa transfusión de sangre que deja sin sustancia al bueno para alimentar al malo, el amigo de los compromisos se constituye en tubo de goma trasmisor de aquella.

Puntuación: 5 / Votos: 13

Freddy William Castillo Palacios

Aunque no lo veas...Jesús está contigo

2 pensamientos en “HOMENAJE A MI AMIGO MARCOS KISNER BUENO

  • 5 julio, 2015 al 6:08 pm
    Permalink

    No conozco al autor, no he investigado sobre su CV ni su posición ideológica, pero no puedo menos que sintonizar con lo expresado y además de felicitarlo por la claridad conque expresa sus principios que los comparto plenamente. Tengo una pregunta crucial ¿si estará dispuesto a pagar el precio para luchar frontalmente con la tendencia que nos quieren imponer la aceptación de que “roba pero hace obras”, “es corrupto pero lo apoyo”?
    También yo me debato en la misma disyuntiva, mis principios son claros y precisos, pero, ¿estaré dispuesto a “incomodarme para que el mal o la corrupción no sigan avanzando”?
    Probablemente habrán muchos que se debatan con la misma disyuntiva, estoy seguro que juntos seríamos los que definamos quién debe dirigir los destinos de la patria por el camino de la sanidad social, la paz como fruto de la justicia, no sólo de la legalidad sino de trascendencia social que posibilite la verdadera inclusión y el auténtico desarrollo que va más allá del crecimiento económico.
    Lo convoco a que nos animemos mutuamente y asumamos la responsabilidad histórica que se nos presenta por delante.
    Parafraseando las Escrituras, “la victoria sólo la alcanzarán los valientes,” los que se atrevan a correr los riesgos y la incomodidad inicial de la lucha.

    Responder
  • 9 abril, 2011 al 7:31 pm
    Permalink

    pienso que el caso es de mucha importancia ya que nosotros como administradores y futuros empresartios necesitamos saber sobre los temas de calidad y innovacion que se debe dar en una empresa ya que uno como trabajador o empresarioo tienes que aplicar estrategias de innovacion en una empresa .ademas el principal objetivo de una empresa es k los cliente se sientan satisfechos ,comodos mas no que nos preocupemos por tener ganancias y discuidar nustro principal objetivo.ademas habla de competitividad donde hace k apliquemos estrategias mas competitivas que hacen que nos diferenciemos de los demas es decir de la competencia .ademas este autor nos trata de explicar cuales son los metodos k debemos tener e cuenta en una empresa ser una persona honrada k se sienta feliz y comodo por su trabajo mas no k lo haga por cumplir ,si tu aces bien tu trabajo vas a recibir recompensas a cambio de un buen desempeño laboral .ademas yo creo k una persona para k sea mas competente siempre tiene k haber competencia es decir eso hace k vueltas a ser ls cosas mejor es decir aplicar una reingenieria total tanto a nivel interno como externo.

    Responder

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *