Yo decidí entrar al taller de narrativa porque desde pequeño tenía la costumbre de contar todo lo que me pasaba a mí y a mis amigos, siendo mayormente mi confidente (o víctima) mi hermana mayor. Y encontré en este curso el instrumento necesario para poder expresar todas esas ideas almacenadas en mi cabeza, no solo de experiencias concretas, sino también dejando en libertad a la imaginación.
Ahora bien, dentro de esta clasificación del artista vista en clase, creo que en la actualidad cada quien puede tener la influencia de ambos estilos, donde se puede lograr ser un genio artístico al crear una obra cumbre o revolucionaria de su genero, como en el caso de Mozart, aunque no comparto esa característica de la creatividad infinita mezclada con la perfección que poseía en cada obra, de hecho no creo que exista una persona con tal capacidad.
Más bien, este déficit (por llamarlo de algún modo) se complementa con la libertad de poder manifestar nuestros pensamientos y concepciones, visto en “The wall”; ello crea una suerte de artista urbano, muy sensible a su entorno o realidad, y que encuentra en el arte ese escape que necesita y con el que otras personas también se identifican.
Archivo por meses: septiembre 2007
Ludwing Cornejo Rivera
Actualmente, mi relación con la literatura es muy escasa. Se limita a leer las frases que están en las combis, desde las más conocidas y educadas – “pague con sencillo”- hasta algunas obscenas -“subir solo peladitas”-, o la frase en el polo de alguien que se cruza por mi camino; los lunes “sagradamente” el PuntoEdu y ocasionalmente El Comercio. Y creo q se debe a que perdí la búsqueda de la belleza en las palabras, pues para mi el valor de una obra literaria, artística, etc. reside en su belleza quizá un poco en la innovación-como en el video de Amadeus- pero fundamentalmente en el significado de la apreciación individual que le damos a las obras. Es por esto, que ahora me estoy enfocando en encontrar nuevamente el interés de la belleza; incluso descubriendo diferentes tipos de belleza como las que hay en obras teatrales; aunque inconscientemente me hallo en la búsqueda de experiencias nuevas (culturalmente hablando). Sigue leyendo
Luis Fernando Muroya
“¿Qué hace un químico en un curso netamente de letras?” Es lo que me preguntan constantemente mis amigos en ciencias. Vagamente les puedo responder que es porque me gusta escribir; y, luego de oír unas tímidas risas, volvemos a discutir sobre el ejercicio de cálculo que nadie puede resolver. Felizmente, cuento con amigos a quienes les gusta escribir poemas, y con ellos converso sobre la experiencia liberadora de escribir, sobre nuestros autores preferidos, etc. Son en esas conversaciones donde recuerdo todos los libros que han pasado por mis manos; sobre todo uno que me dejó marcado: Cien años de soledad del Gabo. Desde el complicado árbol genealógico de los Buendía, hasta el mensaje oculto de destrucción que tiene, esta maravillosa historia ha inspirado muchos cuentos que escribí luego de leerla. Realmente fue esta obra la que me hizo descubrir mi gusto por la literatura. Entonces, ¿por qué escribo? Sencillamente porque me gusta el sentir aquella sensación liberadora, de crear un mundo nuevo y aparentemente imposible, de manifestar aquello que siento y no puedo verbalizar, de hacer cantar al llamado demonio interno. Sigue leyendo
Diego Macassi Zavala
En primer lugar, mi relación con la literatura es de sumo placer; no encuentro otro motivo por el que haya empezado a leer si no fuera por puro gusto, más allá de que a través de ella logre sensibilizarme y ser más reflexivo ante todo lo que pueda surtir la vida. La literatura es, según mi punto de vista, como una escuela de la vida, en la que podemos descubrir cosas sobre nuestra existencia y naturaleza que antes de coger un libro no podríamos; ya que, la literatura versa sobre el hombre en toda su gloria y decadencia pues no hay tema más maravilloso y escabroso a la vez. Por otro lado, es la única forma de escapar sin salir, de ir de un viaje fantástico a otro, mas considero que no es una forma de haber vivido aunque es lo más cerca que está de eso. En segundo lugar, he escrito porque tengo la necesidad de hacerlo, no es un impulso abrumador pero al menos llega a ser persuasivo. Mas parece que las ganas vinieron solas, faltando la habilidad para consumar el acto, lo que me dejó una insipidez al leer lo escrito por mi incipiente “bolígrafo”. No obstante, seguiré muriendo en el acto hasta que las ganas se vayan como vinieron.
