Silencio que mi pueblo se esta muriendo…. y se llama AIJA… Perla de las vertientes
Aija, es la capital de provincia y se halla situado en la falda de un cerro, y en la banda izquierda de un riachuelo que reuniéndose con otros al pie del pueblo forman un brazo principal del Rio Huarmey, el clima de Aija es algo frio, hallándose la población a 3,828 msn. Entre los pueblos llamados de vertientes, Aija es uno de los más grandes, y tiene la ventaja de distar solamente siete leguas de la capital del departamento y cinco del pueblo de Recuay. Esta aproximidad a la capital hace que los habitantes de Aija sean más ilustrados que de los otros pueblos de las vertientes, Aun las casas son mejor construidas y hay un mayor número de vecinos. Así describía Antonio Raimondi en su libro “El departamento de Ancash y sus riquezas minerales”, adicionalmente señala que Aija y Succha son los más importantes por sus minerales y la cría de ganado :
Decir “Aija, Perla de las Vertientes” ahora sí tiene sentido, somos los más ilustrados de las vertientes. Con ese placer de considerarme un instruido me puse a revisar los censos de los Años 2007 y 1993, los mismos confirmaron mis temores, con espanto y dolor puedo decir que Aija en 14 años ha perdido más del 19% de su población total y más del 32% de su población urbana. De acuerdo al Censo del Año 2007, la población total es de 2,036 que incluye 1,064 habitantes urbanos.:
Hace algunos meses atrás, el pueblo de Aija celebró una tarde deportiva en Lima. El local estaba abarrotado de Aijinos que disfrutaban viendo actividades deportivas, artísticas y gastronómicas.:
Mientras Yo miraba, alguien se me acerco me dijo: Ya casi no hay gente en Aija, todos estamos aquí.
¿No tienes pena de Aija? – le pregunté
La vida es triste allá, pero vamos para la fiesta de Santicho, entonces no cabemos en el pueblo. Aquí en Lima hemos aumentado. Pero siempre Aijinos. Afirmación que no es muy cierto, ya muchos Aijinos están alimeñados.
¿Y que haces en Lima? – le pregunté
Yo vine a Lima hace 20 años, trabajo como obrero textil. La vida es triste allá, ya casi no hay amigos en Aija, todos estamos aquí, no hay trabajo ni en que desarrollarse. Mientras Lima crece, mis hijos tienen más oportunidades. Mientras la amada tierra deja de ser cultivada, se seca, no hay donde trabajar y las casas vacías agonizan. Claro que nosotros los Aijinos trabajamos en Lima, sin olvidar nuestro pueblo. Casi todos los domingos nos reunimos, jugamos nuestro partido, bebemos nuestra cervecitas, hablamos de nuestro pueblo y planeamos lo que debemos hacer con nuestro pueblo, hay muchas cosas que hacer, pero nadie hace nada.
Me despedí de mi amigo anónimo, luego de haber bebido tres botellas de cerveza, di media vuelta y caminé rumbo a la puerta de salída, por los altos parlantes anunciaban la presentación de la Succhinita, mientas me alejaba el sonido de la música también se alejaba. Subí a un taxi y con los sentimientos encontrados le dije que me lleve a mi casa. El viaje duro uno a dos horas no recuerdo, pero comprendí que ya era un extraño para mi pueblo, comprendí mi retroceso de conocimiento de mi pueblo, entendí de porqué se le llama la ciudad de los candados, entendí que hay una necesidad urgente para que Aija no eclipse…… en la historia muchos pueblos han desaparecido, ¿Aija puede tener ese mismo camino?
Aija no morirá mientras aún esté en nosotros su imagen, su limpieza, su memoria… lo demás, me temo, está muriendo.
Es una pena que un pueblo desaparezca… recuerdo una amiga cuyo colegio, donde estuio toda su etapa escolar, lo demolieron para construir un edificio vivienda (como los muchos que vemos en Lima)… Ahora solo recordarán de donde vienen, pero nunca más podrán visitarlo, vivenciarlo (valga el término), sentirlo (visual, olfativa, auditiva y tactilmente… incluso gustativamente, como cuando la pileta echaba agua).
Ojalá no pase con nuestros pueblos!!!