Trabajo decente – Contenido y finalidad (*)

Es innegable que la globalización ha producido efectos positivos en la economía de muchos países y con ello ha permitido la generación de mayores condiciones de desarrollo social; sin embargo, también es inevitable reconocer que estas circunstancias de prosperidad no se han visto reflejadas en la mayoría de los ciudadanos de estos países y ni siquiera en la mayoría de los trabajadores que participan en la elaboración de los productos o servicios que han descollado en el crecimiento económico mundial, quedando relegados frente a una minoría que acapara los beneficios de la globalización.

En dicho contexto, es pertinente afirmar que la globalización ha generado claras transformaciones en las relaciones laborales, siendo algunas de ellas[1]: el crecimiento de las tasas de desempleo, la tendencia a la inestabilidad laboral y a la rotación, una orientación a la flexibilización de la normativa laboral, reestructuración de los sistemas de seguridad social, debilitamiento del sindicalismo y la negociación colectiva, fortalecimiento de la autonomía empresarial.

Ante dicho contexto, en su Memoria presentada ante la 87° reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo celebrada en 1999, Juan Somavia, Director General de la OIT, señaló como finalidad primordial de la OIT el “promover oportunidades para que los hombres y las mujeres puedan conseguir un trabajo decente y productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana[2] y en ese mismo sentidorecalcó que el trabajo decente era el punto de convergencia de los cuatro objetivos estratégicos de la Organización:i) la promoción de los derechos fundamentales en el trabajo; ii) el empleo; iii) la protección social y,iv) el diálogo social.

En tal sentido, como señala Carlos Cornejo[3], vemos que el trabajo decente nace como una respuesta a los efectos que el contexto económico mundial y la globalización específicamente producían sobre el trabajo y que fue definido como aquel que genera empleos de calidad, con respeto de derechos laborales y que brinda protección social.

Entonces, en las palabras de Juan Somavia encontramos el punto de partida y primer desarrollo de lo que se denominaría Trabajo decente, siendo ese horizonte el que orientaría las decisiones de la Organización y definiría su cometido en los próximos años.

Retomando las palabras del Director General, si bien podemos partir de reconocer que el concepto de Trabajo decente nació como propuesta para integrar las acciones de la OIT, es oportuno recordar los cuatro objetivos estratégicos básicos del concepto trabajo decente[4]:

En primer lugar, los principios y derechos en el trabajo, reafirmándolos como mandato histórico[5] y llegando a ser considerados como la herramienta indispensable para convertir en realidad el trabajo decente. En segundo lugar, la focalización en la creación de empleo como un mandato político, insistiendo en que el empleo es el primer paso para escapar de la pobreza y de la exclusión social, empero, acompañado de una adecuada política de desarrollo de los recursos humanos a fin de desplegar programas de orientación y formación profesional en estrecha relación con el empleo.

Luego, la protección social como un mandato ético que debe conjugarse con un mandato creativo para lograr ampliar el sistema de protección social hacia los sectores excluidos y teniendo a su mejor expresión en el ámbito de la seguridad y salud en el trabajo y el de la seguridad social mínima; y, en cuarto lugar, el tripartismo y el diálogo social, como un mandato organizativo, un diálogo influyente que esté cimentado en una sólida organización de los trabajadores, una fuerte  organización de los empleadores y un Ministerio de Trabajo fuerte que posea estructuras modernas. Por ello, se sostiene que no puede existir un trabajo decente sin que se establezca un diálogo tripartito, cooperativo y constructivo[6].

En palabras de DharamGhai[7], este nuevo concepto abarca a todas las clases de trabajo y tiene facetas cuantitativas y cualitativas, así pues, la idea de trabajo decente:

“es válida tanto para los trabajadores de la economía regular como para los asalariados de la economía informal, los trabajadores autónomos (independientes) y los que trabajan a domicilio (…). La seguridad social y la seguridad de ingresos también son elementos esenciales, aún cuando dependan de la capacidad y nivel de desarrollo de cada sociedad. Los otros dos componentes tienen por objeto reforzar las relaciones sociales de los trabajadores: los derechos fundamentales del trabajo (libertad de sindicación y erradicación de la discriminación laboral, del trabajo forzoso y el trabajo infantil) y el diálogo social, en el que los trabajadores ejercen su derecho a exponer sus opiniones, defender sus intereses y entablar negociaciones con los empleadores y con autoridades sobre los asuntos relacionados con la actividad laboral”.

