La metamorfosis – solo cuando se lee

la metamorfosis

A pesar de no tener compromisos pendientes con la lectura de uno u otro libro en particular (por ahora los leo sin seguir ningún orden en especial) no había creído necesario leer La metamorfosis sino solo hasta hace unos días atrás cuando seguro condicionado por el excesivo ocio que hoy por hoy me detenta súbitamente fui asaltado por una imperiosa “necesidad” originada hace mucho y finalmente postergada con los años y los malos hábitos. Haber vivido tanto tiempo de resúmenes, de análisis de obras, a la sola sombra de su fama sin haberme dignado nunca -por curiosidad o vulgar necesidad incluso- a leerla íntegra como hubiera correspondido a todo buen lector, supongo que terminó haciéndome creer, en algún momento, que todo aquello sobre lo que leí “tanto” realmente había sido suficiente y aun más provechoso que haber leído de principio a fin el referido libro en cuestión. No pude haber estado más equivocado. Es cierto que algunos resúmenes -a los de obras literarias me refiero- pueden estar muy bien elaborados pues sintetizan muchas ideas importantes pero es común también ver cómo esas ideas terminan por convertirse en fuente única de referencia dejando de lado otros aspectos solo percibidos a través de la sensibilidad y experiencia únicas conseguidas por cada lector. En ese sentido, supongo, nos dejamos llevar por lo cómodo que nos resulta ahorrarnos el tedio de una lectura cuando de repente vamos apurados o simplemente cuando no nos interesa invertir nuestro tiempo en ello (lo cual considero válido también); sin embargo, cuando creemos haber leído un libro solo por haber oído o leído “tanto” de él entonces sí deberíamos considerar que algo inconsecuente o no previsto sucedió al acudir a estos compendios de obras. Supongo que la intención de reemplazar una lectura con otra me condujo luego a tomar, sin más escrúpulos, falsas atribuciones sobre su conocimiento. Eso fue lo que precisamente pasó conmigo. Conocer tantos pormenores sobre la vida personal de Kafka, los conflictos con su padre, su correspondencia, su enfermedad, sus manuscritos perdidos, hicieron seguramente que terminara por confundir muchos datos sobre su vida al estar estos tan vinculados con los de su obra. ¿Cómo se puede llegar a interiorizar falsas afirmaciones sobre el conocimiento de cierto tema a tal grado de creerlas verdaderas? Asegurar saber algo y al mismo tiempo conocer tan poco, llegando incluso –en el caso de la metamorfosis- al colmo de amonestar a otros por andar por ahí sin haberla leído aún. Para reflexionar supongo. De igual forma, solo leyéndola pude confirmar su encanto, su calidez, sutileza y sobriedad. Sin duda es una historia en donde el hecho sobrenatural de la transformación pasa a un segundo plano y los conflictos interpersonales al interior de la familia se convierten en el eje del relato. Incluso podríamos intercambiar el detonante del conflicto (el hecho fantástico de la transformación) por alguna otra circunstancia más verosímil (alguna enfermedad real que lo mantuviera postrado tal vez) sin que el resto de la historia varíe en mayor grado. Al fin de cuentas el drama surge no por el hecho de que los familiares de Gregor hayan sentido extrañeza o temor por ver a su hijo convertido en un ser monstruoso sino más bien por los inconvenientes económicos traídos tras la pérdida de su empleo como comerciante de telas. Con esto no quiero quitarle mérito a uno de los principales ingredientes de la historia, solo considero tan buena la narración y el tratamiento de los temas vertidos en sus páginas que no me hubiera importado demasiado en pro del argumento cualquier otra justificación para ver a Samsa impedido de ayudar a su familia. Se suele entender, además, que la intención del autor -al plantear circunstancias tan extraordinarias- es la de construir una metáfora con relación al estadio de angustia y alienación surgidas en una sociedad regida cada vez más por la burocracia y el desarrollo industrial. Personalmente encuentro este relato -indudablemente de tono más realista que fantástico- como una especie de tratado sobre los límites de la tolerancia, en donde cada personaje se ve en la necesidad de poner a prueba sus verdaderas motivaciones, sus sentimientos auténticos, todos finalmente puestos al descubierto en la intimidad de una familia que opta por callar, esconder y olvidar.

2009

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