Mutis

Entra a tu dormitorio. Asegura la perilla de la puerta. Siéntate en el medio de la habitación. Cierra los ojos. Mantente callado.
⋅ ⋅ ⋅
¿Escuchas? Presta demasiada atención al ambiente. ¿Lo oyes ahora?
⋅ ⋅ ⋅
Lo sientes. Está ahí, aunque tu televisor esté apagado, te habla. Sigue escuchándolo.
⋅ ⋅ ⋅
Sonido mudo. Se comunica por el aire, siempre precavido. ¡No! También te habla la computadora. También te habla tu reloj despertador. También te habla la radio. Todo, ¿no te das cuenta?
⋅ ⋅ ⋅
¿Te cansa? ¿Te incomoda? Es perturbador y no deja de ser insoportable aunque pases más tiempo buscándole sentido. Deténlos, deténlos.
⋅ ⋅ ⋅
Abre los ojos. No es truco. Ellos te hablan siempre: no existe el silencio absoluto en tu realidad.
⋅ ⋅ ⋅
¿Qué estás haciendo? ¿Vas a tratar de silenciarlos? Nunca entendiste ¡Nunca!

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