El enfoque de la buena enseñanza en la Educación Superior, es abordado desde una complementaria perspectiva teórico-experiencial, por dos catedráticos universitarios reconocidos a nivel internacional, uno de ellos, Kenneth Bain, historiador y especialista en pedagogía, que por cerca de quince años realizó una investigación sobre el trabajo considerado excepcional en profesores de distintas universidades de los Estados Unidos y el otro, no menos importante, John Biggs, psicólogo e investigador de trayectoria y creador de la teoría del “Alineamiento Constructivo” que significó uno de los más innovadores aportes a la pedagogía de la enseñanza en la Educación Superior en los últimos tiempos.
Kenneth Bain, plantea en su libro “Lo que hacen los mejores profesores universitarios”, un estudio sobre lo que piensan y hacen los profesores considerados como los más excepcionales en el campo universitario; con el fin de brindar algunos aportes de utilidad a aquellos docentes que recién estarían iniciándose en esta práctica.
De esta forma, afirma que es mejor profesor el que consigue aprendizajes “profundos” en sus alumnos, ayudándoles de manera sostenida, en su desarrollo personal e intelectual. Cada profesor debe saber encontrar como desarrollar su “genialidad” y lograr a la vez, motivar a sus alumnos.
Se plantean en su libro, algunos aspectos importantes como: el conocimiento y dominio de su materia (demostrar una organización mental que le permita diferenciar lo trascendente de lo accesorio en cada temática que imparte), no enfocarse solo en la aprobación de los exámenes, sino en la verdadera esencia del aprendizaje (incorporarlo en su sentir, creer y actuar); provocando en sus alumnos desafíos intelectuales (sabiendo manejar sus creencias iniciales sobre determinados temas), para ello, son útiles las preguntas que pueda formularles. Lo que importa es lograr que el alumno quiera saber. Entonces, hay que poner mayor atención al estilo de enseñanza y no a la metodología por sí sola. Se recomienda empezar por los estudiantes y sus creencias o su sentir sobre determinados temas, antes del tema en sí. Esto implica un vínculo relacional docente-alumno de cercanía y respeto (docentes que tengan apertura a hablar de sí con humildad, a reconocer sus errores, problemas o frustraciones).
Complementariamente, John Biggs en su libro “Calidad del Aprendizaje Universitario”, también pretende provocar reflexión en los docentes de Educación Superior, sobre la calidad de su enseñanza y sobre cómo mejorarla. Pone de relieve su teoría sobre el alineamiento constructivo, en la cual identifica al tipo de estudiante en base a dos enfoques de aprendizaje: el profundo y el superficial. Para ello utiliza los ejemplos contrapuestos de Susan y Robert. Hay estudiantes “brillantes y comprometidos” como Susan, que no requieren mayor esfuerzo y que siguen estando presentes en el aula; pero que estudian justamente al lado de otros estudiantes como Robert, que no estarían respondiendo igual, debido a su rezago intelectual o a su falta de interés y motivación por aprender, y que estudiarían únicamente para “obtener un título que les permita conseguir un trabajo”. Esto es identificado por Biggs como una diversidad en relación a las capacidades de los estudiantes. Lo que sumado a otros factores como la cantidad de alumnos por clase, el menor número de profesores, las nuevas asignaturas, entre otros, son motivo de revisión y cambio en los paradigmas actuales de la enseñanza.
No se trata de ofrecer “recetas metodológicas únicas” o el pretender que la clase magistral ya no sea desarrollada. Se trata más bien, de cómo entender que cada método debe responder a la individualidad y contexto del aula, a los recursos disponibles y a las “propias virtudes y defectos del docente”.
El docente necesita reflexionar continuamente sobre su práctica para mejorarla. “La buena enseñanza consiste en hacer que todos los estudiantes utilicen los procesos cognitivos de nivel superior que los estudiantes académicos utilizan de forma espontánea. El reto consiste en lograrlo en las condiciones impuestas en la actualidad sobre el sector de la educación superior” (Biggs, 2005, p. 23).
Biggs también hace referencia a tres niveles de aprendizaje del estudiante y de la necesidad de que el docente oriente su esfuerzo a lograr que sus estudiantes pasen de un nivel a otro:
– Nivel 1. Centro de atención: Lo que es el estudiante. Consiste en transmitir información generalmente a través de clases magistrales.
– Nivel 2. Centro de atención: Lo que hace el profesor. Se siguen transmitiendo no solo información, sino además, conceptos e ideas. El profesor se hace de un “arsenal de técnicas de enseñanza”.
– Nivel 3. Centro de atención: Lo que hace el estudiante. Se ve la enseñanza como medio de apoyo al aprendizaje. El profesor llega a entender cómo sus estudiantes comprenden y qué procesos se ponen en juego para ello. “Crear un contexto en el cual los Roberts de este mundo también puedan profundizar”.
Algunos aportes adicionales sobre la buena enseñanza planteada por Biggs, son los referidos a la evaluación, cuando hace una revisión de este proceso y propone cómo efectivizar técnicas e instrumentos que sean apropiados y que sintonicen con la posibilidad del autoaprendizaje.
AMBOS LIBROS PUEDEN SER CONSULTADOS EN ENLACES CONSIDERADOS EN ESTE BLOG. LA TEORÍA DE BIGGS SOBRE EL “ALINEAMIENTO CONSTRUCTIVO”, SE PRESENTA DE MANERA MUY DIDÁCTICA EN DOS ENLACES DE VIDEO QUE TAMBIÉN ESTÁN VISIBLES EN ESTE BLOG.