S/T por Carólina Vásquez

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Nada me gustaba tanto… nada conseguía ponerme de tan buen humor como pasarme la luz roja cada vez que me era posible, como frenar la combi de golpe para recoger pasajeros aunque no estuviera en un paradero, como hacer carreras con las otras combis de la misma línea, como escuchar salsa y cumbia todo el día… ufff… eso si que era vida…
Pero un día… alguien que seguramente gozaba haciendo esas mismas huevadas que yo… esas mismas pendejadas que solo se pueden hacer manejando una combi… de tan pendejo que era el hijo de puta, atropelló a mi hijita Ximena… a mi tesoro… Pero gracias a la Sarita que todo lo puede, a quien le rezé sin parar y le ofrecí un sacrificio, mi niña se recuperó pronto.
Yo le prometí a la sarita milagrosa, que si salvaba a mi Ximenita, me volvería un “buen” chofer… y bueno… digo “buen” por que cada vez que corría o no quería parar donde los pasajeros me decían para poder bajar… se ponían salsa pe… se me ponían saltones… y me gritaban malcriado, salvaje, bruto… y nunca faltaba el: “¡Chofer de combi tenías que ser pues!”… Porque en el Perú no hay ningún BUEN chofer decían… Sin embargo, para mí… después de una larga reflexión mientras leía “El Men”, lectura diaria básica, dicho sea de paso… ser un “buen” chofer no es más que ser un maricón…un crema volteada… un recontra brito.
Y bueno pues… ya que la Sarita me concedió mi deseo, ya no había de otra… Pero en que problemón me había metido…si yo no soy así, y eso ni quien lo niegue… yo soy recontra macho pe. No por nada en la luna de mi combi… esa de atrás… pegué un cartel bien chévere… uno que decía… “El TRAVIESO”. Porque yo siempre fui un travieso… un travieso en todos los sentidos… un vivo pe… recontra vivo… y un mañoso también… y lo digo así, sin roche nomá, pues no me interesa para nada esconderlo…
Bueno pues… por mi Sarita todo… y manteniendo eso en mente, despegué el cartel de mi combi… aunque obvio, dejé ese otro de la U… ¡Puta la U campeón carajo!… Y también dejé ese pegado cerca al asiento reservado… ese que dice… “Aquí todo es chevre…la música, el chofer y el cobrador”. Y quien podría dudarlo… Si nosotros la rompemos pe causa…
Después de haber despegado ese cartel de mi combi… comenzó la pequeña transformación… aunque pronto descubriría que ese supuesto pequeño cambio sería mejor descrito como el GRAN MARTIRIO… y que martirio cuñao… ni cuando pierde la U me cagan así…
Bueno… lo días que siguieron intenté, para comenzar… dejar de lanzar esos piropos wenasos a cada mamita rica que veía cruzar la calle o subir a mi combi… Uno de mis preferidos de Lunes a Sábado era: “Oe mamasota todo es tuyo o te lo has robado”… y los domingos por la mañana… con toda la rescasa y la secona por la pollada de la noche anterior lanzaba de fresa nomá: “Oe mamita quiero hacerte un hijo. A Ver para cuando me anotas en tu agenda.”