José Carlos Fernández
Puedo decir que felizmente encontré en la literatura un tema con el que me puedo deleitar y al mismo tiempo identificar. Encuentro la oportunidad de recoger ideas y a la vez, desenvolver mi propia creatividad. No puedo decir que tenga un bagaje literario inmenso, pues mi interés en la lectura no surgió tan temprano, pero puedo decir que lo que he leído lo he disfrutado y seguramente lo que aun me queda por leer lo disfrutaré también, y más que eso no puedo pedir a la literatura. Echando una ojeada al creativo innovador que me encantaría encontrar dentro de mi, me doy con la sorpresa de que vivo muy felizmente una vida simple y sin muchos sobresaltos, muy opuesta a la de un típico artista: mi padre no murió en la segunda guerra mundial, mi madre no se escandaliza cuando le digo que voy a estudiar filosofía, ni tampoco disfruto tanto viendo la película de un hombre con las cejas cortadas destrozando una habitación con su guitarra, ni siento que haya una pared de prohibiciones en donde chocan mis sentimientos provocándome escribir. Y, sin embargo, escribo. No me parece que sea un genio con el don de producir, pues sino se me habría hecho más fácil escribir mis primeras líneas. Y sin embargo, escribo. Escribo muy poco y con esfuerzo, pero me parece que no es necesario tener un genio invaluable, ni atravesar un trastorno psicológico para escribir algo interesante, pues creo que de ideas preciosas están repletas todas las cabezas y que motivos de inspiración no faltarán nunca. Sigue leyendo
Mijaíl Castillo Cerna
La escritura y narración de cuentos y fábulas siempre me ha parecido una de las diferentes ramas de la literatura más interesantes e ilustrativas. Estos escritos pueden ser cortos o extensos, realistas o fantásticos, claros o confusos, pero siempre están impregnados de historias que nos invitan a la reflexión. Creo que a comparación de las otras ramas de la literatura, los cuentos pueden ser leídos y comprendidos muy fácilmente por cualquier persona, tiene un alcance universal, pero el mensaje que nos deja es muy relevante. Y en ello radica lo más significativo de los cuentos. Estos escritos nos narran y a la vez nos aleccionan, sus historias hacen referencia a temas como la amistad, la confianza, la indiferencia, etc.; temas con los cuales nos desenvolvemos cada día y sus personajes pueden reflejar fielmente a nosotros mismos. Los cuentos dicen más de lo que está escrito. Por ello me anima la escritura de cuentos o relatos. Me gusta pensar en crear una historia sencilla y didáctica, pero que tenga un contenido muy profundo. No sé si podré crear cuentos que constan de las características que he mencionado, no lo he practicado hasta ahora, pero me gustaría aportar algo. Poder transmitir lo que uno piensa a través de un cuento es muy complicado, pero cuando se logra los resultados son más que gratificantes. Sigue leyendo
Esteban Pole
Las letras y Yo
Novalis
Cuando pienso en lo que me impulsa a escribir, se me viene a la mente algo que podría llamar voluntad de poder. Un intenso deseo de que la realidad corresponda, para bien o para mal, a mis deseos o inquietudes. En la literatura, a diferencia de la vida real, siempre se tiene el control. Debo agregar que la fantasía de acceder a otras realidades a través de la ficción es algo que siempre me ha llamado la atención.
