‘Oseas’ por Morgana Salvador

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Se burlaba. Todos. El lento memo de Fabio o Fardo sentía compasión. Me mira y quiere callarlos pero que hablen, que lo hagan los malditos. Sí pues, mis muy queridos amigos. Lo de loco es que me río con ellos. Estee…estamos construyendo una recepción en la entrada, saben, para darle nivel al asunto. Ahora sí que se cagan de la risa. Claro que no importa, sí que tiene sus ventajas. Estoy seguro que no te diviertes con ella ¿no Sebas? sí pues, se te puso gélida. Y tú Rodrigo, como si no supieran todos los cuernos que tienes. Me he fastidiado, me estoy fastidiando pero les digo todo para que esto sea más divertido. Mi reputación era intachable, ya que va, no importa este es un buen momento. Sí que buen momento. Lo era, ¿Cómo, me preguntas si yo gano algo? No, no, no no, pues no, crees…no, tú no comerías con un dinero así, no lo harías. Yo soy un tipo decente. Estas bromas a costa de mi desgracia son casi buenas, pero basta flaco, ya no insistas. Mi paciencia se agota. Pero ya me has detestado, así que lo que digas sé porqué lo haces, quieres mi puesto en la firma y te lo vendo, no, te lo regalo. Sigues flaco, no, no presento tarjetas dobles de mi esposa y de mí. Tengo que explicarle, explicarles. Quieres saber si yo estaba enterado: Sí, lo sabía. Ahora se quedan callados, no, su moral indecorosa los obliga a callarse. No me pares porque esto es divertido, mejor cállate Fabio, no necesito tu lástima El punto es qué cosa evitar, todo lo controlo. Crees que te va a impresionar pero estamos hablando de un personaje que te lleva a un lado que te lleva crees a otro ¿y luego te abandona? No, ella regresa, y se esconde en mi cama pero no me dice nada. Yo trabajé en el “Siglo XVII” como práctica en el estudio de abogados, sabrás, imbécil. Anótalo. Yo sé cómo trabaja tu mente, cómo comes, como vives ¿sabes, no? Sé que piensa, como me mira ella sorprendida cada noche de que no la eche de la casa a patadas, como se suele tratar a los infieles. Pero ése no es tu caso, no me traicionas, tu corazón sufre por lo que me haces. Yo te espero, estoy esperando, para siempre. No me importa. No te necesito. Tú necesitas a un hombre que te guíe. Estoy esperando. Partamos lejos, eres especial cariño. Tu mujer es una prostituta me dicen, me repiten y no lo creen. Sí, lo es ¿y qué?

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