Tambo el río arenador de Mollendo

Tambo: el río arenador de Mollendo

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Entre La Punta y Mollendo existe impresionante cantidad de arena. ¿De dónde proviene? Muchos dirán del mar. Parcialmente de acuerdo, pero ¿por qué el puerto de Matarani no tiene problemas relevantes de arenación? y ¿por qué caletas camino a Quilca llevan guijarros como las playas de Miraflores en Lima o sedimentos diferentes?

Abordemos el tema con 2 proyectos que obstruyeron corrientes naturales de arenación. En 1983 el alcalde de Chorrillos intentó construir una carretera para unir las playas La Herradura con La Chira. Dinamitó el cerro intermedio y se desplomó el enrocado cambiando la morfología de las olas locales. Con ello una concurrida playa de arena terminó siendo una playa de piedras que hasta ahora no se repone. Al año siguiente el puerto trujillano de Salaverry comenzó a construir un molón que se fue ampliando en 2004 hasta ser una punta marina artificial de 1km que erosiona paulatinamente distantes playas como Las Delicias, Buenos Aires y Huanchaco. Nunca los propietarios de casas de veraneo pensaron ver amenazada su arena.

En Arequipa, Southern ofreció construir la represa de Tambo Bajo debido al complejo problema de cantidad y calidad de agua en la provincia de Islay. Para no aprender con equivocaciones, cabe aconsejar a los ingenieros de cualquier proyecto que intente represar el río en zonas intermedias, que revisen principios de geomorfología litoral o dinámica costera. Aunque suene extraño, el diseño de una represa cercana a la costa debe contemplar la arenación de playas. En un par de décadas Mollendo podría perder la arena en las sombrillas si acaso se maneja mal la cuenca del río Tambo. ¿Suena exagerado? Amerita explicación.

En 1954 el deslizamiento de un cerro cercano a Coralaque represó el Tambo y al abrirse nos enseñó en menor escala lo que sucedió en el verano del año 1600 cuando el volcán Huaynaputina tuvo una erupción -en plena época de lluvias- 3 veces mayor que la cinematográfica Pompeya. En ese siglo lejano se represó el río y, al romperse abruptamente, sedimentó la desembocadura aumentando la tasa de arenación del litoral. Pocos advierten que el Huaynaputina se encuentra en la cuenca del río Tambo y que una de sus repercusiones más relevantes fue la desaparición del puerto de Chule que mejianos y mollendinos debatimos por su ubicación. De hecho, llevo 2 años investigando el tema, analizando esta costa y armando el rompecabezas con documentos virreinales.

Cerros y desiertos arequipeños están llenos de arena por el limado del viento y otros ciclos atmosféricos. Los ríos generan y transportan enormes cantidades diariamente; no por nada la vemos en sus lechos. Es curioso que no meditemos en playas como Mejía que el río Tambo es uno de los principales causantes de la comodidad y dicha veraniega basada en la arena, pero sí nos damos cuenta cuando el mar distribuye maleza en las playas tras crecidas del río.

Todo quien ha nadado en la provincia sabe que existe una corriente predominante de Sur a Norte, del Valle de Tambo hacia Mollendo. Cabe aclarar que esta corriente en la zona de rompiente -entre el tumbo y la orilla- es distinta a la de Humboldt y se llama deriva litoral. Es la encargada de barrer o repartir lateralmente y sin descanso la arena. La más pesada -junto a troncos y ramas- se queda alrededor de la desembocadura, en Lagunas de Mejía, y la de menor densidad flota con esta corriente litoral. Por ello la arena de Mollendo es más fina que la de Mejía. El muelle turístico del bravo puerto petrolero es testigo de estos procesos marinos.

Explicar por qué La Punta también tiene arena en el margen opuesto del río, contrario al sentido predominante de deriva, amerita recordar la corriente de resaca que si se difundiera ampliamente evitaríamos ahogados con solo decir: “no luche contra ella, salga lateralmente”. Casi una recomendación matrimonial. La resaca fondea sedimentos que luego son repartidos por el oleaje.

No faltará quien diga que estas dinámicas son más complejas. De acuerdo, son varias variables superpuestas. Las corrientes y las olas dependen de muchos factores como la geografía subacuática en cada sector. Lo relevante es recordar que proyectos bien encaminados -incluso lejanos- aportan y otros erosionan, no solo hablando de la imprescindible arena que todos apreciamos.

Descargar artículo aquí. Tambo: el río arenador de Mollendo, Rodrigo Llosa Sanz; en: Diario Prensa Regional, Arequipa, 31 Julio 2024

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Nota al día siguiente de la publicación: Tras la construcción de una represa que no contemple conceptos de arenación, las playas de la provincia de Islay no la perderían en tiempos cercanos, salvo en lugares sensibles: cerca a la Isla Ponce, Cardones o Tiro Alto. Existen corrientes de fuga que pueden desarenar playas si no se tienen aportes que la reemplacen. Las olas también generan arena. Las tasas y sus variaciones no se conocen, solo sabemos que los equilibrios pueden romperse. El aporte de sólidos del Tambo es un hecho, muestra de ello es la arena de construcción extraida del sector y los surcos agrícolas sedimentados por agua proveniente del río cuando no se desarena bien. Mejor prevenir con diseños de proyectos que contemplen todas las variables.

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“Felicitaciones por la materia Rodrigo. Me parece muy importante que se difunda esta conexión entre el río y la playa. Una represa seguramente va a retener los sedimentos que mantienen estables a las playas que visitamos cada verano”. Carlos Henrique Tavares Correa, Doctor en ciencias ambientales, especialista en procesos erosivos de playas, mensajería 31 Julio 2024

“Buen artículo, felicitaciones”. Jorge Ortiz Sotelo, Doctor en historia marítima, mensajería 31 Julio 2024

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