Una breve mirada al Informe sobre el Comercio Mundial y al Informe Mundial sobre Inversiones 2013. Parte II
Por María del Carmen Vásquez
El Informe Mundial sobre Inversiones publicado por UNCTAD este año y subtitulado “Las Cadenas de Valor Mundiales: Inversión y Comercio para el Desarrollo” destaca las siguientes tendencias con respecto a la Inversión Extranjera Directa (IED):
Entradas de IED
En el 2012, la IED mundial cayó en un 18 por ciento situándose alrededor de 1,35 billones de dólares. UNCTAD estima que durante el 2013 esta cifra se mantendrá cercana al mismo nivel. Los motivos que explican este decline serían la fragilidad económica y financiera mundial así como la incertidumbre política. Sin embargo, dentro de este escenario, los países en desarrollo superan a los países desarrollados como receptores de IED. En el caso de América Latina y el Caribe, las entradas de IED se redujeron en 2 por ciento llegando a 244 millones de dólares, debido a la disminución de IED en América Central y el Caribe. Sin embargo, este descenso fue contrarrestado por un aumento del 12 por ciento en la IED hacia América del Sur, impulsado por inversiones en Chile, Colombia, Argentina y Perú, por la abundancia de recursos naturales y por una clase media cada vez más en expansión. Esto último explica el importante número de inversiones en esta subregión en busca de nuevos mercados.
Salidas de IED
Las salidas mundiales de IED disminuyeron en un 17 por ciento, llegando a 1.4 billones de dólares en el 2012. Las economías desarrolladas como la Unión Europea (UE) vieron sus salidas de IED caer cerca de cifras cercanas a la depresión del 2009, en parte debido a la incertidumbre sobre el euro. Por el contrario, los inversionistas de los países en desarrollo continuaron su expansión en el extranjero. Cabe recalcar que estos países generan casi un tercio de las salidas mundiales de IED y que los países BRICS (especialmente China) se han convertido en no sólo los principales receptores de IED sino también en importantes inversionistas en el exterior. Con respecto a este último grupo de países, la IED saliente se orienta principalmente a la búsqueda de mercados en países desarrollados (primordialmente la UE, con un 34 por ciento del total de la IED saliente), o en el contexto de las cadenas regionales de valor (alrededor del 43 por ciento de IED saliente desde economías BRICS se concentra en economías vecinas).
IED por sector de destino
El sector primario fue el más golpeado en términos relativos por la disminución de la IED. Tanto la minería, cantería y petróleo fueron afectados por la caída de los precios de las materias primas y la disminución de la demanda. De otro lado, el sector manufacturero también registro una severa disminución en el valor de los proyectos de inversión. El sector servicios resultó ser el sector menos afectado dando prueba de la conveniencia de promover el flujo de IED hacia servicios estratégicos como los servicios financieros y de transporte. Cabe recalcar que la IED en América del Sur está concentrándose cada vez más en los recursos naturales, principalmente en la industria extractiva. En Colombia, esta industria atrajo el 53 por ciento del total de flujos de IED entre el 2003 y el 2012. En Chile su participación en el stock de IED aumentó de 27 a 39 por ciento entre 2006 y 2011. Y en Perú, aumentó del 14 por ciento en el 2001 al 27 por ciento en el 2011.
Cadenas de valor mundiales y sus consecuencias para el desarrollo
Alrededor del 80 por ciento del comercio mundial está relacionado con las redes internacionales de producción de las empresas transnacionales. Los países con una mayor presencia de IED -en relación al tamaño de sus economías- tienden a tener una mayor participación en las cadenas de valor mundiales y generan un mayor valor añadido interno del comercio. El Informe Mundial sobre Inversiones también destaca que las cadenas mundiales de valor conducen a una cantidad importante de doble cómputo en el comercio, debido a que los productos y servicios intermedios se contabilizan varias veces en las exportaciones mundiales, cuando solo deberían ser contados una sola vez como valor añadido en el comercio.
Es importante señalar que los países en desarrollo pueden utilizar eficazmente las cadenas de valor mundiales para la construcción de su capacidad productiva, la difusión tecnológica y modernización económica, social e industrial a largo plazo. Más aun, existe una correlación positiva entre la participación en cadenas de valor mundiales y las tasas de crecimiento del PIB per cápita. De esta manera, las cadenas de valor mundiales tienen un impacto económico directo sobre el valor añadido, el empleo y los ingresos.
