Historia de la costa portuaria arequipeña
España conoció el Perú dejando rastro notarial. Se tienen escrituras o contratos entre los hombres de Pizarro desde 1533 que se conservan en el llamado Libro Becerro o Protocolo Ambulante de los Conquistadores. Arequipa tiene documentación desde 1539, un año antes de su fundación. Con estos manuscritos que se resguardan en los archivos históricos como testamentos, compraventas, préstamos, poderes, compañías, juicios, actas, mapas, entre otros, podemos estudiar no solo a las ciudades con historia virreinal, sino sus rutas comerciales y el comportamiento rural en pueblos, caminos, tambos y puertos.
Europa desembarcó en América sin infraestructuras portuarias, eran abrigos sencillos sin muelles ni argollas de anclaje. Pensemos si acaso Colón encontró alguna. Los barcos anclaban detrás del tumbo y con paciencia -virtud que el siglo XXI no comprende- llevaban los botes a donde querían, por supuesto con preferencia de caletas.
Lógica y documentadamente el primer puerto colonial de Arequipa fue el de Quilca, por ser contiguo a Camaná, lugar fundado antes que la ciudad volcánica y llamado a ser estratégicamente la Lima del Sur. Se daría así salida al Mundo a la principal ciudad económica de Sudamérica entonces: Cusco. Fueron las tercianas o fiebres camanejas transmitidas por mosquitos propios de lugares cálidos con estanques de agua las que promovieron el establecimiento principal en la tierra del sillar. CONTINUAR LEYENDO, descargar artículo (jpg 570Kb):
Mollendo y Mejía se disputan la ubicación exacta del puerto de Chule. El periodista mollendino Bernardino Rodríguez argumenta que estuvo en Mollendo porque así lo pensó Antonio Raimondi, basado en un mapa que el geógrafo Cano y Olmedilla realizó en 1775, siglos después del abandono de dicho puerto. Cabe apreciar que el plano confunde la ubicación del río “Chile” entre Ylay y Chule.
