Archivo por meses: septiembre 2006

“El perro enano de la depresión” (por William Dodds)

[Visto: 4565 veces]

perro enano

Aunque el perro enano es un espécimen muy común, su variante depresiva masculina es una aguja muy finita en el pajar. Su fisonomía es muy variable en cuanto a color de pelo y forma del cuerpo, dependiendo de la raza a la que pertenezca, siendo lo único que lo determina su incapacidad para levantar las orejas y su ansia por aparearse con cualquier hembra que se le cruce, sin importar si es más pequeña o más grande que él, o inclusive sin importar si es una perra o no. Sin embargo, para la frustración de este perro enano de la depresión, nunca llega a cumplir su cometido de apareamiento. Sigue leyendo

“El marrano enamorado de una foca ” (por Ricardo Navarro)

[Visto: 4864 veces]

cerdito

El marrano enamorado de una foca es un animal especial entre todos los demás, reacciona con más coraje que inteligencia, guiado siempre por sus instintos. El mayor atributo que cabe resaltar de este animal es su credulidad, y también su ingenuidad que lo hace objeto de burlas a sus espaldas. Siempre esta en busca de cosas diferentes, únicas y raras para su foca, ya que piensa que ella es diferente y única, así que se puede matar pensando en cosas qué regalar durante todo un día.
Este animal enamorado hace todo esto por la sencilla razón de que es su primera foca, y este piensa que el también es el primero, aunque muchos digan que por ahí han pasado foca, marrano, mandril y pollo, el seguirá pensando que es el primero y el único.
Para este marrano no existe nadie como su foca, y se siente muy afortunado de tenerla, pero para cada marrano siempre existirá una foca y siempre se dará la misma regla: “El marrano propone y la foca dispone”.

Sigue leyendo

Hic sunt leones

[Visto: 8915 veces]

mapa

Hic sunt leones era una frase latina que se colocaba en los límites de Roma. Quería decir que dentro de los límites del imperio regían todas las normas y leyes; afuera, el juego era distinto (riesgoso porque francamente los leones no se andan con medias tintas). Con ella presentó una sección -la única del blog- diseñada fuera del juego del taller (aunque solo en parte): Extraterritorial.

Aquí podrán publicar quienes ya tengan un cuento escrito y requieran la opinión de lectores inteligentes. Aquí los cuentos solo estarán para que sean comentados durante el semestre completo. En consecuencia, no tendran valor para la calificación; obviamente, su concepción y escritura no se inscriben en el proceso formativo del taller. Pero quienes se arriesguen a publicar tendrán una visible ventaja: podrán percatarse rápidamente de cuál es su vínculo con el público lector (aceptación, indiferencia o rechazo) y decidir sobre ello. Naturalmente, los mejores comentarios recibirán una buena calificación (por eso, en parte, esta sección sigue estando en el taller).
Sigue leyendo

Leslie Guillén

[Visto: 3601 veces]

En la mayoría de casos (por no decir en todos) todo surge a partir de algo que me impresiona, que causa algo muy fuerte y digno (según yo) de no dejarse en el aire sino de tratar de transcribirlo a un papel. Esta impresión puede ser de belleza o fealdad, de impotencia o sobre las ganas de lograr alguna meta o sueño pero siempre es tratando de describir estas emociones, impresiones o sentimientos. No sé exactamente cómo escribo, en todo caso nunca puedo planificar escribir sobre algo porque necesito ese “algo” (u objeto de inspiración) que me impresione y que me sirva para descargar mis pensamientos en un papel. Las veces que he escrito son siempre descripciones de este “algo”que me impresiona y que se convierte en monólgos, cuentos o pequeñas historias; todo lo que he escrito ha sido corto. No me gusta escribir cosas que me requieran más de un día porque nunca puedo retomarlo, tengo que escribirlo de un solo tirón en solo día sin interrupciones, esto hace que las cosas segun yo “pasables” que escribo sean muy pocas. Mi fascinación por la luna ha hecho que el 90% de cosas que he escrito hayan sido sobre ella, sobre lo que produce en mí y también le he inventado una que otra historia, esto me ha llevado a usar personajes de la naturaleza y a contar historias un poco surrealistas (aunque no estoy segura de usar ese término), pero siempre se mezclan con la relidad humana o con el comportamiento humano, también algunas veces he escrito en rima. Yo estudio teatro y esto hace que ahora tenga una tendencia a escribir con acotaciones y que ya no haya un narrador sino que sean diálogos.Esto me agrada, me gusta la idea de poder hacer mis propias obras cortas.
Sigue leyendo

