[Visto: 844 veces]
-Límpiese, amigo- le indicó el oficial mientras le pasaba un trapo viejo, algo gastado, de colores claros. Él, por su parte, no dejaba de reírse casi histéricamente, pero a los pocos segundos empezó a llorar.
-Usted no entiende, oficial…- empezó a gimotear mientras algo de la saliva se mezclaba con las lágrimas y la sangre que cubrían su rostro. Se limpió como pudo pero igual se veía sucio. -…no podría entender…
-Entonces empiece por el principio, a ver si puedo entender.
Levantó el rostro, bastante lastimoso, y miró al otro hombre a los ojos. Se tranquilizó un poco.
-¿Qué sabe usted de un viejo antro de mala muerte, bastante discreto, llamado Pleasure Hall?- llegó a preguntar, casi susurrando.
-¿Pleasure Hall? Si, lo recuerdo. Es más, fui un par de veces- dijo con bastante normalidad. El hombre, por su parte, se sorprendió bastante.
-Entonces sabe lo que pasó ahí… ¿no es cierto?
-Tengo entendido que cerró, algo relacionado a una masacre. El informe fue bastante pobre e inexacto, ahora el lugar está clausurado.
-¿Pero sabe qué fue lo que pasó…?
El aire se estaba poniendo tenso, el oficial parecía impasible. El hombre, por su parte, parecía que quería volver a llorar.
-Supongo que usted sí lo sabe- le dijo el oficial.
-Así es.
-Muy bien, ilústreme.
-Para comenzar, como sabrá usted, el lugar era bastante clandestino, bastante oculto. Tenía toda clase de perversiones adentro, hasta niñas menores de doce años. Básicamente era un prostíbulo selecto, pero lo que casi nadie sabe es que estaba protegido por el estado, y este era el principal cliente…- empezó a relatar, con cierta malicia incluso. Su rostro ya no daba lástima.
-Pero esto no nos dice mucho sobre porqué fue usted encontrado con un arma en su casa, después de que esta se dispara y, dice, accidentalmente…
-¡Sí fue un accidente!- gritó, de la nada, con todas sus fuerzas, interrumpiendo al oficial.
-…accidentalmente matara a su acompañante…
El hombre volvió a ponerse a llorar, sorbiendo sus mocos con ayuda del trapo viejo. El oficial permanecía impasible.
-Si no le importa, permítame continuar…
-Por favor.
-Bien, como decía, el lugar era un crimen en sí mismo, protegido por el estado para mantener los vicios de sus empleados de mayor rango y estatus social. Casi lo que sea podía ocurrir ahí, era un lugar marcado por el mal…
-¿Marcado por el mal?- interrumpió el oficial.
-Sí, lo que dije, marcado por el mal…- le miró desafiante, enojado.
-¿Y cómo sabe usted tanto de ese lugar…?
-Si me permite continuar, llegaré a eso.
-Hágalo.
-Bien, como decía, el lugar era maligno. Algo había, en el mismo aire, se podía sentir. Al final llegué a conocer a bastantes de las chicas que trabajaron ahí, por diversos motivos, y casi todas me decían que algo había, algo fuera de lo normal. Las otras estaban ya trastornadas, habían perdido la razón…
-¿Chicas como Katie James, por ejemplo? ¿Cuál era su relación con ella…?
-¡Ella era mi hija!
Una mirada incrédula, un corto silencio.
-¿Su hija trabajaba en ese lugar? No me diga que lo sabía.
-Por supuesto que no. Me hizo creer que trabajaba en un restaurante, de mesera. Incluso se había conseguido un uniforme sencillo…
-Entiendo, pero todavía no nos dice nada sobre porqué mató a…
-¡A eso voy!
-Entonces siga.
-Bien, lo que sé es que en algún momento un extraño personaje fue a parar al lugar. Un sujeto siniestro, desconocido. Si ese lugar era maligno de cierta forma, ese sujeto lo era más. Dicen que fue con todas las chicas, imparable, insaciable… con todas y cada una…
-Vaya, que gran sujeto. Yo ya quisiera poder hacer eso.
-¡Por favor…!- un corto silencio y luego continuó –lo importante es que las cosas cambiaron después de eso… las chicas empezaron a cambiar… un niño, que tenía una compañera de colegio en ese lugar, fue literalmente violado por ella… y muchos casos parecidos…
-¿Se refiere al caso de Jimmy Plant? Tenemos su cuerpo ahí atrás, en la mesa de examinación. Una especie de fuego cruzado, una balacera extraña. La noticia de lo que dijo se volvió conocida en el ámbito privado, pero no entró al público. Su muerte, sin embargo, es casi totalmente conocida.
