En Profetas del odio. Raíces culturales y líderes de Sendero Luminoso (Fondo Editorial PUCP, 2012), Gonzalo Portocarrero reconstruye el sustrato cultural del que se nutrió desde sus orígenes la insurrección senderista y analiza las trayectorias personales de sus principales dirigentes.
El libro explora una época donde anidan la imposición colonial y la cultura señorial —cara y sello de una misma realidad todavía vigente—, en cuya base se encuentra una distorsión interesada del mensaje evangélico que “embellece” la sumisión y el sufrimiento. En este contexto de abuso y resignación aparece un marxismo dogmático y mesiánico.
Para que se desatara la insurrección senderista estos factores tuvieron que ser catalizados por un grupo político encabezado por Abimael Guzmán, personaje principal de esta historia quien, accidentalmente, había vivido en carne propia las humillaciones a las que el orden social somete a los desafortunados. Guzmán fue capaz de articular un discurso que, bajo el velo de la ciencia, convocaba a los sentimientos de rabia y de culpa de una juventud en búsqueda de una justicia radical o, acaso, solo de una venganza.
Esta investigación continúa el camino abierto por el Informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación y apuesta igualmente a la construcción de una memoria que a través de la recuperación de nuestro pasado nos permita imaginar un mejor futuro.
GONZALO PORTOCARRERO MAISH es Doctor en Sociología por la Universidad de Essex, Inglaterra. Se desempeña como profesor principal del Departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Es autor, entre otros títulos, de Razones de sangre. Aproximaciones a la violencia política (1998), Rostros criollos del mal (2004), Racismo y mestizaje y otros ensayos (2007), Oído en el silencio (2010). En los últimos años se ha dedicado a la investigación de las relaciones entre cultura, poder y violencia.
Como dice claramente el Dr. Alfredo Crespo, Portocarrero como anticomunista que es y fiel servidor del estado del cual está éste sujeto: el imperialismo yanqui, ha lanzado como sus símiles ya desde hace muchísimos años lo viene haciendo contra todo lo que sea socialismo, progresismo y peor comunismo, todo su odio. Y justamente cuando hoy en día se predica la paz y la reconciliación luego de una guerra cruenta que vivió toda la sociedad peruana. Y se predica con más insistencia por que el pueblo peruano quiere trabajo, paz, sus derechos y subsanar los odios productos de la guerra, que como en toda contienda armada de todos los tiempos y sociedades, demostrado, quedarán como residuos negativos los rencores y venganzas disfrazos de odio. Portocarrero como anticomunista, hoy queda claramente descubierto como escribidor de lo que otros evidentemente no pueden hacer y no les toca hacerlo. Y lo hacen para negar y matizar que el Perú hay inmensa miseria, ignorancia, explotación, marginación que han generado que el pueblo peruano salga y proteste desde de la forma más simple y sencilla con plantones, paros y huelgas, pasando por sinnúmero de rebeliones y llegando hasta revoluciones justas (cundo una revolución puede ser injusta?), lo cual el Perú lo tiene registrado desde tiempos inmemoriales, sabiéndose principalmente de las rebeliones cruentas de la Colonia para culminar con la guerra de la independencia contra el oprobio español. Y en la última centuria, cientos de levantamientos contra del imperialismo yanquis y sus gobiernos títeres de nativos nacionales a lo largo y ancho no solo de latinoamérica, sino en nuestra tierra, para finalmente concluir en guerrilas en latinoamérica contra los imperialismo de todo color, y en el Perú está documentado la del 65 de De la Puente y Lobatón, y en los ochenta la guerra dirigida ya por un partido comunista por la iberación definitiva del imperilaismo y para solucionar las tremendas desigualdades sociales que hoy en día aún subsistentes, pues la guerra hace más de veinte años terminó, como ya se sabe : sin solución.
Y qué dice Portocarrero y los que piensan y actúan igual?
Que en el Perú nunca la gente se ha rebelado, y menos hubo guerra de revolución y no la puede haber pues solo hubo ODIO y solo ODIO.
Todos saben, que quienes más hablan de algo es porque algo se traen. Y como son anticomunistas, tiene que necesariamiente ser sirvientes de los imperialistas, que hoy en día aún son los yanquis. Y mañana también serán sirvientes de otros, pues sus ideas y hechos les lleva al odio a los de abajo. Sino, preguntémonos: son de los de abajo o de los de arriba?
El título mismo, del libro del Dr. Portocarrero, oculta ya una gran verdad. Yo le preguntaría: ¿acaso los Profetas del Amor –por ejemplo, los cristianos– no odian? ¿Si aman a Dios, acaso no odian al Demonio? La dicotomía Amor/Odio no nos divide ni distingue a los peruanos en senderos distintos. He leído su obra y es un simple barniz tibio de ideología ultraconservadora. Pensé que su producción valía la pena.