Por María del Carmen Vásquez

Como representante de Brasil ante la OMC, el embajador Azevêdo desafió las políticas de subsidios agrícolas de los Estados Unidos y Europa, que por mucho tiempo afectaron a los exportadores agrícolas de los países en desarrollo. Por ejemplo, el fue uno de los negociadores clave en la disputa sobre los subsidios estadounidenses al algodón. Asimismo, en Ginebra, también es conocido por tener un buen conocimiento del sistema de la OMC y goza de credibilidad entre los países en desarrollo.

El pasado 14 de mayo, el embajador Roberto Azevêdo, conocido diplomático brasileño y representante de su país ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) desde el 2008, fue designado oficialmente como nuevo Director General de esta institución tras contar con el consenso sus de 159 miembros. De esta manera, el embajador Azevêdo ganó la contienda frente al ex ministro mexicano, Herminio Blanco, negociador del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Cuando Roberto Azevêdo asuma el cargo en setiembre de este año, se convertirá en el primer latinoamericano en ejercer la función de Director General de la OMC. Sin embargo, ante su nombramiento han surgido algunos cuestionamientos. Toda vez que Brasil no tiene la reputación de ser el miembro más entusiasta de la OMC, muchos temen que el embajador Azevêdo lleve consigo un bagaje de proteccionismo comercial. Frente a estos temores, el nuevo Director General de la OMC ha respondido de manera clara, enfatizando que no esta en el puesto para promocionar la agenda o los intereses de Brasil, sino para crear un consenso y avanzar hacia los objetivos de la OMC.

• El proceso de selección

A pesar de que los votos en el proceso de selección del nuevo Director General de la OMC son secretos, de acuerdo a la prensa, los Estados Unidos, los Estados miembros de la Unión Europea, Japón y Corea del Sur habrían respaldado la candidatura del Sr. Blanco. Mientras tanto, la candidatura del embajador Azevêdo fue respaldada por los países BRICS (notablemente China) y por la mayoría de los países africanos y otros países en desarrollo.

• Los retos y la agenda

El embajador Azevêdo se enfrenta con un gran desafío: restaurar la credibilidad de una organización que no ha logrado concluir la Ronda de Doha, iniciada en el año 2001. Sin embargo, el desafío es aun mayor dado que el panorama al que hará frente es muy diferente al de entonces. Hoy en día, muchos de los principales actores en el comercio global han preferido iniciar acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales (por ejemplo, el Acuerdo de Asociación Transpacífico y el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión), que sin duda conducen a cuestionar la eficacia de la OMC como un foro multilateral para las negociaciones comerciales.

Ante ello, la primera oportunidad para que el embajador Azevêdo pueda demostrar sus capacidades tendrá lugar en diciembre de este año durante la Conferencia Ministerial de la OMC a realizarse en Bali, que tiene como objetivo alcanzar resultados en los temas de facilitación del comercio, uno de los aspectos menos controvertidos de la Ronda de Doha, entre otros temas. Se cree que de llegar a un resultado exitoso en Bali, se enviará una señal importante al mundo sobre la eficacia de la OMC, así como la importancia del sistema multilateral de comercio.

Por último, el embajador Azevêdo también podría ampliar la agenda de la OMC para hacer frente a cuestiones tales como la actualización del  Acuerdo sobre Tecnologías de la Información y promover compromisos más profundos respecto al comercio de servicios, entre otros temas.