Juan Sebastián Elcano, marinero y aventurero vasco, consiguió una de las hazañas más importantes de la historia; dar la primera vuelta al mundo. Su descubrimiento supondría el fin de uno de los mitos más arraigados de la Edad Media: la creencia de que la Tierra era plana.

El mundo es redondo
Elcano no sólo consiguió completar una aventura heroica. Gracias a su hazaña, puso fin a uno de los mitos más arraigados de la Edad Media: la creencia de que la Tierra era plana. Su viaje supuso una revolución en el mundo de la ciencia, ya que demostró que el mundo era redondo. También dejó en evidencia las teorías de la Iglesia y pudo demostrar de forma empírica que la concepción de la tierra como plana y finita era incorrecta.

Podemos decir que gracias al descubrimiento de Juan Sebastián Elcano la sociedad, la iglesia, la ciencia y el comercio de la Edad Media dieron un giro de 180º .

Biografía
Juan Sebastián Elcano nació en Getaria (Guipúzcoa) en el año 1486/7. Hijo de pescadores acomodados, su vida siempre estuvo ligada al mar trabajando desde joven como marinero en barcos pesqueros y mercantes. Adquirió amplios conocimientos náuticos y en 1509 participó en la expedición del cardenal Cisneros a Argel y en las campañas de Italia del noble, político y militar Gonzalo Fernández de Córdoba. Posteriormente trabajó como explorador al servicio de la corona de Castilla.

Viaje hacia Las Indias
En 1518, Elcano conoció al navegante portugués Fernando de Magallanes (1480-1521). Magallanes propuso al Rey de Castilla, Carlos I, buscar una ruta alternativa para llegar a Las Indias y éste aceptó el reto. Esta posibilidad había sido planteada por otros exploradores como Colón quien en su expedición hacia Las Indias descubrió América. Elcano decidió enrolarse en la aventura y se embarcó como maestre de navegación en la expedición.

La expedición, formada por cinco naves llamadas Trinidad, San Antonio, Santiago, Victoria y Concepción, con 250 hombres a bordo partió desde Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) en 1519. El objetivo de la misma era encontrar un paso marítimo hacia los territorios de Las Indias Orientales sin atravesar dominios portugueses por lo que para ello eligieron la ruta del Oeste, bordeando América Latina.

Los problemas llegaron en la desembocadura del Río de la Plata cuando Magallanes sufriría los primeros motines de su tripulación a causa de las duras condiciones de la travesía. Gracias a la ayuda de Elcano estas revueltas fueron controladas. Finalmente, consiguieron atravesar el que hoy en día conocemos como “Estrecho de Magallanes”, el paso natural de mayor importancia entre los océanos Pacífico y Atlántico, localizado en el extremo sur de Sudamérica, entre la Patagonia Chilena y la Isla Grande de Tierra de Fuego. El viaje proseguiría a través del mar Pacífico.

Durante la travesía gran parte de los marineros enfermaron de escorbuto, una enfermedad comúnmente extendida entre los marineros por falta de vitamina C ya que sus dietas no contaban con fruta fresca u hortalizas. La muerte de muchos de ellos dejaría la expedición en una situación crítica.

En 1521, como consecuencia de una pelea con un grupo de indígenas de Filipinas, Magallanes muere. Tras algunas disputas por el poder de la expedición, Elcano es nombrado nuevo capitán. La expedición finalizaría con poco más de una decena de hombres tras haber muerto la práctica totalidad de la flota.

El viaje de regreso
A finales de ese mismo año la expedición llegó a las Islas Molucas donde pudieron hacer una importante carga de especias. Elcano decidió entonces, emprender el viaje de regreso a la península, pero la muerte de gran parte de la tripulación suponía un gran problema. Por esta razón decidió cambiar la ruta de regreso y optó por navegar aguas portuguesas bordeando para ello África. En mayo de 1522 un único barco superviviente dobló el cabo de Buena Esperanza tomando rumbo hacia el norte.

Tras recorrer 78.000 kilómetros y casi 3 años después de su partida, el día 6 de septiembre de 1522, Juan Sebastián Elcano llegó, al mando de la nave Victoria al Puerto de Santa María (Cádiz) con los pocos hombres superviviente, un cargamento de especias y sin duda una hazaña histórica: la primera vuelta al mundo.

El Rey Carlos I le concedió un escudo de armas coronado con un globo terráqueo e ilustrado con la leyenda “Primus circumdedisti me”, que significa “el primero que me rodeaste”. Sin embargo, no le concedió la pensión reclamada por Elcano y el marinero se vio obligado a embarcarse en nuevas hazañas para poder sobrevivir.

El 4 de agosto de 1526 Juan Sebastián Elcano murió en la nave Victoria cuando participaba en la expedición de García Jofre de Loisa a las Islas Molucas.