Archivo de la categoría: Escena

Ejercicio del taller

S/T por Mariela Guerrero

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-¿Cómo me veo? – se preguntó Paola mientras caminaba en dirección al espejo de la sala – Debo verme linda para Joaquín. Hoy le daré la gran noticia. Espero que esté preparado, aunque ya sé que igual le tomará por sorpresa, exactamente como a mí. No pensé que pasaría tan pronto. Me muero por ver en su rostro una expresión de felicidad infinita, ahora nuestra vida estará completa.
– Amm…sí. Te ves linda. Como siempre. Ahora debes preparar todo y tener lista la cena. Joaquín ya no tarda en llegar. ¡Uy! Los aretes. Los dejaste en tu mesita de noche. ¡Apúrate, Paola, apúrate! – se dijo para sí misma mientras corría escaleras arriba.
El timbre sonó por tercera vez.
– ¡Ya voy! – gritó desde arriba sabiendo que nadie la escucharía -Listo. Llegó la hora – pensó mientras se terminaba de arreglar y abría la puerta.
-Hola Paola – dijo Joaquín con una expresión no tan entusiasta.
– Hola mi amor. No sabes cómo contaba los minutos que faltaban para que llegaras. Te tengo una súper noticia. Pasa, pasa. ¿Tienes hambre? Preparé los ravioles que tanto te gustan.
-La verdad no, no tengo hambre. Dime lo que me tengas que decir, no dispongo de mucho tiempo. Tengo un asunto pendiente y debo resolverlo rápidamente.
– Pero amoooor, es sábado por la noche y mañana tienes el día libre. ¿No puedes hacerlo mañana? Los dos sábados pasados fueron iguales. Me dejaste sola por tu trabajo. No debes dejar que te absorba tanto ni que…
-¡Paola! ¡No entiendes! Por favor, si quiero prosperar en mi trabajo debo dar el 100% de mí. Bien sabes que los dos sábados anteriores he tenido reuniones inesperadas a las que no he podido faltar. Si me has hecho venir para eso, mejor me voy.
-No, Joa, no es eso. Es algo importante sobre los dos. Es realmente importante. ¿No puedes cancelar tu reunión de esta noche? – pidió Paola mientras perdía poco a poco la paciencia.
-¡NO! – dijo Joaquín con cierta exaltación.
-¿Lo estás diciendo en serio? – dijo la mujer mientras tomaba asiento en una silla de madera, tratando de mantener la calma.
– ¡SI!
-No puedo creerlo. Eres increíble
-¡ME LARGO! ME TIENES HARTO DE TANTO…
-¡ESTOY EMBARAZADA! – gritó Paola desesperadamente mientras dejaba caer las primeras lágrimas.
-¿Qué? No puede ser. Lo siento, Paola, pero no puedo hacerme cargo de un bebé ahora. Esto ha sido un descuido tuyo y…
-¿MÍO? Es el fruto de nuestro amor. No es posible que estés diciendo esto. Tú estabas de acuerdo con que formáramos una familia.
-No, sólo fue un comentario y no significaba que lo quería ahora.
-¿Qué me estas tratando de decir? ¿Acaso no me amas? Yo sé que podremos enfrentarlo juntos.
-No, Paola, debo irme. Hablamos otro día, yo te llamo.
– ¡No! Eres un maldito. ¿Por qué me haces esto? Yo te amo. Eres el amor de mi vida. ¿Qué es lo que pasa? ¿Tienes otra mujer verdad?
– Sí. Sí. Sí ¿feliz? Ya déjame en paz.
– ¿Por ella me has dejado de lado todos estos días, verdad? Como puedes rechazar a este bebé. Puedes tener una hermosa familia al lado de nosotros. No nos abandones. Piensa bien. – dijo Paola mientras se acariciaba suavemente el vientre.
-¿Tú crees que no lo he pensado bien? No seas tonta. He encontrado una mujer mucho mejor que tú. Una mujer de verdad, que me puede ayudar a prosperar en el trabajo y en la vida. He estado perdiendo mi tiempo contigo, aunque no me puedo quejar, eres una buena forma de diversión. ¡Jajá! Adiós Paola. No me busques nunca más.
Inmediatamente, Joaquín abandonó el departamento dejando a Paola en medio del llanto. Estando sola, Paola se levantó de la silla y se dirigió hacia el espejo.
-Ay Joaquincito. Yo tampoco me puedo quejar. Eras buenísimo en la cama. Lástima que no caíste en mi trampa. ¿Y ahora, que haré? – se preguntó Paola mientras se secaba las falsas lágrimas y se arreglaba el cabello.
-Fácil. Debo hablar con Gerardo, él seguro que caerá. ¿Cómo podría rechazar a su bebé? – Se dijo la mujer mientras una leve sonrisa se esbozaba en su rostro- Claro pues. Imposible. Él nunca, él es el amor de mi vida. Y claro, si no lo es, seguramente lo será Pablito. Jajá.
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S/T por Giorgio Garibotto

