No subió la apuesta. No entiendo. Inició elevando la apuesta casi cinco veces la ciega, después de un aumento en el segundo turno y luego de que cinco paguemos para jugar la mano. Quería llevarse el pozo sin jugar y casi lo logra. El flop es alto. Con una K en mano ya tengo el trío. Pero elevó demasiado y antes de empezar, como si su mano ya estuviera resuelta. Quizá ya tenía un par en mano. Uno no muy alto. Los Ases. Por qué no sigues apostando. No. Sólo elevó con números altos esperando el flop. Está esperando. Maldito cabrón deja de mirarme. De todos modos la J y la K de diamantes abren la posibilidad de color. Mierda mi whisky está caliente –check. Obviamente coges tus fichas. Si no aumentas y yo vuelvo a pasar echas a perder tu posible gran mano. Proyecto a color de seguro –raise. El turn no cambia nada. El proyecto a escalera quizá siga en pie para él. No tiene nada aún. Si consigue el color o la escalera mi trío se jode. Diamante. Diamante. Va pagar. El river me ama –check. Aumenta. Aumenta. Aumenta. Ese 10 de diamantes es su color o su escalera, que chucha. Ese 10 es mi full house –All in. Sólo paga. Si ya llegaste hasta acá. Paga gringo. Nunca me complació tanto escuchar call. Así es caballeros, full… ¡qué! ¡Cabrón de mierda! ¡¿Cómo puede tener la Q y el 9 de diamantes…?! Sigue leyendo
Archivo del Autor: Alexis Vladimir Iparraguirre Castro
S/T por Vanessa Castro
Corre. Corre. ¿Dónde están los demás? No te detengas ¿Los habrán alcanzado? Corre. No bajes la velocidad ¿Si los chaparon? ¿Vuelvo? No seas y sigue corriendo. Los chaparon. ¿Qué hago? Corre. Vuelve. Corre. Vuelve. ¿Vuelvo? ¿Y el dinero? Vuelvo
-Bsum.
¡Corre! ¿Qué mierda fue eso? ¿Balas? Mierda. Mierda. Mierda. ¿Dónde voy? ¿Dónde estoy? Izquierda. Derecha. ¿Izquierda? ¿Derecha?
-Bsum. Bsum. Bsum.
Derecha. Corre. Te detienes y te atrapan. Te atrapan y te jodiste. Bajas la velocidad y te da una bala. Corre. Corre. Casa verde. La casa de Karina. La casa de Karina es la verde. Dos cuadran más y llegas a la Av. San Luís. ¿Izquierda? Izquierda. De ahí al parque de Miguel. Al parque de Miguel. Al pampón vacío. Llegar al pampón vacío. ¿Siguen detrás de ti? No revises. No te detengas. ¿Y los demás? Jaime tenía la plata. Si no lo cogieron se fue con ella. Al pampón. ¿Dónde está San Luís? Mierda. ¿Me perdí? Me perdí. No de frente nomás. ¿Qué fue eso? ¿Son sirenas? No voltees. No voltees.
-Bsum.
¿Por qué mierda volteas? Corre nomás. El parque. Ahí esta el parque. Llegaste. El pampón. A saltar el muro. ¿Que mierda? ¿Esta inundado el parque? Esta morado el piso. Rojo. Sangre. En tu zapato. En mi zapato. Me chapó una bala. Mierda. Corre. Falta poco. Sube el muro. Mierda. Me cagaron la pierna. ¿Cómo me trepo el muro? Trepa. No te queda otro. Manos. Brazos. Jalar. Pierna. Cuerpo. Sobre el muro. Llegue. ¡Llegue! Mierda mi pierna. Rojo. ¿Qué fue eso? Algo se movió. Corre. No puedes. Dolor. Puñal. Bolsillo izquierdo. Ya la cagaste.
-¿Pancho?
-¿Jaime?
