Desde el fondo de ti, y arrodillado, un niño triste como yo, nos mira. Por esa vida que arderá en sus venas Por esas manos, hijas de tus manos, Por sus ojos abiertos en la tierra Yo no lo quiero, Amada. Para que nada nos amarre Ni la palabra que aromó tu boca, Ni la fiesta de amor que no tuvimos, Amo el amor de los marineros Dejan una promesa. En cada puerto una mujer espera: (Una noche se acuestan con la muerte Amo el amor que se reparte Amor que puede ser eterno Amor que quiere libertarse Amor divinizado que se acerca Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos, Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada Fui tuyo, fuiste mía. ¿Qué más? Juntos hicimos Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame, Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste. …Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Autor: Pablo Neruda
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