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-¿Aló?
– Mamá, ¿eres tú?
– Gustavo –su voz apenas cambió el tono-
– Hola mamá. Llamaba para saber cómo estaban por allá
– Bueno, pues te imaginarás cómo está tu papá desde que nos dijiste que
– MAMÁ, ya, entiendo. Me refería a si está bien de salud
– Gustavo, no me vuelvas a interrumpir de esa manera. Yo no te he criado así de malcriado –él alejó el auricular del teléfono de su oreja- Tu padre está bien de salud, después de todo toma como seis o siete pastillas de esas vitaminas raras cada mañana
– Qué bueno. ¿Y cómo le va en el trabajo?
– Gustavo, él es un hombre de más de sesenta años que trabaja independientemente, ¿pues cómo crees que está?
Gustavo notó el tono de reproche de su madre. Esto lo fastidió.
– Mamá, quisiera que salgamos a cenar los cuatro juntos. Solos tú, papá, Lisa y yo
– Lisa está en semana de exámenes en la universidad, tu padre se parte el alma trabajando y yo tengo que apoyar a esta familia, ¿sabes?. Gustavo, no sé qué te costaba esperar unos meses más para contarnos acerca de lo tuyo con Andrea. Tu padre está todo amargado y confundido y quién sabe cómo le afecte esto a Lisa, solo espero que salga bien en sus exámenes
– Ma, eso no es algo que haya podido esperar más. No tienen por qué preocuparse por nosotros, estamos a gusto el uno con el otro y no planeo forzarlos a aceptar nuestra relación
Hubo una pausa de casi cinco segundos en ambos lados de la línea. Él oyó un suspiro al otro lado de la línea.
– Gustavo, tengo que preparar la cena. Mañana tu papá trabajará todo el día y Lisa se quedará a estudiar en la universidad hasta tarde. Haré milanesa de pollo.
– Gracias, mami.
– Hijo, entiende que me duele el hecho de que no tendré nietos por tu parte, y que todo esto ha sido tan inesperado que la estabilidad de la familia pende de un hilo. Gustavo, sé que entiendes cómo
– Mamá –interrumpió- estate tranquila, yo soy feliz y mi felicidad les hace feliz, ¿no?
– Bueno, Gustavo, para unos padres la felicidad es cuando sus hijos se casan, trabajan y son felices, pero tú no…
. Mamá, mañana acompaña la milanesa con papas fritas, por favor.
Otros segundos más de silencio
– Gustavo, ten cuidado con Andrea, no sé de qué sea capaz un hombre como él
– Tranquila mamá, nos queremos y respetamos, eso es suficiente para cualquiera. Compraré una gaseosa para el almuerzo y la pondré en la nevera. Estaré ahí al mediodía
– Está bien hijo, descansa
– Chau mamá. Un beso para tí, para mi papá y para Lisa. Te quiero
-Y yo a ti hijo
Ambos colgaron con una sonrisa.
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S/T por Jorge Cerna

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Sentados en una banca cerca de la cancha de fútbol que estaba detrás del coliseo, lugar de mayor recreación dentro de las instalaciones del colegio, Álvaro Aguilar y Luis Antonio Loredo conversaban apartados del resto del grupo; cerveza en mano y cigarrillo en la boca, respectivamente.

