Archivo por meses: septiembre 2007

Diego Rodríguez

[Visto: 752 veces]

La relación que tengo con la literatura comenzó cuando tenía alrededor de diez años, gracias a mi abuela, quien me hizo ver que leer no era solo parte de los estudios escolares, sino también una manera de aprender y tener algo que decir a los amigos. Con el tiempo fui interesándome más, no tanto por impresionar a los demás con los conocimientos que adquiría, sino por el placer que me otorgaba (y que me otorga actualmente). Fue a los trece cuando participé en mi primer concurso de cuento corto, en los juegos florales del colegio, en el cual perdí, aunque no sin antes quedar entre los finalistas. Creo que el hecho de haber fracasado a medias me impulsó a seguir escribiendo y, en correlación, a mejorar (al menos eso creo yo). Con respecto a la razón por la que escribo, pues tendría que confesar que no lo había pensado antes. Y lo cierto es que no tengo una respuesta del todo segura, pero podría afirmar que escribo principalmente para mí, como un medio para conocerme, así como medio para expresar las ideas y pensamientos que en cualquier otro caso no podría decir por diferentes motivos. No suelo escribir en base a una realidad en general, sino a una algo más personal, mayormente relacionada con mis experiencias, aunque muchas son las veces que suelo agregar detalles no muy fieles a la realidad para aderezar el contenido. Sigue leyendo

César More Yturria

[Visto: 979 veces]

De príncipes, mendigos y escritores…

Recuerdo con exactitud la primera vez que leí un libro (es obvio que con “primera vez” sólo me refiero a la primera vez que leí un libro por el que me interesé personalmente y no obligado a leer por mis padres o mis profesores como le ha pasado a la mayoría de niños de esa edad). El título me envolvió sin mucho esfuerzo: El príncipe y el mendigo. El autor me era desconocido: Mark Twain (de hecho, de autores sólo conocía a los peruanos pues es en la primaria donde te obligan a leer a una innumerable lista de escritores que debías valorar porque eran “peruanos”; nunca entendí esa analogía).

La novela era tan hermosa, tan estética y tan finamente relatada que se convirtió en uno de mis libros favoritos. Pronto conseguí más de las obras de Twain, las más conocidas, las cuales, a decir verdad, me decepcionaron. No conseguí nada de El príncipe y el mendigo en Las aventuras de Tom Sawyer o en Las aventuras de Huckleberry Finn; por el contrario, me encontré con personajes extraños, mal formulados e historias simples y placenteras que no trascendían. Me desilusionaron completamente. Tal vez haya algún otro que sienta lo mismo por Las aventuras de Tom Sawyer y que repugne, en su totalidad, a El príncipe y el mendigo. Lo más seguro es que Twain no haya prestado atención a cuántos agradaría sus novelas al escribirlas.

Es por ello por lo que ahora escribo: no por saber a cuántos agradarán mis cuentos, sino por saber que habrá alguno que comprenderá, en su totalidad, a una de ellos.
Sigue leyendo

Juan Francisco Cárdenas Rodríguez

[Visto: 1032 veces]

Arte ociosa

Siempre me fascinaron los números, que dentro de su aparente simplicidad se pudiesen explicar concretamente aspectos de la vida que en un principio parecerían no tener respuesta. Siempre miré por debajo del hombro a las letras, ese código banal y hablador que, para mí, sólo servía para comunicarnos y que había sido convertido en un arte por ociosos pendolistas (cabe destacar que nunca metí en este saco a la poesía, a la que siempre consideré un arte de abstracción casi algebraica). Yo era una persona numérica, racional, lógica; lo era. En mis primeros años de secundaria, durante la ordenada bimestral de mi cuarto, encontré en un popurrí de exámenes y pruebas de épocas pasadas; luego de leerlos, como postergando el tiempo para ordenar, sentí vergüenza de mí: cómo una persona que dominaba los números a la perfección (no era sí pero quería creerlo) podía sucumbir ante este vano código de parafernalia. Decidí cambiarlo, “metrar” este código, conocerlo y dominarlo. Ene años después, ya maduro, entré en contactos con autores que cambiaron mi pensamiento, me desnumerizaron y entendí que podía ir y hacer lo quisiera con la literatura. Así, con el pasar del tiempo, terminé por convertirme en súbito admirador de los maestros de esta aparente pero enriquecedora arte ociosa.

Sigue leyendo

Ana Lucía Pinillos

[Visto: 881 veces]

No recuerdo cuando comencé a escribir. Probablemente fue alguna tarea para el colegio, de esas que suelen ser tediosas (pues toda tarea empieza con el prejuicio de serlo); y al sentarme a completar esta labor, mientras mi lápiz enamoraba al papel, sílaba por sílaba contándole una historia, yo me enamoré del sentimiento de la creación. De la libertad infinita para decidir los próximos sucesos, de las vividas imágenes que surgían con la precisión del uso del lenguaje. Pero esto último sucedió después, maduró junto conmigo. Sucedió cuando empecé a observar personas, en parques, en micros y en todos esos otros rincones del mundo donde suelen ir las personas a existir. Empecé a darme cuenta de ciertos patrones en su comportamiento, como las miradas desconfiadas a la hora de pagar el boleto, y me maravillé (porque todavía puedo hacerlo). Mi mirada absorbía cada movimiento, lo analizaba, comenzaba a conocerlos. Me parecía increíble como un estilo de vestimenta, una manera de caminar, un gesto, podían decir tanto sobre una persona. Y dentro de este asombro, empecé a escribir descripciones de las personas que veía, luego los introducía en una historia, en una vida. Y, bueno, esta es la historia (castrada, pues es más larga) de cómo comencé a jugar con las palabras, a hacerlas mías, a plasmarlas, a borrarlas; en fin, a escribir. Sigue leyendo