Para mí, al menos ahora, escribir es algo que hago porque sí, por entretenerme, en un acto lúdico en el que me libero y plasmo mis ocurrencias; por otro lado, responde a mi necesidad de comunicarme, de expresar, mis inquietudes, facetas y vivencias.
Me considero un hijo de mi tiempo. Los sucesos y la cultura actuales influyen directa o indirectamente en mi trabajo. Como buena imaginación posmoderna, la mía no reniega de ningún material: eventos, objetos, experiencias son la materia prima de mi trabajo. Pero es el trabajo de otros creadores lo que más me influencia. No solo se trata de las reflexiones o sentimientos que me inspiran, el hecho mismo de citarlos es parte intrínseca de mi producción. Por ello, considero la influencia como un arte.
Conspira contra mi labor el que, tras el impulso inicial, algo suele frenar mis avances, por eso tengo varias obras a medias. Muchas veces me pongo a escribir varias cosas a la vez y eso no ayuda precisamente a mi obra. Y, antes de que me olvide… generalmente me inspiro en las mañanas o en las noches y trato de escribir en todos los géneros.
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Pamela Manaví
Mi nombre es Pamela, soy una estudiante de la universidad Pontificia Católica del Perú. Voy al área de contabilidad, ya que siempre me han gustado los números, bueno mejor dicho, porque desde niña me han inculcado esa idea y fue para mi como una especie de idiosincrasia en mí. Como uno se puede imaginar la literatura y yo éramos hacia ese entonces como dos extrañas.
Sin embargo, cuando estuve en quinto año de secundaria, tuve mi primera ilusión con un mancebo y quería expresar mis sentimientos hacia él, pero que sin que se diera cuenta y es así que escribí mi primera poesía. La enseñé a mi mejor amiga y a ella le gustó, no sé si me lo dijo por compromiso o en verdad le agradó. Pasó el tiempo y no fue tan solo una poesía, sino que fueron cartas donde expresaban mis sentimientos, pero nunca los escritos llegaron a parar en sus manos.
Pasaron algunos meses, la desilusión fue muy grande como el dolor, pero mis cartas no murieron ni tampoco las ansias de seguir escribiendo. Ahora ya no escribía para mí, sino para mis amigas, ya que entre ellas se pasaron la voz que escribía, para su opinión, bien. Desde ese entonces ya no escribo, es por eso que me metí a este taller para revivir la musa que hay en mí.
Julissa Andrade
Al empezar a escribir, a veces, sin un porqué sentimos que las palabras huyen como si le temiesen al papel, pero la literatura sigue ahí; el arte es siempre un torrente que no se detiene, no lo ha hecho y no lo hará. Escribir, en el esplendor de su pureza, es precisamente esa minúscula palabra de magno significado: <
Yuriko Tanaka Ávila
Mi lazo con la literatura comenzó como en la mayoría de los casos, supongo, desde los primeros años de estudio y desde entonces paso a ser algo mas que una simple materia a llevar y aprobar; es pues algo que disfruto, que me permite explorar todo ese mundo que nos quieren presentar y que quiero presentar, ese mundo que a veces solo es nuestro y que nadie mas es permitido a conocer desde su interior, donde nosotros somos los protagonistas, donde en un párrafo leído o escrito esta oculto un mensaje donde solemos revelar nuestros mas profundos sentimientos y aunque muchos no se den cuenta , hay están esperando que alguien se de cuenta de su presencia. La literatura es pues, para mi parecer, una manera perfecta de utilizar las palabras en sus formas más exquisitas para convertirlas en cómplices de nuestra mente y almas.
La idea de hacer cuentos es, para mí, algo que me ayudará a descargar toda esta serie de sentimientos, ideas que están flotando en mi ser y que no encuentran razón para salir. Si bien es cierto que es la primera vez que intento hacer cuentos intentaré en ellos reflejar más que imaginación para crear, intentaré que, aunque estén envueltos en un mundo de ficción, no se escapen y sean parte de la realidad, de mi realidad.
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