– Creo que esta vez nos equivocamos. Perdimos sutileza.

– No exageres Luisan, como siempre nadie se va enterar –contestó Álvaro–. Nadie va a acusarnos, te preocupas por la huevas.

– Entramos al mismo salón dos días seguidos y esta vez fuimos por el doble. No van a dejar pasar esta así nomás –dijo Luis Antonio–. En serio, la estamos cagando. Debemos deshacernos de las cosas lo más rápido posible.

– No seas cojudo –respondió con sosiego Álvaro–. Aquí nadie se deshace de nada hasta que lo conversemos todos.

Luis Antonio tampoco se impaciento. Todo un sorbo largo de su lata, mientras miraba, en el resto del grupo, detenidamente a Torricelli.

– ¿Todos? ¿De verdad quieres conversar esto con el pendejo de Torricelli? Es la primera vez que está con nosotros y sólo por Begazo. No confió en esos poseros. Menos en Torricelli. El huevón está condicionado, ya lo amenazaron tres veces este año con la expulsión definitiva. Sería demasiado conveniente para él ser el cabro que nos delate, ¿no crees?

– Entonces, señor Loredo, ¿qué propone? –dijo Álvaro con la mirada perdida en el vacío, desatento, como si no necesitara escuchar la respuesta de Luis Antonio¬–.

– Es simple, señor Aguilar. Solo nos adelantaremos un poco a los hechos. Seremos los primeros en hablar con el coordinador. Luego compararán los testimonios de los otros con los nuestros. Nosotros seremos la base de verdad, solo tenemos que cambiar algunos detalles y deshacernos de las cosas. Así nos protegeremos y protegeremos al grupo, excepto a Torricelli.

– O sea, ¿tu gran plan es cagar a Torri?

– No es nada contra él, es sólo que van a querer a un culpable ¬–dijo Luis Antonio–. Mejor uno que todos. Además Torricelli nunca fue pata, no entiendo por qué dejamos que entre con nosotros.

– O sea –repitió Álvaro, mientras exhalaba el humo de su Camel–, ¿tu gran plan es cagar a Torri?

Hubo una pequeña pausa en la conversación. Luis Antonio miró al resto del grupo, brindando con sus latas y cigarrillos. Le sonrió maquiavélicamente a Torricelli cuando este se detuvo a verlo, mientras alzaba la lata en su mano en ademán de brindis.

– Él se cagó solo al entrar con nosotros.
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‘Casting’ por Iván Pillaca

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-¿Tú has visto cómo se ven las modelos?
-Si
-¿Y qué opinas de eso?
-Que la situación anda cada vez más critica
-¿Y es por qué?
-Cada día salen con menos ropa y mas flaquitas
-No es por eso, algún día cuando crezcas lo entenderás
-Ni que la ropa le creciera con los años
-Me refiero a que si crees que mi hijita podría ser una?
-Si
-En serio me lo dices?
-Claro, siempre falta modelos de antes y después para promocionar productos de belleza
-Y mi hijita ¿sería un después?
.No, un antes
-Mira, no te contesto como se debe nomás porque estoy preocupado de lo que le vayan a decir en su casting
-Ah, pero eso esta fácil
-¿Acaso sabes como le fue, sabes lo que le han dicho?
-Si.
-Pero, muchacho del diablo, qué esperas para contarme
-Le cuento ¿lo bueno o lo malo que le dijeron?
-Dime si la aceptaron, es lo mas importante
-Ah, lo malo.
-Entonces ¿la rechazaron?
-No
-Entonces ¿la aceptaron?
-Bueno, ni tanto que la aceptaron, la eligieron dentro de todas las que fueron al casting
-¿Si? Y, entonces, ¿qué le dijeron?
-Preguntaron quién no había aprendido el guión y ella solita fue la que se levantó.
-Mira, mocoso insolente, esta vez si no te lo…Hija, dime ¿cómo te fue?
-Bien, papito
-Entonces, ¿conseguiste el papel?
-Sí, me traje todos para que nadie más se aprenda el guión.

