EL MARCO GENERAL DE LAS RUTAS DEL APRENDIZAJE PARA EL DESARROLLO DE COMPETENCIAS

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 1. Antecedentes

 Conocidos los resultados de la Evaluación Censal – ECE del año 2011, quedó demostrado que una mayor proporción de estudiantes a nivel nacional se ubicaban en un nivel de logro esperado bastante bajo. Esta situación debía ser revertida y mejorarse el nivel de aprendizaje de los estudiantes; por lo que la política educativa se orientó al desarrollo de un enfoque por competencias, mucho más consistente y que integrase la gestión escolar del centro.

 Es así, como buscándose un compromiso de todos los agentes pedagógicos involucrados, se formalizan una serie de procesos internos en documentos orientados que enmarcan las llamadas “Rutas del Aprendizaje”. Las mismas, que solo podrán ser desarrolladas, si se van cumpliendo sus  lineamientos y estrategias tal y como se vayan comprobando los resultados de aprendizaje de los estudiantes.

 

2. El desarrollo de competencias como propósito de las rutas del aprendizaje.

 Con el auge de la sociedad del conocimiento, surge desde la década de los 90, un enfoque por competencias más acorde con los nuevos desafíos que la globalización iba demandando en la formación escolar. De esta manera, se dejaba atrás, el enfoque por objetivos que hasta ese momento, suponía una condición de logro de aprendizaje en el currículo educativo de Educación Básica Regular.

Con el informe Delors (1997), se deja en evidencia, la necesidad de que el maestro asuma un papel de facilitador de aprendizajes que partan de intereses y por lo tanto, sean significativos para sus estudiantes. El inicio del constructivismo, marca también la necesidad de dejar atrás métodos tradicionalistas basados en una enseñanza meramente conductista e inductiva. Se necesitaba que el maestro adoptase un nuevo rol, que propicie un aprendizaje basado en el “saber, saber hacer y saber ser”; es decir, un aprendizaje basado en el desarrollo de competencias.

Una competencia, integra el conjunto de capacidades,  conocimientos,  actitudes  y valores que serán útiles para la vida (Román, 2006); sin embargo, también determina que una persona pueda ser capaz de asumir situaciones de reto; siendo capaz de resolver situaciones problemáticas; todo ello como fruto de un proceso de aprendizaje significativo y orientado a la autonomía del aprendiz (Tobón, 2008).

Si queremos resumir de manera precisa la caracterización que debe tener una competencia, teniendo en cuenta los aportes teóricos en los que se fundamentan, será importante precisar de la misma forma, lo siguiente:

 

  • La competencia integra capacidades, conocimientos y actitudes; partiendo de motivaciones generadas desde el proceso de enseñanza.
  • El estudiante logra ser competente cuando es capaz de resolver un problema o situación generada en un contexto específico.
  • El enfoque por competencias se orienta al desarrollo y educación para la vida (autorrealización personal).

 

3. Propuesta docente en la planificación de desarrollo de retos de aprendizaje en el aula.

  Las rutas del aprendizaje buscan generar en el docente una toma de consciencia y un compromiso en relación a lo que supone el escenario de aprendizaje basado en un enfoque por competencias.

Los docentes deben tener en claro, qué modificar, implementar y/o cambiar en su práctica diaria en el aula.  El reto de todo educador será propiciar “situaciones de aprendizaje” que permitan al estudiante hacer manifiestas sus competencias. Esto será posible en la medida que se propicien contextos en el aula que le generen retos interesantes y partan de lo real.

Para ello, es importante conocer los intereses y motivaciones que pueden detonar en el estudiante su deseo por querer saber sobre algo y asumir retos de aprendizaje. Complementario a ello, cuenta el aspecto vincular entre el docente y los estudiantes, cómo se manifiesta el clima del aula, y cómo se van facilitando procesos cognitivos que demuestren que el estudiante es capaz de poner en práctica lo aprendido.