Olvidarme de esa costumbre era un paso importante, pues ya no era más “El Travieso”… A Yeferson… el cobrador de mi combi… lo quise arrastrar a mi desgracia para no sentirme solo en esto… Y así, cada vez que piropeaba a alguna germa… yo me arañaba y le decía: “¿Oe que pasa huevón ah? Respeta a la señorita flaco ah… no te pongas faltoso oe… Se consciente pe varón… se consiente.” Pero el animal este… solo se reía de mí y me mandaba a callar… Ta que me daban ganas de bajar a su jato con la batería seria esa del callao y reventarlo carajo… por la sarita que sí… pero inmediatamente recordaba que eso era algo que tampoco podía hacer ahora… todo estaba cagado pe…
Ta que la verdad que estaba bien tranca respetar a las señoritas como yo mismo decía pe… si las germas andan así con sus faldas… Se hace lo que se puede dicen por ahí… y eso fue lo que yo hice… pero uno es varón pe caucha… recontra macho… y hay cosas que no se pueden evitar… sobre todo si ellas lo provocan a uno…
Además, intentaba respetar las señales de tránsito y a la policía claro… así como dicen que a la policía se la respeta pe… eso mismo hacía yo… o intentaba al menos… Pero un día me pasé la luz sin querer… juro que esta vez fue sin querer… y el tombo me pidió 3 lucrecias para almorzar… y bueno… se las di… ¿Pero cómo es que se supone que debo aprender a respetar a los tombos, si ellos no se hacen respetar? Ay que dilema… que dilema por la Sarita…
También intenté manejar lento… parar cuando los pasajeros dicen: “esquina bajo”… esperar a que terminen de bajar para arrancar mi adorada combi de nuevo… pero me fue imposible. Por más que trataba… los demás pasajeros siempre me estaban apurando… porque tenían que llegar a chambear o a estudiar a tiempo decían…
Pues en general… todos me impedían ser quien quería… quien le había prometido a la Sarita que sería… El Perú es un país de mierda pues… aquí nadie respeta nada…y muchos ni siquiera exigen o si quiera aspiran a ser respetados… Teniendo esa idea en la cabeza continué varios días… varios durante los cuales seguí siendo “El Travieso” por las transitadas avenidas de la gris Lima. Pensando así, no me sentía culpable…no sentía que le fallaba a MI santa… a esa que era pobre como yo…
Pero en el fondo sabía que si le estaba fallando… ofreciéndole menos que nada a ella… justamente a ella quien me lo devolvió todo… Que fea sensación cuñao… La verdad era que aunque en realidad el Perú entero estuviera intentando cagarme… tratando de impedirme llegar a mi objetivo… el verdadero problema, el verdadero gran obstáculo era yo… solo yo… Era yo quien no podía cambiar… Era yo quien disfrutaba de ser “El Travieso”… el vivo, el pendejo, el mañoso… yo era feliz así, y de eso nadie tenía la culpa… nadie más que yo. Si realmente hubiera estado dispuesto a cambiar, lo habría hecho… a pesar de todos y cada uno de ellos… a pesar del Perú entero.
Pero no quise…no quise porque en mi combi me sentía el rey… el rey de… de… pues solo de mi combi creo… y de las avenidas… y hasta de Lima… sea como sea… un rey al fin. Y eso solo lo sentía en mi combi… solo manejándola me sentía controlándolo todo… que tanto se demora la gente en llegar a sus destinos… que tanto caso les hago para detener la combi donde deseen bajar… y muchas… muchas otras cosas… y no estaba dispuesto a perder eso… ni por la Sarita… y que me perdone…
Quizás sea justamente por esto que este país está como está… porque todos sienten lo mismo que yo… porque nadie desea renuncia a su diversión… a su satisfacción por lograr algo bueno… algo que beneficie a todos… Quizás sea por esto también que todo el mundo estaba en mi contra… porque estaban… porque están de su lado… solo de su lado… y del de nadie más… igual que hago yo…
Que me perdone la Sarita… Perdóname Sarita… perdóname por favor… pero es que esto es muy fuerte… tan fuerte… creo que siempre he sido así… creo que la vida y nuestro país me enseñaron a ser “El Travieso”… a ser el vivo para poder sobrevivir…y para serte sincero… no me pesa… la verdad es que así soy feliz… Todo este mundo del transporte público limeño es mi habitat natural… ¿entiendes? Es mi habitat al cual ya estoy perfectamente adaptado… de lograr cambiar tal vez no sobreviviría… o al menos… no sería feliz… Y como todos los peruanos y todas las personas del mundo… solo busco ser feliz… Todos buscamos aprovecharnos de los demás… sacarle la vuelta a la autoridad… divertirnos… todos menos tu… por eso eres santa… por eso te rezo… porque tu eres diferente… porque yo jamás podría llegar a ser como tú…

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