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S/T por Abelardo Cavero

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_Tengo miedo-dijo el niño. La niña lo miró extrañada y respondió:
_ ¿Por qué?
_ Mañana expondré, todos se van a reír.
_ No se reirán
_ Sí, lo harán siempre lo hacen
_ Pero tu profesora les dirá que no se rían.
_ La profesora no dirá nada. La última vez que hablé delante de todos me equivoqué y todos rieron. Ella no dijo nada.
_ ¿No dijo nada?
_ No, solo se paró y me dijo que me sentara y que me preparara mejor para la próxima vez.
_ Entonces tú no estás preparado por eso tienes miedo.
_ Nooo, la otra vez sí estaba listo solo que tenia miedo.
_ ¿Por qué?
_ Me sentía débil. Y si me paro en frente de todos me sentiré débil de nuevo. Tengo miedo.
_ Y… ¿si consigues algo que te haga fuerte?
_ ¿Algo cómo que?
_ No sé… la pistola de papá.
_ ¿Y si se siguen riendo?
_ Pues les disparas -dijo la niña.
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S/T por Vanessa Castro

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-Te apago la luz.
-¡No!
-¿Y por qué no?
-Porque hay un monstruo debajo de la cama.
-No, anoche revise y no había nada.
-Es que se escondió en el armario para que no lo veas.
-¿Pensé que estaba debajo de la cama y no en el armario?
-Es que volvió a debajo de la cama porque le gusta masticar las patas de madera.
-¿Quieres que revise si esta?
-Yo sé que está.
-¿Quieres que lo espante?
-No. Quiero que papá lo espante.
-Papá esta trabajando en su escritorio y no puede subir pero yo lo puedo espantar si quieres.
-Papá lo tiene que espantar porque es el único al que el monstruo le tiene miedo. Además papi no esta abajo esta en el armario esperando que la gallina morada ponga huevos en mis pantuflas.
-Mi amor, papá esta abajo.
-¡Esta en el armario!
-Ya es hora de irse a dormir, te digo que no hay nadie aquí dentro. ¡Ves! ¿Jaime?
-Gordita hola ¡Shhhh! No espantes a la gallina que creo que esta a punto de poner su primer huevo.
-¿Jaime? ¿Qué haces ahí adentro?
-Un momento deja que salga. Esta bien ahora si, estaba tomando un descanso chiquito. Los registros financieros no son tan entretenidos como la mayoría piensa. Gaby me contó que una gallina morada se había mudado a su armario y quería ver si ponía algunos huevos para hacer un omelet. Estoy que espero y espero pero la gallina parece estar media pasmada. Será el olor de los zapatos de la enana que la marean un poco.
-¿Pero…?
-¡Papi!
-¿Qué le pasa a mi princesa con su boca de fresa?
-¡El monstruo ha regresado! Esta debajo de la cama y casi se ha comido toda una pata de mi cama.
-Oh no, bueno habrá que comprar una nueva cama, pero antes a espantar al ente peludo. Tú ya sabes que hacer princesa, debajo de las sábanas sin sacar la cabeza ¿Dónde está la canasta con ropa sucia? ¿Gorda? Te acabó de preguntar algo.
-¿Qué? Ah, en el baño, pero no entiendo un momento. ¿Para qué? ¿De qué hablas? ¿Por qué estabas en el armario?