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‘A todo pulmón’ por Camilo Clavijo
Susan ¡piensa!, ¡piensa! Demuéstrate, a ti y a todos esos cholos ignorantes, de lo que eres capaz, eres ingeniosa, inteligente y muy despierta, porque decir pendeja no va contigo, ¡vamos! algo tiene que salir. Esto me pasa por traer una muestra de primer mundo a este país atrasado y sucio, por gusto la traje, ni van a verla, y de ahí se quejan esos cholos ignorantes, ¡malagradecidos! bueno, puse la muestra en Camacho para que la gente de mi nivel vaya, pero ¡la muestra no se llena! y los cholos esos de Ate ni se interesan por educarse aunque sea un poquitín, por esos están así esos. ¡Piensa, piensa! un cigarro ayudará. Ya ni siquiera tengo dinero para poner publicidad y no voy a agarrar nada de mis ahorros para mi viajecito a Europa, ¡ni loca! ¿cómo hago, cómo? voy a decepcionar a los gringos y no me van a querer renovarme la visa. Y ¿si bajo las entradas? no, no quiero perder. Ya no quiero otro cigarro, mis pulmones están muy maltrechos y así no podré disfrutar el viajecito que me espera. ¡Hay, que estrés! y en un ratito va a llegar Juan Antonio y me va a volver loca con ese claxon que no deja de sonar, ¡carajo! ni que me demorara mucho arreglándome, que más quiere que me pongo bonita para él. Y ¿si voy a los colegios a obligar a los maestros a que lleven a sus estudiantes? no, Susan, tu no estás para esas cosas y además queda poco tiempo. Tiene que ser algo que llame la atención de todos y los medios me tienen que ayudar. Y si digo que se robaron una parte de la muestra y que la necesito urgente y que voy a ofrecer una recompensa y me pongo a llorar y me muestro muy disgustada y voy a la policía y me entrevistan los medios y así la gente vendrá y venderé entradas y los gringos sonsos me amarán, hay pero no les mencionaré ni una palabra de esto a esos gringos que se creen muy honestos. ¡Eres una genio Susan! ¡lo tengo! voy a hacer como si se hubieran robado un órgano, a ver cual, cual, ¡un pulmón! hay te amo Susan, eres una diosa, siempre lo supe. Si, diré eso. Se robaron un pulmón de la muestra y denunciaré el hecho y los agarraré de cholitos a todos jajaja, hay no te rías así, si, y le echaré la culpa a los colegiales y diré que espero que haya sido una palomillada y diré que estoy muy decepcionada del Perú y, en especial, de su gente y de esos cholos que manchan el nombre del Perú y son ignorantes y no compran mis entradas y ahora si venderé todo y ganaré y, no, no, no digas pendeja, hay, pero lo soy. Sigue leyendo
‘Papá’ por Jackeline Velarde
No, Dios mío, ¿sangre?, carajo viejo, no, tengo que hacer algo ¿quién fue el conchasumadre?, calma, sangre, cuerpo, putamadre, viejo, ¿lo levanto?, no, no, tranquilo, no respira, viejo, no, ¿mi mamá?, putamadre, ¿por qué?, levántate viejo, la alfombra, la sangre, miedo, miedo, pena, ¿qué hago?, las llaves del carro, el teléfono, suena, suena, sueña, anoche soñé con él, sí, en el club estábamos, en la piscina, habían de esos pajaritos de colores que dicen cu cu lí y jugábamos fútbol y luego a la piscina, en esos tiempos… su cara, no se mueve, tiene que decirme algo, no, no, no, mejor no, sí, viejito, por favor, ventana, puerta, no me voy, teléfono 246, no, no, 26471, no, mejor corto, carajo, ¡papá!… las chelitas de los domingos con mi viejo, ¿qué voy a hacer?, las lágrimas, la camisa, la camisa de mi viejo, ya no lloro, ya no lloro, la ambulancia, no, se ha muerto, carajo, se ha muerto, cuando cumplí trece, mi viejo y su carro azul, putamadre, pesa, al patio, afuera, afuera, nadie va a ver, nadie va a ver, no, ya no lloro, ya no lloro, ¿por qué?, ahora, mi mamá, carajo, Cecilia, se van a poner mal, ¿quién fue el hijo de puta?, mis manos, no, no, mis manos, carajo, el cuchillo, viejito, yo no lo hice, yo no lo hice… Sigue leyendo