Johnny Bello

[Visto: 2442 veces]

Escribo porque a través de las palabras he aprendido a manifestar en muchas ocasiones y en otras no, sentimientos muy personales ya sean; malos, buenos, agradables y desagradables y que todo ser humano posee. Siempre a través de las palabras he logrado sacar esos “Demonios” y “Ángeles” de mi ser que en muchas oportunidades me convierte en dios, un dios efímero que por momentos se condena cuando me doy cuenta que todo lo escrito es pura afición.

Escribo porque a veces me siento el personaje principal de una novela de Coelho o de Oswaldo Reynoso y en ellas trato de encontrar el punto final adecuado pero no lo logro. Sólo cuando escribo soy el cómplice de caer en una trampa autotendida en la ilusión de ser capaz de trascender los límites fijados por la gramática y demás signos convencionales plasmados en una página. Así es para mí escribir: es poder manejar lo inverosímil de una circunstancia y convertirlo en realidad o viceversa.

Escribir es poder juntar espacios y tiempos en un costal y guardarlo junto a una caja donde se encuentren; amor y odio, llanto y alegría, en resumidas cuentas es tratar de describir la condición humana tal como es y más allá del infinito y darse cuenta que todo lo dicho no fue suficiente, ni exacto.

Sigue leyendo

Héctor Rodríguez

[Visto: 2560 veces]

………escribir………..me gustaría averiguar porque las personas, en ocasiones, sentimos la necesidad de escribir ………..de expresar esos sentimientos o emociones que tal vez no podamos trasmitir a través de una conversación con un amigo, con una madre……….que sé yo………creo que es imposible perseguir tal empresa……; cuando era pequeño, bueno en realidad cuando tenia unos 9 o 10 años, me preguntaba cuál era el motivo o cuál el “secreto” por el que esos autores “geniales” a los yo leía, tenían la capacidad de escribir obras tan perfectas y extravagantes;……….en ese tiempo llegué a la conclusión de que esos “inmortales” (como en el primer cuento del Aleph, Borges los describe) se inspiraban de tal manera para escribir que estaban seguros de que su “obra” no pasaría desapercibida por las mentes de las futuras generaciones (curiosamente en una generación en la que ya pocos leen y escriben) y su espíritu perduraría, de esa manera, aun después de que murieran………creo que estaba equivocado; empecé a escribir a los 5 años……..pequeños cuentos y fábulas…….no tengo plena conciencia de por qué lo hacía a tan corta edad…….. pero luego fui ganando, en el colegio, concursos de literatura, que en realidad nunca significaron gran cosa porque era más que todo una manera de destacar por sobre otros………..a medida que crecía me pareció que todo lo que había escrito antes era basura y trataba de hacer cuentos o novelas parecida a los “inmortales” a los que leía, en un acto de soberana vanidad y estupidez……….sin embargo a partir de la imposibilidad de imitar la grandeza de los grandes escritores(me siento agradecido por ello), esos años dejé de escribir, a pesar de las insistencias de mi padre …………….hasta que me enamoré y comencé a componer poemas y canciones (que luego pasarían por olvidados acordes de guitarra); luego, en la universidad, me aventuré a hacer ensayos socialistas y recomendaciones musicales para los rockeros clásicos de hoy en día en una revista urbana tempranamente extinta; y a hablar sobre lo absurdo de la existencia, en un corte mas bien filosófico-histórico (para ese entonces ya estaba solo)………………en fin……, creo que las motivaciones para escribir son innumerables e inextricables en cada persona, no hay forma de categorizarlas ya que cada persona es un propio y único universo; motivos para escribir sobran : por creerte el “varguitas” de tu promoción, para sacar los “demonios” internos de tu corazón, para liberar tu excitante o mediocre autobiografía, por afanar a una chica (poemitas), por tratar de cuestionar y “cambiar” tu realidad (una realidad cruel, egoísta, devoradora y deshumanizada), o para escapar de la “pesadez” de ella, por que te da la gana hacerlo en las noches cuando estás solo……; pero, al final, lo que sostiene o (in)justifica verdaderamente la aparición de aquella sucesión de signos organizados que es el “escribir” es el “deseo visceral humano” de sacar una parte de “ti”, tal y como eres…….dejar en claro que tu carne, tu mente, tu sudor y tu sangre tienen algo que decir sobre el mundo, no importa si refleja la realidad o se aleja de ella, y que la manera en que lo puedes y te gusta hacerlo es a través del lápiz y del papel………..como Malraux : “Escribo, porque me siento horrorosa y celestialmente condenado a hacerlo, no importa por qué carajo sea” . Escribir es no escribir, es sentir, es vivir. Sigue leyendo

