LA POLITICA DE HECHOS CONSUMADOS

LA POLITICA DE HECHOS CONSUMADOS

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El Censo Nacional del 21 de octubre de 2007 promovido directamente desde Palacio de Gobierno –a cualquier precio- tiene un tufillo a capricho presidencial (…sigo siendo el Rey”), es decir un objetivo personal, que busca réditos mediáticos y de opinión pública, y que Alberto Adrianzen (La República 20/10/07), bien a recordado como el “factor García”, frase acuñada por Alfredo Barnechea; es decir los deseos personales convertidos y/o maquillados como objetivos nacionales.

La estrategia usada por el “factor García” , ante la debilidad política partidaria social, es la conocida política de los hechos consumados, política emparentada con el primero hago y luego informo del extraditado Alberto Fujimori, y que busca aparecer como conductor y liderar temas nuevos en la agenda pública, pero en búsqueda del objetivo principal: borrar la imagen de su primera gestión presidencial, y sólo quede en el registro histórico el de una segunda gestión con cifras macroeconómicas que hablan del crecimiento económico, pero no necesariamente de un desarrollo sustentable.

Asistimos a la política de hechos consumados en el caso de los aranceles, en el proyecto de ley sobre distribución directa del canon en municipios, que en la propaganda oficial que se emite se da por descontado; y también es hecho consumado este Censo Nacional. Recordemos que este Censo es producto de la denostación pública y personal encabezada por el “factor García” que termina en una denuncia judicial del ex jefe del INEI Farid Matuk. Los argumentos usados contra Matuk a veces parecen tener más de carga personal que de balance serio sobre una gestión o metodología con la cual se pueda discrepar.

Habría que recordar que existen tres tipos de censos: De hecho o de facto: implica el empadronamiento de toda la población en el lugar donde se encuentra. De derecho o de iure: implica el empadronamiento de toda la población residente en el territorio en estudio (presentes o ausentes). Continuo: el que se elabora de forma que los datos obtenidos en cada momento se ajustan más o menos fielmente a la realidad del universo estudiado.

El primero, es el que aplicará el gobierno el 21 de octubre mediante una orden inamovilidad que tiene cuestionamientos constitucionales, pero que una política de hechos consumados no respeta. El tercer tipo de censo, el Continuo es el que usó Matuk, que por lo general se suele usar con apoyo de medios informáticos y es que se realiza en España desde 2006 y en Colombia desde el año 2005.

Sin embargo, algo más serio se puede estar incubando con este proceso censal y sobre todo por los antecedentes de los conductores operativos del INEI.

En el número 1593 de la Revista Caretas, en 1999 se informó lo siguiente: “Las cifras del INEI se han convertido en el mejor instrumento de política económica del Gobierno. Fiel a su vocación de comunicador, Fujimori está fungiendo, con más entusiasmo que fortuna, en vocero del INEI. Primero adelantó que la inflación de octubre sería 0%, pero al día siguiente el jefe del INEI Félix Murillo informó que el mes cerró con -0,12%. Luego, el viernes 5 dijo que el PBI de setiembre caería en 1% para rectificarse señalando que en realidad había crecido 2%. “Todavía la recesión se siente, nadie lo puede negar, menos el gobierno que maneja cifras”, dijo entonces el Presidente. Qué duda cabe.
Asegurar con números en la mano que el PBI está creciendo cuando pocos son los que no sienten los rigores de la recesión revela “una dosis de cinismo muy alta y un menosprecio a la inteligencia de todos los peruanos”, señaló ADEX.

El maquillaje del crecimiento del PBI -medido con los precios y la estructura productiva de 1979- equivale a creer en el peso que marca una balanza “pata de gallo” de “la cachina”. Los tigres del INDECOPI deberían hacer un operativo para decomisar la bambeada balanza del INEI. Una de las últimas proezas estadísticas de Murillo ha sido revelar un “boom” en la actividad industrial en el mes de setiembre (6% de crecimiento). Murillo además ha descubierto un verdadero boom industrial en la industria no relacionada con el sector primario 8,9% (ver recuadro).
Para el presidente de la SNI, Emilio Navarro, el irreal rebote se produce porque se compara con setiembre de 1998, en que el PBI Industrial cayó 2%, pero más aún porque la estructura productiva tomada como base es antojadiza.
Así, mientras Murillo señala que la industria de bebidas ha crecido en 41,77% en setiembre, la expansión no ha producido una locura de compra en la bolsa por las acciones de las embotelladoras.
El crecimiento de 167% en la industria de artefactos electrodomésticos es otra noticia alentadora, aunque se cuidan en no mencionar que la capacidad instalada utilizada es de apenas 3,24%.

En agosto de 1998, el artículo de Pedro Francke “La estadística como propaganda” de la revista Análisis Económico refiere: “Una práctica ya antigua en el Perú consiste en maquillar las cifras con intereses por lo general políticos. Así, el PBI resulta un misterio, y el índice de inflación se decide en el gabinete del jefe del INEI (Félix Murillo), entre otras perlas. Es urgente, por ello, implantar la transparencia también en el terreno de las estadísticas oficiales, que, además, son un bien público al que todos debemos tener libre acceso, en tanto lo sustentamos con el pago de nuestros impuestos.

Con el regreso de la democracia y con ello la búsqueda de una gestión pública transparente en la etapa de transición liderada por Valentín Paniagua, se terminó la jefatura de Félix Murillo, que condujo el INEI entre 1991 y el año 2000, es decir todo el período de Fujimori y Montesinos. Un funcionario en un cargo de esas características, que dura toda una década en su puesto sólo puede ser por dos razones: goza de plena confianza del poder de turno o es eficiente en su gestión pública. ¿Saquen sus conclusiones?

Es público que al “factor García” y su entorno no le gusta que se les relacione con la gestión de Fujimori y Montesinos, pero las circunstancias o las coincidencias políticas no ayudan a ese propósito. Resulta, que el segundo del INEI en la jefatura de Murillo durante toda la década del 90, es decir el subjefe de Murillo fue nada menos que Renán Jesús Quispe Llanos, actual jefe del INEI nombrado por la actual gestión gubernamental.

Uno de los defensores principales del Censo del 21 de octubre –además del factor García- ha sido el propio Félix Murillo que fue reestrenado públicamente como experto, nada menos que en el canal de todos los peruanos, IRTP, argumentando su apoyo a este proceso. Censo que por lo demás no sólo se realizará el 21 de octubre como dice la propaganda oficial, sino que las letras chiquitas del INEI señala que en las zonas rurales el Censo durará hasta el 4 de noviembre, es decir 15 días. ¿No que la virtud de este Censo – como sostuvo Renán Quispe en todos los medios posibles- era empadronar al 100% con carácter universal y eso era lo que lo hacia más eficiente que el de Matuk?

Ante esta realidad surgen muchas interrogantes ¿tenemos garantía los peruanos del uso transparente de la información que se recoja en el Censo, teniendo en cuenta que cada padrón cuenta con la identificación de las familias? ¿Los indicadores estadísticos que se den a conocer producto de esta información corresponderán a la realidad o a una situación más acomodaticia y conveniente?

Una de las deficiencias en la gestión pública es el de contar con data pública oportuna y veraz, los Censos evidentemente ayudan en ese propósito, pero esa no fue lo que hizo el INEI de la década del 90. Debemos estar atentos como ciudadanos preocupados por la cosa pública, para que asistamos a informes ad hoc que muestren sólo medias verdades.

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