Guaman Poma de Ayala

Guaman Poma: Detrás de la necesidad de la ilustración en el proyecto narrativo

Carátula

Introducción

Los libros siempre han tenido la imperante necesidad de decir algo más que la sola palabra, así según sea el caso, tornándose tal vez insuficiente la expresión escrita, en la gran empresa de hacer sugerente lo “dicho”, el autor se verá en la necesidad de acudir a un medio más directo y efectivo; acaso más primitivo pero a la vez más perdurable: el dibujo. Este es el caso del indio Felipe Guaman Poma de Ayala, quien a través de la laboriosa confección de su singular crónica, abundante en sugestivos dibujos, pone en relieve la capital importancia que dio a la imagen como forma de transmisión de sus ideas.

En ese sentido la intención de este trabajo no busca ser detallado con respecto a determinar influencias e interpretaciones ni propone disquisiciones técnicas sobre su confección física pues para eso ya existen trabajos con precisiones abundantes sobre el tema. Nuestro propósito es intentar descubrir la necesidad del autor al dar tanto protagonismo a los dibujos que aseguró haber hecho. Entendemos que los dibujos pueden ser vistos como un complemento del texto, ampliando o precisando el sentido que el autor quiere dar a lo expresado, sin embargo, la atención y cuidados prestados a estos dibujos nos demuestran lo contrario al punto de llegar a convertirse en parte esencial de la obra en conjunto. El elevado protagonismo de los dibujos presentes en la crónica (399) hace que pierda sentido referirse a ellas como meras ilustraciones. Como sabemos, la ilustración, mas bien posee un carácter de complemento o de apoyo al texto, lo cual no sucede con estos dibujos que exceden cualquier función subalterna, convirtiéndose, por el contrario, en el cuerpo principal de la narración de la crónica.

martin de murua

A diferencia de otras crónicas de entonces, las cuales carecían o contaban con escasas ilustraciones –a excepción de las de Martín de Murúa-, resulta sumamente interesante ver en la crónica de Guaman Poma la casi obsesiva necesidad por contar la historia –no exclusivamente claro- a través de esta forma de expresión: el dibujo, lo que nos lleva a preguntarnos si ese interés fue motivado quizá por algún tipo de cercanía del autor con la labor artística; es decir, suponiendo a Guaman Poma un dibujante de experiencia o ya profesional, previamente a la concepción y redacción del manuscrito, sería razonable deducir que todo aquel conocimiento y habilidad artística poseídas, pudieran en grado alguno haber influido en su valoración del medio de expresión más idóneo para su proyecto narrativo.

Pero dar credibilidad a esta hipótesis implicaría también tener por legítima e incuestionable la autoría de sus dibujos. Personalmente coincidimos con ésta conjetura frente a la de algunos otros estudiosos que la descartan como posibilidad atribuyéndosela más bien al trabajo en colaboración con algún artista. Sin embargo, esto podría corroborarse partiendo de las investigaciones de Rolena Adorno las cuales afirman que a pesar de todas las enmiendas y adiciones, todo sería labor de una sola persona ya que esto puede notarse en las gradaciones en el color de la tinta que utilizó el autor. La misma autora deriva de estas investigaciones que Guaman Poma habría hecho primero la serie de dibujos y que después redactó el capítulo escrito que los acompañaba. Pero lo cierto es que, Guaman Poma, al tener la condición de indio ladino –Guaman Poma recibió instrucción en lectura, escritura, y religión cristiana-, así como al  contar con la experiencia de intérprete al servicio del extirpador de idolatrías Cristóbal de Albornoz, pudo haber generado –además de los motivos que fundamentan algunas de sus denuncias en contra de la administración española- una especie de sensibilidad visual al haber presenciado los terribles métodos de disuasión por parte de los extirpadores de idolatrías, y en general, al observar el gran desorden social en la vida de la ciudad que advierte en la crónica. Resaltamos pues en Guaman Poma su calidad de cronista testigo pero también su habilidad artística para comunicar sus ideas de denuncia a través de eficaces dibujos. Estas condiciones, pues, en su conjunto, constituirán los elementos esenciales que pudieron llevarlo a dar a su crónica esa particular característica.

Precedentes e influencia de la crónica europea en la crónica hecha en el Nuevo Mundo 

Tras reflexionar brevemente algunas cuestiones sobre la singularidad gráfica del manuscrito es importante mencionar la existencia de toda una tradición previa contenida en estos dibujos los cuales a primera vista podrían ser considerados como dibujos hechos sin un cuidado demasiado profesional o incluso sin terminar por la falta de color o detalle. Sin embargo, estos, se inscriben en la más cercana tradición de la crónica monástica europea de la Edad Media adaptando modelos europeos en las representaciones de la cultura indígena y española.

Las crónicas ilustradas forman parte de una tradición que se ha desarrollado y evolucionado a lo largo de cientos de años. En la edad media, como sabemos, las crónicas europeas fueron escritas e ilustradas por miembros del clero y personas laicas con el principal propósito de registrar diferentes eventos históricos. El gran número de crónicas medievales creadas en la Península Ibérica, fueron al mismo tiempo, escasamente ilustradas. Con estas precisamente está emparentada la crónica de Guaman Poma la cual toma de sus títulos palabras como Nueva crónica, Historia general, Historia de lo que pasó, etc. para dar nombre a la suya. Pero también de las crónicas oficiales, dirigidas principalmente a la realeza, se emulará el propósito de sus autores quienes buscaban guiar a los reyes a través del camino de la buena moralidad, la buena conducta y el justo gobierno.