Giuliana Zúñiga

[Visto: 2478 veces]

Ante todo, me veo en la necesidad de hacer una confesión: Yo no escribo. Permítanme explicarme: si la pregunta, al referirse a “escribir”, va algo mas allá que a solo tomar el lápiz y el papel en clase para esbozar desordenados apuntes; o, si con “escribir”, la pregunta aspira a algo más que a solo sentarme frente al computador para tipear a la velocidad del rayo, hasta que la última persona “conectada” se haya marchado; entonces, la respuesta es no, yo no escribo.
Me apena mucho decir esto, siendo el escribir algo que tanto disfruté las pocas veces que lo hice. Aquí vale una aclaración: el hecho de que actualmente no escriba, no significa de ningún modo que no me guste escribir, que no quiera hacerlo, o que nunca lo haya intentado. De hecho, ¡qué no daría yo por ser una buena escritora! Durante mis tediosas tardes infantiles, leía todo lo que me caía en las manos, y, anhelaba poder escribir algún día como esos hombres y mujeres que tanto admiraba. Alguna vez lo intenté, le dedicaba largas horas al hecho de pensar en algo realmente bueno que mereciese ser plasmado en el papel, para al final solo poder redactar unas pocas líneas que no hacían más que decepcionarme. Yo quería escribir realmente algo muy bueno, así como los libros de los grandes autores que había leído, pero peleaba una guerra ya perdida de antemano. Tuve que pegarme de cara contra la pared y darme cuenta que solo me quedaba el camino de la resignación, al saberme parte de ese 99.9% de mortales que no posee el don creativo y a limitarme a solo poder disfrutar de la literatura pasivamente, leyendo lo que esa minoría escogida, los bien llamados “genios” escribe maravillosamente.
Pero también hay otro motivo que me desanimo de escribir: el que simplemente hubiera muerto de vergüenza si alguien hubiera leído mis escritos. Sentía que mis escritos eran algo muy personal, muy mío. Les tenía demasiado aprecio como para exponerlos a las críticas de un público a veces demasiado duro. Por ello, nunca se los mostré a nadie. Era un secreto entre el papel y yo. El terrible golpe de gracia se dio cuando mi hermana encontró el diario en que había estaba escribiendo largo tiempo, y se burló de lo que ahí yo había escrito, amenazándome con divulgarlo. Santo remedio: se esfumaron mis ganas de escribir. Ya no podía confiar en el papel. Él había contado mis secretos, me había traicionado.
Por estos, básicamente, dejé de escribir, si acaso alguna vez lo hice. Sin embargo, creo que en el fondo nunca perdí las esperanzas de volver a hacerlo. Lo más probable es que nunca escriba algo realmente bueno o trascendente, pero escribiré lo mejor que pueda a mi modo particular; ya que cada persona tiene un modo único e irrepetible de escribir y expresarse y eso es lo realmente valioso en el hecho de escribir, ya que es una forma para que cada uno pueda expresar su individualidad y sentirse orgulloso de ella.
Tal vez yo no escriba bien, pero al menos haré el intento. El que me haya matriculado en este taller, pienso, es la mayor prueba de ello.
Sigue leyendo

Carlos Quispe

[Visto: 2719 veces]

