La ola progresista en América Latina

En el medio oriente hace unas décadas, desde Tunez al resto de países árabes se irradió, no fue una revuelta, sino una revolución autentica política, cambiando el orden establecido, de regímenes autoritarios en países en su mayoría exportadores de petróleo, aliados de democracias occidentales; la población hizo posible pasar a tener gobiernos democráticos, hasta donde es posible la democracia.

En américa latina, en los 90s se, luego de la llamada década perdida los 80s, se impuso un modelo económico neo liberal, en la línea de la famosa Escuela de Chicago,  por un Estado pequeño, atraer grandes inversiones, reforma tributaria, austeridad fiscal en países con grandes brechas sociales y económicas.

Austeridad Fiscal enmascarada como disciplina fiscal, pues la inversión en desarrollo paso a tener todas las restricciones posibles, se priorizó el crecimiento económico, desde la inversiones transnacionales, que permitió dinamizar las economías y los mercados internos, la idea era que finalmente el crecimiento, generaría también desarrollo.

Mientras los países desarrollados tratan de compatibilizar el crecimiento con el desarrollo, bajo modelos como el del Estado de Bienestar; las reservas eran grandes, tan grandes como las necesidades sociales en servicios esenciales como salud, educación, seguridad; demandas que se han sobredimensionado con la pandemia.

Primero Chile, donde hasta se observa un cambio de rumbo hacia una nueva constitución por la protestas de los jóvenes, la concertación DC-PS no pudo interpretar estas demandas sociales, radicalizándose cada ves más el proceso, hasta llegar al cambio del orden social y económico, por uno alternativo que genere a bienestar para todos.

Mientras en Bolivia volvió el MAS de Evo Morales, volviendo las políticas redistributivas en el buen sentido de la palabra; en el Perú los jóvenes se hartaron de la clase política corrupta, en los gobiernos nacionales, subnacionales, locales. Veremos …