‘La Girya’ por Diego Cebreros

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La Girya (Mens virosus) es el único miembro de la familia Mensidae. Es un animal con características antropomórficas que vive, durante el invierno, en la provincia de Volgograd, a orillas del río Volga. El resto del año se desplaza hacia el mar Caspio, de tal forma que interfiere con el ciclo migratorio de los Esturiones (Pseudoscarphirhunchus), aunque también se alimenta de Farras (Coregonus lavaretus) y Bremas (Abramis brama) de la zona.
En apariencia, se asemeja a un enorme rostro arrugado y malhumorado, que es lo que constituye el 33.3% del cuerpo esférico. Tiene entre 4 y 5m de diámetro, pero pesa 250 kg por centímetro cúbico, con lo cual se pensaba que desafiaba las leyes de la física clásica al ser demasiado pesada para desplazarse o siquiera existir. Esta duda fue parcialmente despejada en 1931, al descubrirse que la Girya podía modificar a voluntad su masa por medio de cargas eléctricas (ver más adelante).
Su piel es gruesa y arrugada, de color negro verdoso o gris claro, similar a la de los rinocerontes, pero es capaz de contraerse o extenderse con una carga electroestática. De este modo, la Girya puede cambiar a voluntad tanto su volumen como su estructura física, de tal forma que es capaz de crear arpones y armas cortantes a partir de la piel que usa para cazar. Esta cualidad, asimismo, le permite desplazarse por tierra, al arrastrarse como una serpiente contrayendo los músculos de la parte inferior; y también nadar al expandir su cuerpo y aplanarse. Así, puede desplazarse r de forma muy parecida a la de una manta raya. Estudios realizados en 2004 revelaron que la composición química de la Girya no contiene agua, como en el resto de seres vivos, sino que presenta grandes cantidades de Deuterio, por lo que la Girya se compone principalmente de agua pesada.
Su relación con las personas ha sido muy problemática a lo largo del tiempo. Al tener características antropomórficas en el rostro, puede expresar sentimientos que, en apariencia, se confunden con los humanos. Sin embargo, la Girya no es capaz de razonar o de resolver problemas. Se cree que esta cualidad responde más a un mecanismo de defensa innato que juega con nuestra percepción, pero que no es capaz de ser aplicado en forma de pensamiento, de modo similar a como los loros imitan el habla humana.

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