Me gusta escribir porque siempre me ha gustado soñar. Tratar de crear situaciones particulares en las que se ponen a prueba los límites de la realidad. Desde pequeño, siempre antes de dormir, al echarme en mi cama, me quedaba despierto largas horas creando ficciones. A veces no dormía hasta las 4 o 5 de la mañana porque la historia se iba haciendo más y más interesante. La mayoría de veces aprovechaba distintas situaciones que me sucedían durante ese día y las utilizaba como punto de partida. De ahí iba tergiversando la historia. La mayoría de veces modificaba la historia para crear finales beneficiosos para mí, otras veces creaba finales no tan felices ni satisfactorios, y otras veces no terminaba las historias porque me quedaba dormido. Pese a esto, empecé escribiendo poemas. En el colegio conocí la obra de Vallejo, Neruda y otros, y me interesó mucho. Más adelante conocí la obra de Eliot, Ezra Pound, Pizarnik, Baudelaire, Eielson, Luis Hernadez, entre otros, y me interesó mucho más la poesía. La poesía me dio las ganas de empezar a escribir, pero esas ganas no se limitaron solo a ella. Tanto como la poesía, la narrativa también era otra de mis pasiones, aunque se me hace un género más complicado. Así fue como empecé a escribir cuentos (o al menos a intentar escribirlos).
José Carlos Banda
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