Durante esta Pandemia hemos podido apreciar las graves falencias de gestión pública en diversos sectores, nos llama poderosamente la atención el tema referido a la seguridad alimentaria en tiempos de cuarentena, medida implementada por el Ministerio de Agricultura (Minagri). Una idea novedosa e interesante ha sido poner en marcha a los mercados itinerantes con un pegajoso nombre como el de la “Chacra a la Olla”, donde básicamente la idea es evitar el desabastecimiento de alimentos, funcionando como una central de provisión de los mismos, poder controlar la movilización, evitando aglomeraciones ya que, como todos sabemos, los mercados tradicionales son un poderoso foco de infección (se sabía y se confirmó el alto número de infectados con COVID19 en los mercados de Caquetá y Surquillo).
No solo se han se han contagiado los comerciantes y los concurrentes a dichos mercados, sino que ya el Ministro de Agricultura (en adelante MINAGRI) ya ha dado positivo a la prueba de COVID-19, siendo que ha estado varios mercados tratando de velar por el abastecimiento de la capital.El plan de el mercado a la olla parece es una interesante política que lamentablemente ha sido materia de un informe de la Contraloría General de la República, encontrándose situaciones adversas durante su desarrollo . Mediante el presente documento, analizaremos dicha situación y trataremos de ensayar posibles alternativas al respecto, teniendo en consideración el impacto que tiene este sector en la ciudadanía y el importante presupuesto que se ha asignado a estos mercados itinerantes. (https://s3.amazonaws.com/spic-informes-publicados/informes/2020/04/2020CSIL33200180_ADJUNTO.pdf)
MINAGRI le encarga a uno de sus grandes ejecutores, AGRORURAL, que pueda desarrollar este programa con los objetivos de ayudar a la población que pueda conseguir sus alimentos, mitigando las posibilidades de contagio; asimismo, se brinda un gran apoyo a los agricultores, quienes pueden vender sus productos, precisamente con la idea de acerca la oferta y la demanda. Sin embargo, existen siempre riesgos que pueden suscitarse en el desarrollo de cada programa, la idea es identificarlos, mitigarlos y aprender de las deficiencias .
Los principios del régimen de compras públicas son de vital importancia a lo largo del proceso de la compra; en este caso, resultan pertinentes el principio de transparencia (saber cuánto y cómo se han ejecutado los recursos públicos) al igual que el principio de eficacia y eficiencia (que llegue a la población).
En el caso en concreto, se detectó un retraso en la ejecución del gasto; es decir, no se ha ejecutado en el momento que se debía, cuestión que nos enseña que la oportunidad de la acción es importante ya que inicialmente se habían planeado unos 900 mercados itinerantes pero están con números deficitarios, podemos entender que siempre en temas de presupuesto entre la transferencia, el devengado y lo pagado toma su tiempo, debemos tener en consideración los tiempos urgentes que tenemos.
De otro lado, hay que tomar una variable muy importante, el riesgo de la comunicación en la logística, esto quiere decir que la Contraloría advirtió que hubo falta de articulación entre los diversos actores, productores, Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales, las zonales de AGRORURAL y Defensa Civil; es decir, los encargados de llevar a cabo estos mercados.
Se debe de tener en claro cuáles son las competencias de cada uno y los plazos establecidos, teniendo en cuenta la inmediatez necesaria para poner estos mercados en funcionamiento ya que se tiene una emergencia sanitaria encima.
Después de ver las competencias debemos asignar los riesgos: identificación de los mercados, los problemas de traslado, falta de comunicación con agricultores y entre autoridades, instalaciones de los mercados que no son las mejores para la venta, falta de almacenamiento de los productos, entre otros, como podemos advertir no son pocos, pero un programa como Agrorural los debe tener mapeados y desarrollar un engranaje perfecto con los otros actores del proyecto, tomando en consideración que la falta del servicio será perjudicial para una población.
Sabemos que el sector agricultura ha sido uno de los que ha recibido menor atención del Gobierno Central, en términos presupuestal en los últimos años, aunque irónicamente tenemos altos índices de agroexportación; sin embargo, debemos estar circunscritos en los alcances de este proyecto en particular y mejorar aplicando las lecciones aprendidas en su implementación, tomando en consideración los riesgos que tiene el llevar el proyecto de la “Chacra a la Olla”.
Necesitamos un Minagri con un programa como este que sea ágil, tanto como la “palta emocionada” que en las redes sociales se ha vuelto famosa, que su actuar sea diligente y responsable en el uso de los recursos públicos y se centre en mitigar las contingencias, pudiendo evitar todos los riesgos en la implementación de los mercados itinerantes y pueda cumplir con los objetivos de los 900 mercados. Esperamos que se pueda ampliar por más meses y que cuente con un mejor plan de desarrollo para beneficioso de todos.