[Visto: 243 veces]

Cuando de enseñar se trata me tomo el rol de maestra muy, pero ¡muy en serio!

Me alimento, proceso, digiero y engordo el seso, engordo el seso, pero también defeco… Sí, defeco mierda, desperdicio, bosta (bosta suena elegante)

¡Y el seso produce! produce luz, ilumina, alumbra, ¡pare!

Y los discípulos reciben, acunan, arrullan, abrazan la luz; y entonces todo es una sinfonía; y siguiendo la partitura y el guante de mis manos, la orquesta se construye, la orquesta armoniza, la orquesta crea, ¡revive!

Pero, sin saber de dónde ¿cómo, ni por qué? un ser atroz se rebela en mí, un demonio que de cuando en cuando me adormece, el míster Hyde que me habita… Y queriendo y sin querer, y más queriendo que sin querer ¡voy tras el primero que se cruce en mi camino!

La furia de mis ojos abofetea, el timbre de mi voz golpea, el filo de mi lengua hiere; lanzo palabras como piedras: una tras otra, una más grande que la anterior… yo no quiero, yo resisto ¿resisto?, desaparezco… y pierdo mi batalla contra míster Hyde; luego la saña de su embestida deja a la víctima y viene por mí…

Muy, muy disminuida, casi en ruinas ¡me siento Gollum! huyo, busco un lugar, una pared, un muro, unos arbustos para cubrirme…un escondite, el escondite que todos conocemos… y ¡todos me encuentran! me encuentran desnuda y ¡trato de arroparme con algo de vergüenza!

Trato de reconstruirme, de pegar los vidrios rotos…

Pasan siglos para sanar las heridas, para restablecerme, para volver a empezar…

Y voy otra vez tras nuevas partituras y nuevos guantes, un suspiro intenso me impulsa ¡hasta el cielo! ¡Qué emoción! ¡nuevos discípulos! ¡nuevas lecciones! nuevas batallas, viejos miedos, mientras Mr. Hyde y el escondite que todos conocemos esperan pacientes…

MG
Puntuación: 0 / Votos: 0