El hombre se puso a llorar.
-Tan sólo tenía trece años…
-Once, en realidad. Estaba a punto de cumplir los doce.
Aumentó su llanto, se cubrió el rostro.
-Pero, sin embargo, la gente encuentra extraño que ese lugar tenía algo maligno, ¿no…?
-Suena inverosímil, si.
-Bueno, la cosa sólo empeora. Mi ex esposa y yo descubrimos que nuestra hija trabajaba ahí… y todos los cambios que le estaban ocurriendo. Unos días aparecía con golpes, otros con la ropa destrozada, pero nunca quería hablar. Solo se escondía y hasta desaparecía, ni siquiera protestaba cuando la castigaba, y hasta se escapaba. Decidimos investigar, y no nos gustó lo que descubrimos…
-¿Todo lo relatado hasta ahora…?
-Exactamente…
-Bonito, pero hasta ahora no ha dicho mas que un antro, que parece la mejor teoría de conspiración extraterrestre, era en efecto un lugar malo.
-Lo peor ya viene.
-Llegue a su punto.
-Un día ese personaje volvió…
-¿El insaciable?
-El mismo. No sé qué pasó ni quiero saberlo, pero lo cierto es que no fue bueno, y que todas las chicas murieron…
-La masacre del Pleasure Hall, como dije en un principio. Fue un caso bastante inusual, nunca llegamos a nada.
-Exacto, nadie nunca llegó a nada. ¿Usted ha ido siquiera a ese lugar?
-No, está clausurado. Las autoridades apropiadas se han encargado.
-¿No ha tenido curiosidad siquiera?
-No.
-Pues mi ex esposa y yo sí tuvimos la suficiente curiosidad. Y antes de que me quiera procesar otro cargo por traspasar propiedad privada, irrupción de zona policial o lo que sea, déjeme terminar.
-Muy bien.
-Como supondrá, irrumpimos en ese lugar. Las mesas largas y metálicas, los tubos, incluso algunas de las cadenas que las chicas llevaban amarradas en el cuello, parecía todo intacto, pero había como un humo, un vapor… ¡una maldita neblina dentro del lugar! Me caí y mi ex esposa se quedó arriba, esperando. Por eso no pudo verlo…
-¿Ver qué?
-Lo que había pasado… no sé… ¡simplemente estaban por todas partes!
-¿Qué cosas?
-¡Los rostros! En el piso, algunas paredes, eran los rostros de las chicas… no sé cómo lo sé… pero lo vi… me estaban hablando, escuchaba sus voces…
-¿Vio rostros y escuchó voces…? Creo que ya es suficiente…
-¡No estoy loco! Le digo lo que hay ahí, si quiere vaya usted mismo a confirmarlo… ¡Pude ver a mi propia hija, maldición! Estaba delante mío, como una bruma, sobrevolando, me hablaba, ¡me seducía, maldita sea! No sé cómo salí de ahí, no sé cómo… Sólo yo la vi, mi ex esposa se quedó afuera…
-Y de todo esto no nos ha dicho nada sobre porqué la mató…
-¡Le dije que fue un accidente, maldita sea! Estábamos preparando lo necesario para destruir ese lugar, no sé, simplemente derribarlo… No me venga con destrucción de la propiedad privada o cómo se llame ese delito, lo que quiero decir es que teníamos todo listo pero… esa pistola… ¡se cayó y se disparó sola, maldición!
-¿Se le cayó el arma y se disparó sola, matando a su ex esposa?
-Si… ¡maldición, maldita sea! Salí corriendo, tenía miedo… simplemente esca…- fue interrumpido por un disparo que impactó el centro de su frente, matándolo instantáneamente. Atrás del oficial otro oficial entró caminando al cuarto de interrogación, cargando una pistola.
-¿Por qué demoraste tanto? ¿No escuchaste todo lo que dijo?
-Por supuesto que si, pero no encontraba el arma.
Un momento de silencio, la mesa se ensangrentaba desde el cuerpo muerto del hombre.
-¿Es la misma de que él usó?
-Claro.
-Entonces ya conoces el procedimiento: homicidio y suicidio pasional.
-Estoy en eso…
Otro momento corto de silencio, el segundo oficial empezó a retirarse.
-Trayendo el tema, ¿has vuelto al Pleasure Hall?
-Si. Está incluso mejor que antes.
-Genial. Pronto lo volverán a abrir.
-¿No crees que algunos se sorprendan de que ahora las chicas no están… vivas?
-Si, pero no importa realmente.
Sigue leyendo →