Son tres las crónicas españolas ilustradas más conocidas: Historia general de las Indias escrita por Francisco López de Gómora, quien fuera secretario y capellán de Hernán Cortés; la Brevísima relación de la destrucción de las Indias por Bartolomé de Las Casas y la Crónica del Perú escrita por Pedro Cieza de León. Augusta Holland nos precisa al respecto los siguientes detalles:

Estas crónicas fueron ilustradas con prototipos del tiempo medieval tardío los cuales representaban viajes de exploración, conquistas y confrontaciones encarnizadas entre grupos. Las imágenes en estas crónicas fueron creadas en estilos fantásticos y extravagantes con el fin de representar las tierras y gentes desconocidas del Nuevo Mundo. Estas crónicas también incluían mapamundis, escudos de armas, figuras de animales y prototipos de ciudades europeas las cuales eran utilizadas para representar ciudades del Nuevo Mundo. Es esta práctica del uso de prototipos en crónicas ilustradas la que los españoles trajeron al Perú Virreinal. (15)

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Han sido poco comunes las historias ilustradas en el Perú, existen solo otras tres obras, contemporáneas a la Nueva coronica, que dan ejemplo de esta tradición. Una es la crónica titulada Relación de de antigüedades deste reyno de Pirú (alrededor de 1613) escrita por el indio peruano Joan de Santacruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua. Esta crónica solo incluye cinco dibujos, hechos con pluma y tinta, los cuales no se relacionan  a ninguno de los dibujos en otras crónicas creadas en el Perú. Las otras dos crónicas fueron escritas por el fraile mercedario español Martín de Murúa, nos referimos a Historia del origen y genealogía real de los reyes ingas del Pirú (1590) y a Historia general del Perú (hacía 1611-1613). La primera crónica de Murúa incluye 112 dibujos con acuarelas mientras que la segunda solo 38. Ahora, con respecto a que si Guaman Poma fue el mismo artista que hizo los dibujos en la crónica de Murúa esto se considera poco probable debido a las diferencias de formato y la composición de las crónicas. Los dibujos de la nueva crónica muestran un estilo uniforme y coherente a diferencia del de Murúa que parece presentar la intervención de varias manos (estilos diferentes) además de contar con poco entrenamiento artístico.

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En cuanto al estilo de los dibujos, es claro que Guaman Poma sigue la tradición europea de crónicas ilustradas, originada en monasterios hacía principios del  siglo VII. Podemos mencionar dos de los mejores representantes de este género. Una es la Chronik oder die Geschichte del zwei staaten (Crónica o el cuento de dos estados) del obispo alemán Otto von Freising (1114-1158) y la otra es la Chronica Majora del monje benedictino inglés Matthew Paris. La obra de Paris debe haber ejercido gran influencia en toda Europa y por extensión América lo que explica el gran número de similitudes halladas entre la Chronica Majora y la Nueva coronica. Los autores de ambos trabajos narran la historia del mundo, día a día desde su creación hasta algunos años antes de sus muertes y ambas obras son profusamente ilustradas. Más aún, ambas crónicas incluyen dibujos de ciudades, mapas, genealogía de reyes, escenas religiosas y de batallas. Además las técnicas de dibujo son similares en ambos casos, son trazos vigorosos y seguros. “Los dibujos de los tres artistas muestran la ingenuidad estilística que es característica de los dibujos y las pinturas de la Edad Media. Es más, (se puede encontrar que todos estos cronistas/artistas) dibujaron con pluma y tinta: la técnica más rápida, económica, durable y clara, disponible a ellos durante sus tiempos”. (Holland 77)

El autor Ayala y la necesidad de expresarse más allá de la palabra

Tras el énfasis puesto en la dedicación y abundancia de los dibujos hechos en la crónica se percibe una necesidad por parte del autor de llegar, en forma explícita y definitiva, a su receptor. Los dibujos hablan por sí mismos, son capaces de narrar a la par los principales temas tocados por el texto de la crónica. Hay pues una urgencia por ser “escuchado” (o visto) y comprendido; un énfasis, reflejado en los casi cuatrocientos dibujos hechos a mano. Así como pudo ser condicionado Colón en la escritura de su diario de navegación teniendo como (virtual) receptor al rey de España, de igual modo, Guaman Poma pudo advertir la trascendencia de la empresa que buscó realizar. Esto se va a notar en todas las consideraciones y estructuras europeas adoptadas por su crónica la cual a través de modelos tradicionales buscará estar a la altura de cualquier otra crónica digna de ser presentada ante el rey. Es por eso que desde un primer momento la intención de Guaman Poma no solo es hacer que la obra llegue al rey para que la leyera sino para que también la hiciera imprimir, por eso prepara el manuscrito siguiendo todas las convenciones utilizadas en la impresión de libros. Como vemos, las aspiraciones de Guaman Poma eran grandes, y es que emprender un trabajo tan arduo como describir e intentar “retratar” la realidad andina, y al mismo tiempo, solicitar a la Corona una reforma del gobierno colonial, resultaron ser anhelos demasiado ambiciosos. En todo caso, la gran dedicación puesta a sus dibujos le valió haber sido rescatada del olvido.

 

Bibliografía

-Holland, Augusta E. Nueva Coronica: Tradiciones artísticas europeas en el virreinato del Perú. Cuzco: CBC, 2008

-Ffolliott, Ann. Edición. Guaman Poma de Ayala. The Colonial Art of an Andean Author. New York: AS, 1992

-López-Baralt, Mercedes. Guaman Poma, autor y artista. Lima : PUCP. Fondo Editorial, 1993

 2011

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