Sin embargo, estos beneficios no son automáticos y hay importantes riesgos asociados para los países receptores de capitales. De ahí que las cuestiones de política importen en gran medida. Entre los riesgos está la posibilidad de que los países en desarrollo se encuentren atrapados en actividades de bajo valor añadido. Por lo tanto, con el fin de beneficiarse al máximo, estos deben aplicar políticas específicas. Por ejemplo, un país podría dirigirse a segmentos específicos de las cadenas de valor mundiales, invertir en infraestructura y fomentar la capacidad productiva de las empresas locales y sus trabajadores. Las propuestas de la UNCTAD a este respecto son las siguientes: Implementar (a) políticas e instituciones sinérgicas de comercio y desarrollo, (b) pactos regionales de desarrollo industrial, y (c) zonas industriales francas sostenibles.
Nuevas tendencias en los Acuerdos Internacionales de Inversión (AII)
Las políticas de inversión internacional se encuentran en transición. A finales del 2012, el régimen de los AIIs constaba de 3.196 tratados. Hoy en día, los países favorecen cada vez más un enfoque regional a un enfoque bilateral en lo que respecta a la elaboración de AIIs; teniendo en cuenta elementos de desarrollo sostenible. Más de 1.300 de los 2.857 Tratados Bilaterales de Inversión (TBI) vigentes en la actualidad habrán entrado, a fines del 2013, en la fase en que pueden rescindirse en cualquier momento. De esta manera, se abriría una ventana para remediar las inconsistencias y superposiciones en el régimen de los AIIs, así como para reforzar su dimensión de desarrollo. Por otra parte, los nuevos AIIs ilustran la creciente tendencia a elaborar tratados de acuerdo con los objetivos de desarrollo sostenible. En el caso de Perú, por ejemplo, las referencias a la cláusula de Responsabilidad Social Corporativa se puede encontrar en el capítulo “Comercio y Desarrollo Sostenible” del TLC UE – Colombia – Perú.
En resumen
A pesar de la desaceleración económica mundial, la IED sigue siendo un factor importante para el desarrollo, más aun con la actual relevancia de las cadenas de valor mundiales. Es por ello que UNCTAD, al igual que la OMC, destaca su importancia y propone políticas para aprovechar sus potenciales beneficios. Para mayor detalle sobre este tema, recomendamos leer el Informe Mundial sobre Inversiones 2013.
Por María del Carmen Vásquez
El Informe Mundial sobre Inversiones publicado por UNCTAD este año y subtitulado “Las Cadenas de Valor Mundiales: Inversión y Comercio para el Desarrollo” destaca las siguientes tendencias con respecto a la Inversión Extranjera Directa (IED):
Entradas de IED
En el 2012, la IED mundial cayó en un 18 por ciento situándose alrededor de 1,35 billones de dólares. UNCTAD estima que durante el 2013 esta cifra se mantendrá cercana al mismo nivel. Los motivos que explican este decline serían la fragilidad económica y financiera mundial así como la incertidumbre política. Sin embargo, dentro de este escenario, los países en desarrollo superan a los países desarrollados como receptores de IED. En el caso de América Latina y el Caribe, las entradas de IED se redujeron en 2 por ciento llegando a 244 millones de dólares, debido a la disminución de IED en América Central y el Caribe. Sin embargo, este descenso fue contrarrestado por un aumento del 12 por ciento en la IED hacia América del Sur, impulsado por inversiones en Chile, Colombia, Argentina y Perú, por la abundancia de recursos naturales y por una clase media cada vez más en expansión. Esto último explica el importante número de inversiones en esta subregión en busca de nuevos mercados.
Salidas de IED
Las salidas mundiales de IED disminuyeron en un 17 por ciento, llegando a 1.4 billones de dólares en el 2012. Las economías desarrolladas como la Unión Europea (UE) vieron sus salidas de IED caer cerca de cifras cercanas a la depresión del 2009, en parte debido a la incertidumbre sobre el euro. Por el contrario, los inversionistas de los países en desarrollo continuaron su expansión en el extranjero. Cabe recalcar que estos países generan casi un tercio de las salidas mundiales de IED y que los países BRICS (especialmente China) se han convertido en no sólo los principales receptores de IED sino también en importantes inversionistas en el exterior. Con respecto a este último grupo de países, la IED saliente se orienta principalmente a la búsqueda de mercados en países desarrollados (primordialmente la UE, con un 34 por ciento del total de la IED saliente), o en el contexto de las cadenas regionales de valor (alrededor del 43 por ciento de IED saliente desde economías BRICS se concentra en economías vecinas).
