Luces. Luces. Es una perra. Perra. Perra. Perra. Perra. Zorrísima. Era mi amiga, A-MI-GA y él… perra, perra. ¿Por qué todo me da vueltas? ¿Y él quién carajo es? No importa, él está bueno. Pectorales, ron. No, ahí nomás. Tan fácil no soy. No soy perra como esa. Perra, perra, perra, perra AAAAAH, perra. Me voy a vengar, voy a… vodka… bueno, dale. Me tocan, saca tu mano. Ok, sólo una vez. Vez vez vez vez vez vez vez. Wuuuuuuu. No no, no soy tan zorrísima como ella. Venganza pero antes una chelita más. ¿A quien le puede hacer mal una chelita? Igual yo no me le voy a estar regalando a los chicos, no a más de tres, más de tres chicos no. Si si mamá, ya van dos pero no jodas, estaban bueno y el segundo no vale porque sólo me tocó. Ay que rico ahogar las penas, aunque no no no no, no mientras esa está ahí, gozándolo. ¿Qué quieres? ¿Crees que puedes mirarme así? Vas a ver. No, no, no puedo. Se me viene, se me viene. Vomito… vomito sobre Versace, toma tu merecido. ¿Bouncers? No, ¿qué es eso? No pueden botarme de mi primera fiesta de finales, no estoy mal, lo juro, lo juro.
S/T por Martín Palomino
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Me parecio muy creativo tu cuento, pero el final como que fue algo rápido. Cayó de golpe. Deberías alargarlo un poquito más.