Al consultar el Ranking Iberoamericano SIR 2010, presentado por el grupo SCIMAGO que incluye a 607 instituciones iberoamericanas de Educación superior que hayan publicado un artículo científico en el año 2008 en el marco de 17000 revistas científicas en todo el mundo; encontramos, una data referida al lugar que ocupan algunas universidades públicas y privadas en relación a la producción científica; entendiendo que esta, implica una capacidad de análisis y reflexión de la realidad, y en casos puntuales, aportes de investigación que verdaderamente sean pertinentes al contexto de país dentro del marco de la globalización.
Si consideramos solo el contexto de Perú, universidades como Cayetano Heredia, San Marcos y la Pontificia Universidad Católica, ocupan los tres primeros puestos dentro de 10 universidades del medio; pero a nivel de Latinoamérica, el primer lugar en nuestro país, se determina como el puesto 155, el segundo lugar, como el puesto 208 y el tercer lugar, como el puesto 250. Si bien se denotan logros, ¿qué es lo que nos pone en una situación de rezago en relación al estándar mundial?, ¿qué puede llevarnos a mejorar los estándares de la universidad en el Perú?
Si queremos responder a estas preguntas, podríamos explorar sobre la realidad de las universidades más exitosas, ¿Qué es lo que las hace justamente exitosas?. El reciente informe del Banco Mundial, referido a: “El camino hacia la excelencia académica: La gestación de universidades de investigación de primer nivel”, describe la experiencia de 11 universidades de nueve países (África, Asia, América Latina y Europa oriental) que representarían una elite superior a las empresas en la producción de investigaciones originales.
Al respecto, Salmi, coordinador para la educación superior del Banco Mundial, plantea que las universidades de éxito, básicamente cumplirían tres condiciones: la concentración elevada de académicos y estudiantes talentosos más allá de la barrera internacional, los presupuestos considerables que brindarían la posibilidad de asignar importantes partidas a la adquisición de recursos de vanguardia, y la visión y liderazgo estratégicos; planteados desde una perspectiva de gestión, en la que se afirma que las universidades prosperan en entornos que promueven la competitividad, la investigación científica, la libertad académica, el pensamiento crítico, la innovación y la creatividad.
Pero, esta visión y liderazgo estratégicos, también pueden ser enfocados en una dinámica más específica que involucre al docente y su tarea educativa. En la medida en que los docentes forman parte activa del proceso educativo, su rol se releva a un nivel de significancia, porque son ellos justamente, los ejes directos del proceso de aprendizaje en el aula.
Si nos detenemos, un poco, en la realidad finlandesa, podremos apreciar que el factor humano representado en el docente, es una prioridad y un determinante del éxito educativo en este país. De hecho el prestigio social que llega a tener esta carrera es una muestra de una política educativa acertada y que se relaciona con una de las condiciones que según Salmi, cumplen algunas universidades más exitosas del mundo: contar con académicos talentosos. Si Finlandia destina cerca de 6% del producto bruto interno en educación, traducido en un 14% de su presupuesto y los réditos pueden comprobarse en evaluaciones de estándar internacional como PISA; de hecho, hay un resultado en el que los docentes tienen mucho que ver.
Entonces, surgen algunas interrogantes, que a la luz de los aportes de conocimientos pre existentes podrían ir clarificando algunas respuestas en relación al factor docente como determinante del éxito en los estudiantes., ¿cómo perciben los alumnos de educación a sus docentes?, ¿qué creencias tienen sobre la calidad del desempeño docente?, ¿aspectos como la motivación por el estudio, se desencadenan a partir de las creencias y percepciones que puedan tener los alumnos por sus docentes?, ¿cuál es el impacto que puede originar un docente considerado significativo, en el éxito de sus alumnos?, estas y otras interrogantes irán ayudando a delimitar un problema de investigación que sea más cercano al propósito de una futura investigación sobre el tema.