IED por sector de destino
El sector primario fue el más golpeado en términos relativos por la disminución de la IED. Tanto la minería, cantería y petróleo fueron afectados por la caída de los precios de las materias primas y la disminución de la demanda. De otro lado, el sector manufacturero también registro una severa disminución en el valor de los proyectos de inversión. El sector servicios resultó ser el sector menos afectado dando prueba de la conveniencia de promover el flujo de IED hacia servicios estratégicos como los servicios financieros y de transporte. Cabe recalcar que la IED en América del Sur está concentrándose cada vez más en los recursos naturales, principalmente en la industria extractiva. En Colombia, esta industria atrajo el 53 por ciento del total de flujos de IED entre el 2003 y el 2012. En Chile su participación en el stock de IED aumentó de 27 a 39 por ciento entre 2006 y 2011. Y en Perú, aumentó del 14 por ciento en el 2001 al 27 por ciento en el 2011.
Cadenas de valor mundiales y sus consecuencias para el desarrollo
Alrededor del 80 por ciento del comercio mundial está relacionado con las redes internacionales de producción de las empresas transnacionales. Los países con una mayor presencia de IED -en relación al tamaño de sus economías- tienden a tener una mayor participación en las cadenas de valor mundiales y generan un mayor valor añadido interno del comercio. El Informe Mundial sobre Inversiones también destaca que las cadenas mundiales de valor conducen a una cantidad importante de doble cómputo en el comercio, debido a que los productos y servicios intermedios se contabilizan varias veces en las exportaciones mundiales, cuando solo deberían ser contados una sola vez como valor añadido en el comercio.
Es importante señalar que los países en desarrollo pueden utilizar eficazmente las cadenas de valor mundiales para la construcción de su capacidad productiva, la difusión tecnológica y modernización económica, social e industrial a largo plazo. Más aun, existe una correlación positiva entre la participación en cadenas de valor mundiales y las tasas de crecimiento del PIB per cápita. De esta manera, las cadenas de valor mundiales tienen un impacto económico directo sobre el valor añadido, el empleo y los ingresos.
Sin embargo, estos beneficios no son automáticos y hay importantes riesgos asociados para los países receptores de capitales. De ahí que las cuestiones de política importen en gran medida. Entre los riesgos está la posibilidad de que los países en desarrollo se encuentren atrapados en actividades de bajo valor añadido. Por lo tanto, con el fin de beneficiarse al máximo, estos deben aplicar políticas específicas. Por ejemplo, un país podría dirigirse a segmentos específicos de las cadenas de valor mundiales, invertir en infraestructura y fomentar la capacidad productiva de las empresas locales y sus trabajadores. Las propuestas de la UNCTAD a este respecto son las siguientes: Implementar (a) políticas e instituciones sinérgicas de comercio y desarrollo, (b) pactos regionales de desarrollo industrial, y (c) zonas industriales francas sostenibles.
Nuevas tendencias en los Acuerdos Internacionales de Inversión (AII)
Las políticas de inversión internacional se encuentran en transición. A finales del 2012, el régimen de los AIIs constaba de 3.196 tratados. Hoy en día, los países favorecen cada vez más un enfoque regional a un enfoque bilateral en lo que respecta a la elaboración de AIIs; teniendo en cuenta elementos de desarrollo sostenible. Más de 1.300 de los 2.857 Tratados Bilaterales de Inversión (TBI) vigentes en la actualidad habrán entrado, a fines del 2013, en la fase en que pueden rescindirse en cualquier momento. De esta manera, se abriría una ventana para remediar las inconsistencias y superposiciones en el régimen de los AIIs, así como para reforzar su dimensión de desarrollo. Por otra parte, los nuevos AIIs ilustran la creciente tendencia a elaborar tratados de acuerdo con los objetivos de desarrollo sostenible. En el caso de Perú, por ejemplo, las referencias a la cláusula de Responsabilidad Social Corporativa se puede encontrar en el capítulo “Comercio y Desarrollo Sostenible” del TLC UE – Colombia – Perú.
En resumen
A pesar de la desaceleración económica mundial, la IED sigue siendo un factor importante para el desarrollo, más aun con la actual relevancia de las cadenas de valor mundiales. Es por ello que UNCTAD, al igual que la OMC, destaca su importancia y propone políticas para aprovechar sus potenciales beneficios. Para mayor detalle sobre este tema, recomendamos leer el Informe Mundial sobre Inversiones 2013.
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