‘El descubrimiento de América’ por Alfredo Bryce
[…]
Lloraba sentada mirándose el sexo, y cubriéndose los senos pudorosamente con los brazos. Pensaba en las monjas de su colegio, en sus padres, en la bodega y en sus hermanos. Pen¬saba en sus amigas, y se miraba el sexo, y sentía que aquel ardor volvía. Hubiera querido amar mucho a Manolo, que parecía un muerto, a su lado, y que sólo deseaba que las lágrimas de América fueran gotas de agua de la piscina. Trataba de no pensar porque estaba muy cansado… Cuántos días. Soportar sin ver a Marta. Contarle. Todo. Hasta la sangre. Contar que estoy tan triste. Tan triste. ¿Qué después? ¿Qué ahora? Marta va a hablar cosas bien dichas. Si fuera hombre le pego. Mejor se riera de mí para terminar todo. Ahí. Aquí. Anda, lávate. ¡Cállate, mierda! No gimas. Te he querido tanto y ahora estoy tan triste y tú podrás decir que fue haciendo gimnasia y ya no volveré porque te hubiera querido. Antes antes antes. Mandar una carta. Explicarte todo. Desaparecer. Matarme en una carrera con mi auto nuevo. Simplemente desaparecer. Marta te cuenta todo. Cobarde. Decirte la verdad. Sobre todo irme. Si supieras lo triste perdonarías pero nunca sabrás y esto también pasará. Sí. No. Ándate. Ándate un rato. Vete. Cuando me ponga la corbata todo será distinto. Te llevaré a tu casa. No te veré más. Tal vez te des cuenta en la puerta de tu casa, y mañana irás a comprar ropa de verano y no veré tu ropa nueva más apretada. Culpa. Cansancio. Se está vistiendo en ese cuarto de la casa. Soy amigo del jardinero ni mis padres están en Europa. Tal vez te escribiré, América. Con mi corbata. Mi padre no está en Europa. Mentiras. Culpa. Mi padre. Su corbata allá en el cuarto de Miguel. Te llevaré a tu casa, América. Tu casa de tus boleros donde también he matado he muerto. Mi corbata tan lejos. Morirme. Ser. To be. Dormir años. Marta. La corbata allá allá allá allá.
América se estaba cambiando.
Alfredo Bryce (Lima, 1939) fue por muchos años el escritor peruano más popular y es autor de uno de los libros de cuentos y escenas mejor logrado en la literatura peruana, Huerto Cerrado. De él extraemos “El descubrimiento de América”, cuyos monólogos interiores han motivado que nuestros talleristas se enfrenten al reto del flujo de pensamiento libre para expresar estados de conciencia alterado (en el ejercicio propuesto, por el alcohol). Aquí los interesantes resultados de esta semana. Sigue leyendo
S/T por Mariela Guerrero
-¿Cómo me veo? – se preguntó Paola mientras caminaba en dirección al espejo de la sala – Debo verme linda para Joaquín. Hoy le daré la gran noticia. Espero que esté preparado, aunque ya sé que igual le tomará por sorpresa, exactamente como a mí. No pensé que pasaría tan pronto. Me muero por ver en su rostro una expresión de felicidad infinita, ahora nuestra vida estará completa.
– Amm…sí. Te ves linda. Como siempre. Ahora debes preparar todo y tener lista la cena. Joaquín ya no tarda en llegar. ¡Uy! Los aretes. Los dejaste en tu mesita de noche. ¡Apúrate, Paola, apúrate! – se dijo para sí misma mientras corría escaleras arriba.
El timbre sonó por tercera vez.
– ¡Ya voy! – gritó desde arriba sabiendo que nadie la escucharía -Listo. Llegó la hora – pensó mientras se terminaba de arreglar y abría la puerta.
-Hola Paola – dijo Joaquín con una expresión no tan entusiasta.