-Ya te dije. hay una gallina morada, un momento gordita. que tengo que ir con las medias sucias de la bebe.
-Un momento, Jaime
-No te preocupes mami que papi es un experto.
-Gaby, sal de debajo de las sábanas. ¿A que están jugando ustedes dos?
-Regresé. Tendremos que agregar medias nuevas a la lista de compras.
-¿Qué haces?
-¡Shhhh! ¿Qué parece? Dejo un camino de medias desde la cama hasta la ventana. Baja la voz, no queremos que se de cuenta.
-¿Pero para qué?
-¡Shhhh! Baja la voz. Para botar al monstruo claro. Voy a abrir, ¡aja! Aquí esta el problema, alguien ha dejado la ventana abierta.
-¿Qué? ¿Y? No entiendo ¿Qué?
-No pues gorda, así es como se meten estas cosas. Si la gallina entró solita por la ventanilla del baño, ¿cómo vas a dejar una ventana grande abierta? Ya, bueno, no importa, guerra avisada no mata gente. Ahora apagamos las luces y…
-Jaime detén esto. ¡Ahhhhh. Algo me acaba de rozar la pierna!
-Mnnn, mnn, mnnn, grawls.
-¡Jaime que es ese ruido!
-Cállate gorda que lo vas a asustar.
-¡Rgrawlls! ¡Gaaaaaaaaaaahhhhhh!
[SPLAT]
-¿Qué mierda fue eso?
-Nada. Carmen por favor no digas lisuras, Gaby esta ahí no más.
-¿Ya se fue papi?
-Si, enana. Puedo ver desde la ventana que ya no se mueve. Ahora sí a dormir.
-¿Jaime?, creo que algo ha caído algo sobre el auto. Jaime, mira hay un… un oso o un perro sobre el Nissan.
-No te preocupes, gorda; apenas ha rayado el carro. Ahorita bajo y lo entierro en el jardín. Buenas noches, princesa.
-Buenas noches, papi. Buenas noches, mami.
-No entiendo, ¿qué es eso encima de mi carro, Jaime?
-Gorda vamos que la bebe ya se esta quedando dormida. Hey, mira. Ya puso huevos la gallina, el ruido del monstruo cayendo la debió ayudar. Supuestamente, solo ponen huevos cuando están tensas; por eso cuando espero a que pongan huevos las gallinas moradas siempre me siento y ladro. Las paltea a las pobres. Bueno, ya tenemos para el desayuno mañana.
-¿Jaime, de qué hablas?
– Nada vamos. Uy, casi me voy sin cerrar la ventana. Hay que mantenerla cerrada en las noches para que esto no vuelva a pasar. No te preocupes, gordita, no es tu culpa, no sabias. Eso y capas también poner un poco de Ratimin al borde de las paredes. Con eso bastará, creo yo. Es por el calor del verano que entran. También me he dado cuenta de que están entrando los mosquitos. Habrá que comprar también un vape.
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S/T por José Málaga

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– Ya casi. Ahora sólo basta un pequeño esfuerzo y…
– No no no ten cuidado me aprieta mucho.
– Bueno, lo intentare de nuevo; toma un poco de aire y cuando te diga lo botas ¿ok?
– Está bien pero hazlo con cuidado (toma aire).
– ¿Así está bien?
– Sí sí, sigue sigue.
– Tan solo un poco más y…Ahora sopla.
– Ufff(sopla).
– Ya está ¿cómo te sientes?
– Apretada.
– Descuida, así es el modelo del vestido, pero te queda muy bien.
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S/T por Camilo Clavijo