Atrás deben quedar los métodos inductivos propios de clases expositivas, en los que era preponderante el avance de un currículo por contenidos. Dada una situación de aprendizaje, es recomendable partir de lo vivencial, enfrentando al estudiante con aquello que se quiere lograr. Por ejemplo, si en una clase de Biología, se pretende desarrollar un tema relacionado al conocimiento de las células, no se trata de que el docente inicie por los conocimientos impartidos de forma expositiva, y luego recién, se lleve a los estudiantes a una práctica de laboratorio.

Se puede invertir este orden, iniciando la práctica y generándose dudas que puedan ser resueltas a partir de una primera búsqueda de datos por parte del estudiante; desencadenándose en él, el reto de verificar que tanto acierto tuvo, y por qué es importante este aprendizaje para él. La comprobación de la competencia involucra un conjunto de saberes que puedan ser plasmados en una ocasión para resolver una determinada situación solicitada por el maestro.

Las rutas del aprendizaje buscan construir competencias para la vida, que implican:

 

  1. Actuar sobre la realidad y modificarla (el conocimiento y la competencia tienen una relación instrumental.
  2. Saber para resolver un problema o lograr un propósito.
  3. Hacer uso de los diversos saberes previos.
  4. Debe ser pertinente a la realidad o contexto particular del estudiante.

 

4. La evaluación como comprobación de los avances en los mapas de progreso (la rendición de cuentas).

 El proceso de aprendizaje supone un conjunto de acciones que garanticen el éxito de una meta, y esta meta es clara si hay una comprobación progresiva de los avances. Atrás quedaron las concepciones de una evaluación parametrada debido a su tendencia sumativa. Es ahora necesario conocer el punto de partida, los procesos y hasta donde pudo lograrse un aprendizaje.

En las rutas del aprendizaje se busca no solo verificar los resultados, sino generar una reflexión y una toma de decisiones por parte del maestro, respecto de qué debe ser ajustado o fortalecido en el desarrollo del programa. Del mismo modo se establecen mapas de progreso para cada área de desarrollo académico, que señalen la secuencia y articulación de los aprendizajes entre los diferentes ciclos y niveles.

Sin embargo, es recomendable que el maestro verifique la contextualización de los mapas de progreso en función de las necesidades de su propia realidad; para así encaminar una ruta de aprendizaje secuencial y pertinente a las necesidades que tienen sus estudiantes.

La evaluación como proceso, determina que el docente sepa establecer líneas de base que partan de las evaluaciones de entrada, para así ir monitoreando y evaluando el proceso de aprendizaje conforme el desarrollo de una didáctica de aprendizaje basado en el enfoque de competencias. Finalmente, será propicio verificar el logro de aprendizaje a través de una evaluación de salida que mida el logro de estas competencias.

Del mismo modo, se exige en la institución educativa el cumplimiento de un acompañamiento y monitoreo sistemático respecto de los procesos de evaluación, entendida como una meta de la que debe rendirse cuentas a la comunidad de padres de familia. Se trata de un proceso abierto y transparente que involucre a todos los actores y que genere un compromiso de responsabilidad de la labor cumplida por el propio docente.

 

 REFERENCIAS

 

Evaluación Censal 2011 (ECE 2011) UMC. Recuperado de http://umc.minedu.gob.pe/?p=230

Rutas de Aprendizaje. MINEDU. 2013. Recuperado de

http://www2.minedu.gob.pe/digesutp/formaciondeformadores/?p=279

Delors, J. (1997) Los cuatro pilares de la educación, en La educación encierra un tesoro. México: UNESCO, 1997, pp. 91-103.

Román M. (2006) Aprender a aprender en la sociedad del conocimiento. Santiago de Chile: Ed. Conocimiento.

Tobón, S. (2008). Formación basada en competencias. Colombia: ECOE Ediciones. Reimpresión.

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