– Hola mi amor. No sabes cómo contaba los minutos que faltaban para que llegaras. Te tengo una súper noticia. Pasa, pasa. ¿Tienes hambre? Preparé los ravioles que tanto te gustan.
-La verdad no, no tengo hambre. Dime lo que me tengas que decir, no dispongo de mucho tiempo. Tengo un asunto pendiente y debo resolverlo rápidamente.
– Pero amoooor, es sábado por la noche y mañana tienes el día libre. ¿No puedes hacerlo mañana? Los dos sábados pasados fueron iguales. Me dejaste sola por tu trabajo. No debes dejar que te absorba tanto ni que…
-¡Paola! ¡No entiendes! Por favor, si quiero prosperar en mi trabajo debo dar el 100% de mí. Bien sabes que los dos sábados anteriores he tenido reuniones inesperadas a las que no he podido faltar. Si me has hecho venir para eso, mejor me voy.
-No, Joa, no es eso. Es algo importante sobre los dos. Es realmente importante. ¿No puedes cancelar tu reunión de esta noche? – pidió Paola mientras perdía poco a poco la paciencia.
-¡NO! – dijo Joaquín con cierta exaltación.
-¿Lo estás diciendo en serio? – dijo la mujer mientras tomaba asiento en una silla de madera, tratando de mantener la calma.
– ¡SI!
-No puedo creerlo. Eres increíble
-¡ME LARGO! ME TIENES HARTO DE TANTO…
-¡ESTOY EMBARAZADA! – gritó Paola desesperadamente mientras dejaba caer las primeras lágrimas.
-¿Qué? No puede ser. Lo siento, Paola, pero no puedo hacerme cargo de un bebé ahora. Esto ha sido un descuido tuyo y…
-¿MÍO? Es el fruto de nuestro amor. No es posible que estés diciendo esto. Tú estabas de acuerdo con que formáramos una familia.
-No, sólo fue un comentario y no significaba que lo quería ahora.
-¿Qué me estas tratando de decir? ¿Acaso no me amas? Yo sé que podremos enfrentarlo juntos.
-No, Paola, debo irme. Hablamos otro día, yo te llamo.
– ¡No! Eres un maldito. ¿Por qué me haces esto? Yo te amo. Eres el amor de mi vida. ¿Qué es lo que pasa? ¿Tienes otra mujer verdad?
– Sí. Sí. Sí ¿feliz? Ya déjame en paz.
– ¿Por ella me has dejado de lado todos estos días, verdad? Como puedes rechazar a este bebé. Puedes tener una hermosa familia al lado de nosotros. No nos abandones. Piensa bien. – dijo Paola mientras se acariciaba suavemente el vientre.
-¿Tú crees que no lo he pensado bien? No seas tonta. He encontrado una mujer mucho mejor que tú. Una mujer de verdad, que me puede ayudar a prosperar en el trabajo y en la vida. He estado perdiendo mi tiempo contigo, aunque no me puedo quejar, eres una buena forma de diversión. ¡Jajá! Adiós Paola. No me busques nunca más.
Inmediatamente, Joaquín abandonó el departamento dejando a Paola en medio del llanto. Estando sola, Paola se levantó de la silla y se dirigió hacia el espejo.
-Ay Joaquincito. Yo tampoco me puedo quejar. Eras buenísimo en la cama. Lástima que no caíste en mi trampa. ¿Y ahora, que haré? – se preguntó Paola mientras se secaba las falsas lágrimas y se arreglaba el cabello.
-Fácil. Debo hablar con Gerardo, él seguro que caerá. ¿Cómo podría rechazar a su bebé? – Se dijo la mujer mientras una leve sonrisa se esbozaba en su rostro- Claro pues. Imposible. Él nunca, él es el amor de mi vida. Y claro, si no lo es, seguramente lo será Pablito. Jajá.
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S/T por Giorgio Garibotto
-¿Aló?
– Mamá, ¿eres tú?
