EL APRISMO HISTÓRICO

EL APRISMO HISTÓRICO

Categoría : General

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Segundo Cabanillas Sánchez, era mi tío de sangre, hermano de mi madre, pero no lo era en lo formal. Fue un aprista histórico, que a partir de los años de persecución en los años 30, 40 y 50 tuvo que cambiar sus papeles y de nombre, con el objeto de que las dictaduras de turno no lograran capturarlo y vivir siempre a la zaga de todo. El Panóptico, el Frontón y otras prisiones eran su destino. Hasta los últimos días de su vida, a pesar de las secuelas y hechos evidentes durante el primer gobierno del APRA, siempre fue fiel al partido de Haya, como él lo llamaba.

Antes, los vínculos de conocer o tener en la familia un militante aprista era lo común y es que el APRA alcanzó a ser un movimiento nacional enraizado, hoy es casi una excepción.

Para Segundo Cabanillas,  Haya de la Torre, era el líder histórico y conductor de este movimiento que caló, culturalmente, hasta la condición de “pueblo aprista”. En sus continuos relatos aparecían las tres características que Daniel Iglesias en su ensayo: “Historicidades y discursos históricos. El Partido Aprista Peruano y Socialismo y Participación durante la transición democrática peruana de fines de los años 1970”, señala para Haya de la Torre, dentro de la historiografía aprista: “1. El «mártir» del autoritarismo peruano en las narraciones sobre el exilio, la clandestinidad y el encierro. 2. El «pastor» en los recuerdos sobre la fundación del aprismo. 3. El «hombre lleno de virtud» en los textos sobre su vida privada que relatan su infancia, su adolescencia o su edad adulta”.

Las disputas con mi tío materno, en la práctica se centraban a esa suerte de endiosamiento que hacía del fundador del APRA. La universidad y la militancia política me volvió un iconoclasta de las jerarquías y los cargos, pero reconozco en el su lealtad de obrero modesto de una de las fábricas importantes de cerámicos que siempre aporto económicamente para su proyecto político.

Mi segunda importante referencia con el aprismo histórico, la tuve cuando fui asesor parlamentario de Anel Townsend, durante más de una década. Aprendí a conocer mucho más la historia del APRA, pero sobre todo entender cuando se produce el punto de quiebre de este partido y su camino hacia el lado oscuro que hoy sigue ocupando las primeras planas.

Cuando muere Haya de la Torre, se produce la disputa por la conducción del APRA y Alan García, Secretario de Organización del APRA y encargado de las elecciones internas, alteró las ánforas para dar por ganador a Armando Villanueva como candidato a la Presidencia de la República y hacer perder a Andrés Townsend Ezcurra. Townsend, lo señala en una entrevista de  “La Revista Dominical” el 14 de febrero de 1993, donde por propia confesión de García le revela la trama en su contra, que acaba con su expulsión del APRA.

Todo este andamiaje contra Townsend, iba cargado de una falsa imagen que lo ubicaban a él como el derechista y a Villanueva y los que los apoyaban como la izquierda socialista. Es tiempo de reivindicarlo.

Mis paso por el parlamento, en pleno gobierno de Fujimori y Montesinos, me toco conocer en más de una ocasión que algunos de los parlamentarios apristas, a la interna, reconocían o por lo menos sospechaban de las irregularidades cometidas en su primer gobierno por el “mozallón”. Cuando, Alan García, por sus condiciones políticas que no desconocemos, gana para el APRA, por segunda vez el gobierno, se alinean a las posiciones oficiales, hasta ahora.

Hoy que vemos desfilar por los medios información sobre propiedades, estacionamientos para yates, protección y favoritismos para autoridades relacionados con congresistas y líderes apristas, surge la entrevista de Luis Bedoya Reyes a fines de 2018 en la revista Caretas: “García destruyó al APRA, y es una pena. Alan no ha tenido ese coraje que da la austeridad, el pensamiento derecho. ¿De dónde compró propiedades hasta en Francia? ¿De donde vivió tantos años en París? Todo eso tiene sus preámbulos en los Mirage”.

Hoy surgen dentro del APRA voces históricas como las de Alfonso Salcedo y Fernando Arias entre otros que llaman a una renovación total y volver a las fuentes primigenias del hayismo, y que es hora de la militancia libre y de rehacer el APRA. Ojalá, lo logren. El Perú necesita partidos políticos y no una red de intereses personales a la que suelen llamar partido político.

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