matahari

La famosa espía y belleza única que aunque dicen que no fueron muy importantes sus espionajes en la Primera Guerra Mundial, pues sí fue una mujer fuera de su época y muy valiente.
Mata Hari es el nombre artístico de Margaretha Geertruida Zelle (7 de agosto de 1876, Leeuwarden. Países Bajos – 15 de septiembre de 1917, Vincennes. Francia). Fue una famosa bailarina exótica y dama cortesana holandesa, condenada a muerte por espionaje durante la I Guerra Mundial.

“¿Una ramera? ¡sí! pero una traidora ¡jamás!” es una frase que se le atribuye a Mata Hari durante un juicio que se transformó en sumarísimo con carga moral.

El joven oficial ruso de 23 años del que estaba enamorada, y por el que aceptó el encargo de espiar para Francia al embajador alemán en Madrid por un millón de francos de la época (el joven fue herido en combate en un ojo y necesitaba cuidados), habló de ella en términos de “mujer aventurera” una vez que supo de su encarcelamiento. Margaretha acudió a las autoridades francesas, para conseguir un visado especial para el tránsito por el territorio en guerra que era necesario para acudir donde estaba ingresado. Ese momento había sido aprovechado para proponerle trabajar para el gobierno de la República en asuntos tan delicados.

Este desprecio de “por quien hubiera cruzado el fuego” según Mata Hari, entre otros sinsabores, como el envenenamiento de su pequeño, la ausencia de su hija y una dura vida sin apenas ingresos que llevó con su tía antes de lograr la fama en París, ayudaron a Margaretha en la consecución de la siempre difícil entereza o quizás resignación, de aceptar su propia muerte con peculiar valentía ante lo inevitable. No obstante, hasta pocas horas antes del fusilamiento, tuvo la esperanza de que el presidente de la República le concediera el indulto. Cuando le fue denegado y se procedió acto seguido al fusilamiento, todavía no podía creer lo que iba a suceder aquel amanecer del 15 de octubre, con la mente todavía ausente por los relajantes que solía tomar para conciliar el sueño. Sin embargo, con la ayuda seguramente de las numerosas charlas que había sostenido previamente con la religiosa que le asistió cierto tiempo, y la aceptación progresiva de que podría suceder lo peor, hicieron que sus últimos actos fueran acordes al mito que representaba para sus contemporáneos. En momentos como esos, no es posible fingir una artificial rectitud o valentía. Margaretha Geertruida Zelle, siempre proclamó insistentemente su inocencia, hasta el último instante.

Hoy por hoy, la tesis más extendida sobre el caso Mata Hari es que, aunque reveló algunos datos sobre ciertos movimientos alemanes sin importancia, como el desembarco nocturno de algunos oficiales del Kaiser en Marruecos, y la insustancial comunicación al enemigo de movimientos de tropas francesas tomadas de la prensa de París, estos fueron siempre irrelevantes debido a la nula preparación de Mata Hari como espía, aunque llegó a ser acusada por Francia de haber sido entrenada en Holanda en una escuela para tal fin. Mata Hari era más bien una cortesana en aquellos momentos, que aceptó encargos de esta índole con tal de poder seguir con su alto ritmo de vida y asistir, en territorio de guerra, a su joven amado herido en combate. Quienes han estudiado este personaje dicen que en realidad, se tomó esta labor como un juego, no siendo plenamente consciente de que el mundo ya no era el que había conocido antes del fatal año de 1914. La guerra lo había cambiado todo.

Mata Hari es hoy por hoy, una leyenda que curiosamente representa el paradigma del espionaje cuando en realidad es su antítesis. Fue parodiada hasta la saciedad después de su muerte como efecto de la misma propaganda que su fusilamiento conllevaba. Muchos de los rasgos de la imagen general que la sociedad actual tiene de este personaje, surgen en esos momentos. Fue amada por muchos y en los momentos fatales, repudiada y negada por todos.

Aun así, sigue siendo un personaje descrito con pinceladas de leyenda. A pesar de la distancia en el tiempo, pocos son los acercamientos a su persona que dibujan claramente un ser humano, preso de su destino, que intentó olvidar sus propios fantasmas y tragedias personales con un personaje ficticio que en javanés significa: “Ojo del Amanecer”. Un personaje que optó por la huida hacia adelante de la “Dolce Vita”, en un intento de ocultarse a sí misma la evidencia del abismo de quien ha asistido al espectáculo de la miseria humana

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