– Gustavo –su voz apenas cambió el tono-
– Hola mamá. Llamaba para saber cómo estaban por allá
– Bueno, pues te imaginarás cómo está tu papá desde que nos dijiste que
– MAMÁ, ya, entiendo. Me refería a si está bien de salud
– Gustavo, no me vuelvas a interrumpir de esa manera. Yo no te he criado así de malcriado –él alejó el auricular del teléfono de su oreja- Tu padre está bien de salud, después de todo toma como seis o siete pastillas de esas vitaminas raras cada mañana
– Qué bueno. ¿Y cómo le va en el trabajo?
– Gustavo, él es un hombre de más de sesenta años que trabaja independientemente, ¿pues cómo crees que está?
Gustavo notó el tono de reproche de su madre. Esto lo fastidió.
– Mamá, quisiera que salgamos a cenar los cuatro juntos. Solos tú, papá, Lisa y yo
– Lisa está en semana de exámenes en la universidad, tu padre se parte el alma trabajando y yo tengo que apoyar a esta familia, ¿sabes?. Gustavo, no sé qué te costaba esperar unos meses más para contarnos acerca de lo tuyo con Andrea. Tu padre está todo amargado y confundido y quién sabe cómo le afecte esto a Lisa, solo espero que salga bien en sus exámenes
– Ma, eso no es algo que haya podido esperar más. No tienen por qué preocuparse por nosotros, estamos a gusto el uno con el otro y no planeo forzarlos a aceptar nuestra relación
Hubo una pausa de casi cinco segundos en ambos lados de la línea. Él oyó un suspiro al otro lado de la línea.
– Gustavo, tengo que preparar la cena. Mañana tu papá trabajará todo el día y Lisa se quedará a estudiar en la universidad hasta tarde. Haré milanesa de pollo.
– Gracias, mami.
– Hijo, entiende que me duele el hecho de que no tendré nietos por tu parte, y que todo esto ha sido tan inesperado que la estabilidad de la familia pende de un hilo. Gustavo, sé que entiendes cómo
– Mamá –interrumpió- estate tranquila, yo soy feliz y mi felicidad les hace feliz, ¿no?
– Bueno, Gustavo, para unos padres la felicidad es cuando sus hijos se casan, trabajan y son felices, pero tú no…
. Mamá, mañana acompaña la milanesa con papas fritas, por favor.
Otros segundos más de silencio
– Gustavo, ten cuidado con Andrea, no sé de qué sea capaz un hombre como él
– Tranquila mamá, nos queremos y respetamos, eso es suficiente para cualquiera. Compraré una gaseosa para el almuerzo y la pondré en la nevera. Estaré ahí al mediodía
– Está bien hijo, descansa
– Chau mamá. Un beso para tí, para mi papá y para Lisa. Te quiero
-Y yo a ti hijo
Ambos colgaron con una sonrisa.
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S/T por Jorge Cerna
Sentados en una banca cerca de la cancha de fútbol que estaba detrás del coliseo, lugar de mayor recreación dentro de las instalaciones del colegio, Álvaro Aguilar y Luis Antonio Loredo conversaban apartados del resto del grupo; cerveza en mano y cigarrillo en la boca, respectivamente.
– Creo que esta vez nos equivocamos. Perdimos sutileza.
– No exageres Luisan, como siempre nadie se va enterar –contestó Álvaro–. Nadie va a acusarnos, te preocupas por la huevas.
– Entramos al mismo salón dos días seguidos y esta vez fuimos por el doble. No van a dejar pasar esta así nomás –dijo Luis Antonio–. En serio, la estamos cagando. Debemos deshacernos de las cosas lo más rápido posible.
– No seas cojudo –respondió con sosiego Álvaro–. Aquí nadie se deshace de nada hasta que lo conversemos todos.
Luis Antonio tampoco se impaciento. Todo un sorbo largo de su lata, mientras miraba, en el resto del grupo, detenidamente a Torricelli.
– ¿Todos? ¿De verdad quieres conversar esto con el pendejo de Torricelli? Es la primera vez que está con nosotros y sólo por Begazo. No confió en esos poseros. Menos en Torricelli. El huevón está condicionado, ya lo amenazaron tres veces este año con la expulsión definitiva. Sería demasiado conveniente para él ser el cabro que nos delate, ¿no crees?
