Hace algunos días el Perseverance aterrizó en Marte luego de más de seis meses en el espacio desde la tierra, así como hay países que sobrellevan las cosas por cuerdas separadas hacia su desarrollo, en el nuestro pareciera que solo es posible una misma senda: una mixtura de tropelías desde lo público y privado y cajas de pandora abiertas cada tanto que pone a prueba nuestra capacidad de sorprendernos.
Vacunagate es la denominación del último de estos destapes que encapsula la atención de la población, incluso anteponiéndola al desastre local de la pandemia, ¿Se tocó fondo?, se tiene algunas veces la percepción de que el ámbito académico (caso algunos personajes de la UPCH) está vacunado contra todo atisbo de corruptelas, de beneficios a hurtadillas, bueno equivocados todos.
No hay palabra más integradora del mal que la corrupción y todas sus acciones está bien arropada del cinismo que pretende normalizar toda situación, quizá este Vacunagate con sus operadores y accesitarios sea el símbolo contemporáneo de la peor infamia contra el país, una afrenta a la memoria de la población caída por esta enfermedad, con urgente indignación entre el personal de salud.
Carlincatura del 18-02-2021, fuente:
https://larepublica.pe/carlincatura/2021/02/18/carlincatura-de-hoy-jueves-18-de-febrero-de-2021/
La celebración del Bicentenario quizá sea una fecha anecdótica por diversos motivos relacionados a la frustración con la clase política en su totalidad, sin embargo ¿Se puede revertir en algo esta crisis de confianza en el Estado y no seguir cavando a profundidad y hundirse aún más?; no se debe renunciar a la capacidad genuina del diálogo, sin embargo es necesario un pacto nacional con suscripción tácita de por medio en el marco del Acuerdo Nacional, uno que permita a los principales actores sociales a no ceder ante intereses subalternos que son el caldo de cultivo de la corrupción y la impunidad, entendiéndose por ello que este pacto no sea una tregua entre adversarios políticos sino una mirada a largo plazo en el que se homogenicen las diversas ideas de país (sobre la orientación del desarrollo) que se tuviera.
Las instituciones del Estado necesitan un respiro que les permita ganar en institucionalidad, reconformar sus cuadros, identificando y apartando aquellos elementos que representan la herencia histórica de los intereses solapados de regímenes de gobierno anteriores. ¿Alguna lección aprendida post pandemia desde la clase política?, no nos conformemos con la precariedad de la palabra dada en el Perú de hoy, que se demuestre con acciones concretas que el país importa y no seguir cavando en el hoyo.
*UPCH: Universidad Peruana Cayetano Heredia