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– Ayer tuve un sueño rarísimo.
– Siempre tienes sueños así, no me extraña.
– Esta vez fue muy real, pero, a la vez, extraño.
– Cuéntame, aún nos queda tiempo y ya pagaste.
– Lo sé, es por eso que trato de apurarme en lo demás.
– Y eso que no te demoras mucho, en fin, cuéntame.
– Soñé que estábamos sentados, frente a frente, y que…
– ¿Como ahora?, está bien, no interrumpo.
– Nos quedábamos en silencio y mirándonos fijamente y…
– El silencio bienvenido nunca es incómodo, ¡ya! No me mires así.
– De pronto, sonaba tu celular y era un paciente insatisfecho y demente pidiendo una cita urgente contigo y tú le decías que no podías, aunque en el fondo no querías verlo porque temías que te hiciera algo.
– Gonzalito seguro, es tan joven y ya viene recurre a nosotras. Y, sí, nunca se va satisfecho y no es mi culpa, es él que no sabe bien quién es o qué quiere.
-Sí, ese era el nombre, y me decías lo que acabas de decir.
– ¿Ahora eres adivino? Pero, es solo una bromita ¡Qué mal humor el tuyo!
– Por eso te digo que es muy extraño y escúchame que para eso te pago, no para que abras la boca, salvo ciertas excepciones. Apagabas tu celular y volvíamos a mirarnos en silencio, eran unas miradas decepcionadas e inexpresivas, como si supiéramos que todo está perdido, que todo está por acabarse y no hay nada que se pueda hacer. De pronto, la puerta se abría con fuerza y entraba ese joven insatisfecho que te llamaba y…
– Gonzalito, ¡qué haces aquí!
– Y tu empezabas a gritar, desesperada, porque sabías lo que iba a suceder y de pronto tu mirada se aferraba a la mía y yo te sonreía y…
– ¡No! Gonzalito, escúchame, ¡no hagas esto!
– Bajábamos la mirada (se escuchan dos disparos) y una luz blanca muy intensa acaparaba todo, nos envolvía, cálidamente, y el silencio era impuesto, pero agradable, y te callabas por fin.

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S/T por Diego Alva

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– Veo que me cambiaron por ti, ahora yo ya no le intereso mucho, incluso está escribiendo un cuento sin mi ayuda, algo parecido a Star Wars, pero no lo logrará sin mí.
– Para que veas pues. Las personas deciden por un rumbo que nunca han probado, y por ese rumbo estoy yo. Ahora yo soy partícipe de su atención.
– Pero conmigo aprendió a dibujar bien, conmigo sus palabras eran dibujos sacados de obras de arte, pero contigo…
– ¿Conmigo qué?
– Contigo su vida cambió para mal, todo le sale horroroso, de las muestras de arte que antes ella dibujaba ahora solo son espantosos caracteres, fregaste su vida.
– Pues ella ya tomó una decisión y ahora me eligió a mí, con el tiempo ella sacará lo más bello que llevo dentro aunque ahora no parezca.
– Se aburrirá de ti, ya lo verás. Probablemente haga el esfuerzo por soportarte pero se cansará y volverá conmigo. He andado con ella toda su vida y tú solo eras un adorno para que no se viera desigual.
– Quizás en su momento, pero a ella ya la domina otro impulso, otra fuerza.
– ¿Otra fuerza?
– Sí, otra fuerza. La domina el otro lado, el lado oscuro de la fuerza.- dijo la mano izquierda.
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S/T por Sergio Anchiraico

[Visto: 898 veces]

-Joaquín, se acerca el camión. Saca la basura de la cocina.
-¿Y por qué no la sacas tú?
-Porque estoy ocupada llevando esta caja de vajillas, si dejaras de ver la televisión te darías cuenta. Además, te lo estoy ordenando a ti.
-No molestes…
-¡Oye, respeta a tu madre!
-Está bien, querida madre; te respeto.
-¿Y qué esperas para sacar la basura?
-Dije que te respetaba, no que la sacaría.
-¿Me estás tomando el pelo?
-No, estoy viendo tele y esperando que mi querida madre pida amablemente las cosas.
-No tengo tiempo para tonterías Joaquín, esto pesa ¿sabes? ¡Así que saca la basura!
-Saca la basura… ¿qué?
– ¡Ay! Mierda… – gritó la madre al caérsele la caja y escuchar quebrarse toda la vajilla.
-¿La del baño también quieres que la saque?

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