– Entonces, señor Loredo, ¿qué propone? –dijo Álvaro con la mirada perdida en el vacío, desatento, como si no necesitara escuchar la respuesta de Luis Antonio¬–.
– Es simple, señor Aguilar. Solo nos adelantaremos un poco a los hechos. Seremos los primeros en hablar con el coordinador. Luego compararán los testimonios de los otros con los nuestros. Nosotros seremos la base de verdad, solo tenemos que cambiar algunos detalles y deshacernos de las cosas. Así nos protegeremos y protegeremos al grupo, excepto a Torricelli.
– O sea, ¿tu gran plan es cagar a Torri?
– No es nada contra él, es sólo que van a querer a un culpable ¬–dijo Luis Antonio–. Mejor uno que todos. Además Torricelli nunca fue pata, no entiendo por qué dejamos que entre con nosotros.
– O sea –repitió Álvaro, mientras exhalaba el humo de su Camel–, ¿tu gran plan es cagar a Torri?
Hubo una pequeña pausa en la conversación. Luis Antonio miró al resto del grupo, brindando con sus latas y cigarrillos. Le sonrió maquiavélicamente a Torricelli cuando este se detuvo a verlo, mientras alzaba la lata en su mano en ademán de brindis.
– Él se cagó solo al entrar con nosotros.
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‘Casting’ por Iván Pillaca
-¿Tú has visto cómo se ven las modelos?
-Si
-¿Y qué opinas de eso?
-Que la situación anda cada vez más critica
-¿Y es por qué?
-Cada día salen con menos ropa y mas flaquitas
-No es por eso, algún día cuando crezcas lo entenderás
-Ni que la ropa le creciera con los años
-Me refiero a que si crees que mi hijita podría ser una?
-Si
-En serio me lo dices?
-Claro, siempre falta modelos de antes y después para promocionar productos de belleza
-Y mi hijita ¿sería un después?
.No, un antes
-Mira, no te contesto como se debe nomás porque estoy preocupado de lo que le vayan a decir en su casting
-Ah, pero eso esta fácil
-¿Acaso sabes como le fue, sabes lo que le han dicho?
-Si.
-Pero, muchacho del diablo, qué esperas para contarme
-Le cuento ¿lo bueno o lo malo que le dijeron?
-Dime si la aceptaron, es lo mas importante
-Ah, lo malo.
-Entonces ¿la rechazaron?
-No
-Entonces ¿la aceptaron?
-Bueno, ni tanto que la aceptaron, la eligieron dentro de todas las que fueron al casting
-¿Si? Y, entonces, ¿qué le dijeron?
-Preguntaron quién no había aprendido el guión y ella solita fue la que se levantó.
-Mira, mocoso insolente, esta vez si no te lo…Hija, dime ¿cómo te fue?
-Bien, papito
-Entonces, ¿conseguiste el papel?
-Sí, me traje todos para que nadie más se aprenda el guión.
S/T por Abelardo Cavero
_Tengo miedo-dijo el niño. La niña lo miró extrañada y respondió:
_ ¿Por qué?
_ Mañana expondré, todos se van a reír.
_ No se reirán
_ Sí, lo harán siempre lo hacen
_ Pero tu profesora les dirá que no se rían.
_ La profesora no dirá nada. La última vez que hablé delante de todos me equivoqué y todos rieron. Ella no dijo nada.
_ ¿No dijo nada?
_ No, solo se paró y me dijo que me sentara y que me preparara mejor para la próxima vez.
_ Entonces tú no estás preparado por eso tienes miedo.
_ Nooo, la otra vez sí estaba listo solo que tenia miedo.
_ ¿Por qué?
_ Me sentía débil. Y si me paro en frente de todos me sentiré débil de nuevo. Tengo miedo.
_ Y… ¿si consigues algo que te haga fuerte?
_ ¿Algo cómo que?
_ No sé… la pistola de papá.
_ ¿Y si se siguen riendo?
_ Pues les disparas -dijo la niña.
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