Las razones por las que escribo no son muy claras, creo que escribo (lo poco que he escrito) por simple desahogo o para expresar cosas que tengo dentro y que no encuentro otra forma mejor de sacar. Creo que cuando escribo soy otra persona, pienso en cada cosa que podría venir luego, cada situación que sería la siguiente y solo elijo la que es mejor para que satisfaga mis gustos. Me gusta un cuento que te mantenga en el misterio y con ansias de devorar la historia o una que sea tan entretenida que quiera volver a leerla y no solo me gustan las historias escritas sino también la películas o series de televisión, pero que no solo se queden en ser buenas ideas sino que estén desarrolladas de tal manera que uno se sienta satisfecho de haber leído o visto tal o cual historia. Puedo decir las razones por las que no escribo, es decir por las que tengo tantas historias a medias, es porque tengo miedo a que el principio o la idea original que tengo concebida y que he escrito en 2 o más hojas se tergiverse y cambie de tal forma que sea un cuento distinto o que el final no tenga la consistencia y la fuerza del principio, no creo que he dejado unos pocos cuentos a la mitad por vergüenza porque creo que son buenas ideas las que he tenido y no me avergüenzo de decirlo. Sigue leyendo

Rey Chancahuaña

[Visto: 2578 veces]

Creo que la mayoría de personas que escribe lo hace debido a una anécdota. Así como ellas, yo también tengo una.
A causa de mi timidez, no le dije lo que sentía a la chica que, por primera vez en mi vida, me gustó. Así pude empezar a sentir qué era estar solo. En ese tiempo de escuela, meses antes de pasar a la secundaria, me gustaba mucho la chica más hermosa del 5to de primaria. Yo cursaba en ese tiempo el 6to de primaria lo cual hacía un poco mas difícil alguna relación con ella, y eso sin tomar en cuenta los prejuicios que existía en contra de los idiotas del 5to de primaria por parte de la gente del 6to.
Yo, un chico tímido, corría riesgo y debía elegir entre volverme amigo de la chica que más me gustaba hasta ese momento de mi vida y mandar al diablo a todo el 6to (ello conllevaría a que yo fuera la oveja negra del 6to) o no hacer, simplemente, nada.
Pues los mande al diablo y me convertí en el chico que no hablaba mucho, que se sentaba en el lugar del fondo del salón, en la esquina, y se quedaba callado, pero la tuve a ella, a Chris como amiga; bueno, digamos algo así como una especie de amiga… en fin, le hablaba y ella me hablaba y sonreíamos a la vez no sé de qué.
Pero mi timidez me impidió decirle que me gustaba y el año escolar acababa.
Me esperance, entonces, en decírselo el próximo año.
Para mi mala fortuna, el siguiente año ella se cambió de escuela, pero yo conocía su casa (aunque ella no lo supiera). Entonces, fui, pero, nuevamente para mi mala suerte, me enteré de que ella ya no vivía allí. Se mudó lejos de mí, los suficientes kilómetros para no saber de ella.
Ese, probablemente, fue un impacto leve porque me sucedió en la niñez y no en la adolescencia, que si esto hubiera sucedido en mi adolescencia entonces no habría habido espacio para el 2do impacto, que fue más fuerte que el anterior.
Desde ese momento preferí estar solo y así poder recordarla y arrepentirme de mi timidez.
Sentí que existía algo análogo entre mi soledad, mi alegría y escribir.
Sigue leyendo

Henry Dyer

[Visto: 2435 veces]

He escrito pocas cosas. Una vez, creo la más extensa, fue cuando me sentía bastante tenso, tenía muchas cosas por hacer y había fallado en hacer algunas cosas que había olvidado. Quise hacer un recuento de los últimos dos días. Empecé siendo muy detallado. Luego esos detalles se enfocaron en mi estado de ánimo y pensamientos que tenía; ambas cosas me parecieron que se distanciaban bastante de los hechos. Mi relato se fue distanciando de lo que había sucedido, así que se convirtió en ficcional; incluí unos diálogos parecidos a los que había tenido en esos días, los acomodaba a la intención que quería darles. No tengo una esquematización fija de cómo escribo, quizá porque escribo poco, no muy frecuentemente.
Me gustaría escribir como me gustaría hablar: siendo claro, elocuente, entretenido, interesante. Me gustaría construir personajes bastante verosímiles y atractivos para mí, que tengan la variedad de las personas, muy diferentes entre ellas.
Creo que algunas veces he escrito para hacer un desfogue de alguna situación abrumadora por la que pasaba. Sin embargo, no tengo muy en claro un por qué escribir; creo que solo quiero que me de algún tipo de satisfacción, que me sienta bien haciéndolo.
Sigue leyendo