Diego Tuesta Reátegui

[Visto: 1272 veces]

Otra tarea (créanme, (no) quiero que me crean)

Escribo porque tengo que hacerlo ya que si no lo hago –como ahora- sería naturalmente un inconveniente. Escribo porque se me ocurre hacerlo, porque en algún lugar mío vislumbró algo que tiene una proyección estética interesante. Escribo porque no hay nadie más discreto y caleta que un papel en blanco. Escribo porque, si no lo hago, lo pienso mas no lo veo… Escribo porque como en las canciones espero encontrar las respuestas que el viento sopla, pero que son indescifrables aún escribiéndolas, aún dejándose escuchar o leer y así “los no quiero” de mi vida como olas van y vienen; suelen irse cuando leo o escucho, vienen cuando vivo (ohhh). Escribo porque cada sentido, nota o palabra es la reivindicación furtiva y pasajera de mis limitaciones y de lo que fue o debería ser (la dama eléctrica). Y no hay grandes misterios, sólo ves lo que los otros quieren que veas y como yo quiero ver lo mío y lo que los otros no quieren ver, escribo y leo. Escribo quizás –como dice Bryce- “porque vuelvo a sentir la necesidad fisiológica de hacerlo cuando lo hago”. Ahora es tanto lo que escribo que, en algún momento, me canso y termino escribiendo “cualquier cosa”. Sin embargo, es preciso mencionar que cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia o mucho sueño.
Sigue leyendo

Jorge Luis Morelli

[Visto: 1258 veces]

“God, I’m glad I’m not me!”
Bob Dylan, 1967.

Asumiendo que todos somos nosotros mismos y que el que escribe soy yo en mi “yoedad” (es necesario asumirlo: no te hagas, nunca has estado tan seguro) se pretende plasmar en 15 líneas –no más, no menos- la relación entre ese “yo” y ese otro Mundo llamado leer, escribir, cantar e imaginar. De todos los “para qués”, aquí va un intento más de ellos. ¿Para qué lo hago? Para conocer ese lado oscuro de la mente al que todos tememos. Allí de donde surge el endemoniado solo de Hendrix; donde se baila tregua, catala y espera con los cronopios. Para tener una excusa y salir de toda esta mierda. Para tener algo que hacer. Para no ser una mera oveja sin cara ni sello. Para preguntar si hay alguien o algo del otro lado del Muro. Para no ser nosotros mismos un rato y entender a lo que se refería Zimmerman unas líneas más arriba. Para crear tu propio Mundo y trascenderlo a través de lo que nuestra propia facultad imaginativa aporta por sí misma. Para, así, tener de qué hablar con la chica de tus sueños. Lo hago y lo hacemos todos por diferentes motivos. En realidad, es uno solo: para creernos como verdadera la más absurda y bella de las mentiras y romper con lo que ingenuamente llamamos “realidad”. Y si no me crees (¿me creíste?) no hay problema: el que escribe puede pretender ser yo o tú o nadie, no necesariamente él mismo.
Sigue leyendo

Mi experiencia con la literatura

[Visto: 1753 veces]

radiografía

A modo de ejercicio exploratorio, los talleristas escriben brevemente su experiencia personal con la escritura. Es una manera de presentarse y conocerse. Es mi manera de saber qué esperan de mí y por dónde debo orientarlos. Aquí sus testimonios, que son, a la vez, su primer ejercicio del taller. Sigue leyendo

BIENVENIDOS!

[Visto: 1565 veces]

argo

El objetivo de este weblog es perfeccionar la experiencia creativa con una dimensión nueva para quien participa en talleres de narrativa: la publicación inmediata de sus trabajos. El blog no solo permite el acceso a la lectoría creciente de bloggers en Internet, sino que complementa la observación crítica del cuento – ya enjuciado en el taller y, por ello, perfeccionado – con comentarios producto de su relectura: facilita la inspección meticulosa de los textos y un razonamiento más sutil sobre estos, y posibilita el debate de cuestiones opinables, que el taller, sin duda, evaluará. Se trata de una tribuna privilegiada para la visita y el examen detallado de sus creaciones, afin con quienes encuentran un mejor medio expresivo en la palabra escrita.

Adicionalmente, el weblog les permitirá conocer el intenso quehacer literario y crítico ya existente en la blogósfera. Contamos con enlaces a sitios web y blogs de prestigio y solvencia reconocida, entre ellos: losnoveles.net (página web que promueve la literatura a nivel continental, en especial a los nuevos creadores, dirigido por Salvador Luis desde Miami), zona de noticias (un equilibrado web blog noticioso que difunde la actividad literaria y cultural latinoamericana, administrado por Paolo de Lima, poeta peruano radicado en Ottawa), y la vaca profana (columna de reseñas de libros del portal de terra perú, que renueva semanalmente su comentario sobre las publicaciones últimas en la escena literaria limeña). A estos se suman suplementos sobre libros de varios periódicos en línea y podrán añadirse otros, muchos de los cuales serán resultado de sus propias búsquedas en la web.

De principio, el blog publicará el primer escrito breve de todos los talleristas, sin excepción. El objetivo es identificar plumas, ánimos, influjos, estilos (sin comentarios). Las semanas siguientes solo se publicarán los cinco cuentos que expresen, de mejor modo, las habilidades ejercitadas en la sesión correspondiente del taller. Durante el laspso de una semana, a partir de ese momento, los talleristas quedan invitados a participar a través de comentarios (convenientemente argumentados) del concienzudo desmenuzamiento de los cuentos.

Espero que esta dimensión nueva del taller de narrativa les agrade y consiga recrear de forma global la experiencia de la escritura en nuestros días.

Bienvenidos!

Alexis
Sigue leyendo