-Estás loca, mujer, no puedo.
-Pero, ¿por qué no?
-Por qué es mi padre, no podría-le respondió, casi indignado por la pregunta-.
Se dio un corto silencio.
-¿No me quieres verdad? Por eso, no confías en mí-le dijo, casi sollozando, mientras bajaba la cabeza- ¿Y que hay de aquello que me dijiste cuando nos conocimos?
– ¿A qué te refieres?
– A eso de que “estamos hechos el uno para el otro” ¿Lo recuerdas?
-¿Y eso que tiene que ver? Eres la única mujer que existe en este mundo para mí. Pero lo que me pides… no sé.
– Mira, -dijo ella, tomando suavemente una de las manos de él entre las suyas y mirándolo fijamente a los ojos- tu y yo, podemos ser mucho más, llegar mucho más lejos, solo tienes que confiar en mí.
-No sé -contestó él, evitando la mirada de ella- ¿Estás segura de que tu información proviene de una fuente fiable?
-¡Por supuesto que sí! Algo en sus ojos me inspiró confianza, creo que me dijo la verdad. Y dime, ¿confías tu en mi?-le preguntó, mientras se aproximaba al rostro de él, manteniendo fijas sus miradas-
-Yo, creo… es decir, supongo que…
-¿Lo vamos a hacer o no?- interrumpió ella, impaciente, y alejándose de él-
-Está bien Eva, tu ganas- dijo finalmente -. Dame la manzana.
“First crush” (por Ángela Gaona)
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Buen cuento!!
El dibujar un ambiente de conflicto por un hecho que no debe ser consumado, para luego darle el final de Adan y Eva.
Gracioso diálogo de final inesperado. Hace de este microcuento una lectura rápida bastante agradable.