Ahora bien, revisando algunas particularidadesdel concepto trabajo decente, es preciso recordar que una de las personas que más ha colaborado a su desarrollo y difusión es el economista Amartya Sen (Premio Nobel de economía 1998), quien reconoce y resalta como sus cuatro características principales[8]:

  1. Su objetivo general; destinado a promover oportunidades para que los hombres y las mujeres puedan conseguir un trabajo decente y productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana, lo cual representa un objetivo complejo que abarca toda forma de trabajo, formal e informal, sea cual sea el modo y el sector (asalariado, por cuenta propia y a domicilio).
  2. El reconocimiento de derechos a los trabajadores; sin limitarse a los derechos plasmados en la legislación laboral vigente, sino a entender que existen algunos derechos fundamentales que deben reconocerse aunque no estén proclamados en la legislación porque son consustanciales a toda sociedad decente.
  3. La democracia;resaltada ante la necesidad de una sociedad abierta y la promoción del diálogo social, con lo cual las condiciones de contratación y de trabajo se sitúan dentro de un marco económico, político y social que no sólo abarca la legislación y la práctica laboral.
  4. Mundialización; dado que si la globalización económicaposee un enfoque mundial, también debe ser universal el enfoque de los principios éticos básicos y de los procedimientos políticos y sociales del trabajo, reconociéndose así que para abordar las condiciones de trabajo (así como los intereses y los derechos de los trabajadores) se requiere ir mucho más allá de los límites nacionales.

 


(*) Extracto del artículo “El trabajo doméstico remunerado y la necesidad de su tratamiento a la luz de los fundamentos del trabajo decente“, publicado en Revista RAE Jurisprudencia. Año VI. N° 68. Febrero 2014.

[1] ISCOD – Instituto Sindical de Cooperación y Desarrollo, “Guía para el Trabajo Decente con Derechos”. ISCOD Castilla y León, Pág. 7.

[2] Memoria del Director General: Trabajo Decente. Extraído de http://www.ilo.org/public/spanish/standards/relm/ilc/ilc87/rep-i.htm

[3] Cornejo Vargas, Carlos. “Surgimiento y concepto del trabajo decente” en Asesoría Laboral N° 226. Octubre 2009. Pág. 13.

[4] Campaña colombiana por trabajo decente. “Actuar para pasar de la ficción a la realidad”. “Cultura & Trabajo”, revista de la Escuela Nacional Sindical, N° 75, Medellín, octubre 2008. Págs. 34-35.

[5] Incluso Ricardo Hernández Pulido llega a afirmar que el postulado esencial del trabajo decente  es que “el respeto de las cuatro categorías de principios y derechos fundamentales del trabajo constituyen la base de un trabajo decente”. Hernández Pulido, J. Ricardo. “Normas internacionales del trabajo y trabajo decente: El impacto de las normas internacionales del trabajo sobre el desarrollo económico y social sostenible” en Les normes internationales du travail. Un patrimoinepour l’ avenir. OIT, Génova 2004. Págs. 347-348.

[6] Hernández Pulido, J. Ricardo. Ob. Cit. Pág. 350.

[7] Ghai, Dharam.  “Trabajo decente. Conceptos e indicadores“. Revista Internacional del Trabajo. OIT. Vol 122, 2003. Núm. 2. Pág. 125.

[8] Sen, Amartya. “Trabajo decente, un derecho humano” en”Se busca trabajo decente”, AmartyaSen, JosepthStiglitz e Imanol Zubero. Citado en “Cultura & Trabajo”, revista de la Escuela Nacional Sindical, N° 75, Medellín, octubre 2008. 

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